En el 45 aniversario de la revolución sandinista, la celebración del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo contrasta con la dura realidad de represión y violaciones de derechos humanos.
Hoy que se conmemora 45 años de la histórica Revolución en Nicaragua y derrocamiento de los Somoza, un episodio que comenzó con la esperanza de un futuro mejor para el país, se enfrenta en la actualidad a una etapa oscura de represión y autoritarismo de la dictadura Ortega Murillo. Sin embargo, la comunidad internacional, organizaciones de derechos humanos activistas, sociedad civil y periodismo independiente siguen vigilantes, denunciando las violaciones y apoyando los esfuerzos por restaurar la democracia y el respeto de los derechos humanos en el país.
Represión actual: Violencia y control
Desde su regreso al poder en 2007, Daniel Ortega ha consolidado un régimen autoritario, con su esposa Rosario Murilo. La represión se ha intensificado notablemente desde las protestas masivas de 2018, cuando manifestantes salieron a las calles para expresar su descontento con las reformas al sistema de seguridad social.
La respuesta del gobierno fue violenta y despiadada, con fuerzas de seguridad y grupos paramilitares reprimiendo brutalmente a los manifestantes. Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) “más de 350 personas murieron durante estos enfrentamientos.”
Desde entonces, el régimen de Ortega ha continuado su represión, arrestando a líderes opositores, cerrando medios de comunicación independientes y cancelando la personalidad jurídica de miles de organizaciones no gubernamentales.
La Plataforma Nicaragüense de Redes de ONG en su conteo anotan que hasta el 02 de mayo de 2024 van “3632 total de organizaciones cerradas.” Una medida que ha sido justificada por “supuestos incumplimientos de reportes financieros”, lo que refleja el esfuerzo del régimen de controlar y silenciar las voces disidentes
Este 19 de julio, mientras el régimen sandinista celebra el aniversario de la revolución, los nicaragüenses recuerdan las numerosas víctimas de represión desde el 2018.
La Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN) ha alzado su voz, denunciando los crímenes cometidos por el gobierno Ortega Murillo. Las y los universitarios afirman, “el sandinismo ha traído muerte, corrupción y sufrimiento al país, manteniendo a más de 140 personas encarceladas injustamente.”
Memorias de las primeras víctimas de represión
La historia y la memoria no perdona, en el marco del 45 aniversario de la revolución AUN recuerda los asesinatos del niño Álvaro Conrado y Ángel Gahona y otras víctimas del régimen.
Álvaro Conrado, era un estudiante de 15 años, que fue asesinado mientras participaba en una protesta pacífica. Su muerte, capturada en un video que se volvió viral, conmocionó al país y al mundo. Ángel Gahona, un periodista que fue asesinado mientras cubría las protestas en Bluefields. Ambos nombres resuenan en la memoria colectiva de Nicaragua como recordatorios de los costos humanos de la represión estatal.
Ambos nombres resuenan en la memoria colectiva de Nicaragua como recordatorios de los costos humanos de la represión estatal.
“Nosotros recordamos a las víctimas de su terror. No olvidamos sus crímenes y seguimos exigiendo justicia” manifestaron las y los jóvenes de AUN.
Celebración engañosa
El régimen Ortega Murillo celebra su revolución con eventos y discursos, pero para muchos nicaragüenses, esta celebración es un recordatorio del engaño y corrupción. Organizaciones denuncian que estas festividades ocultan la realidad de la represión, el exilio y la pobreza que prevalece en el país.
AUN concluye su mensaje con un llamado a la justicia. “No olvidemos sus crímenes y seguimos exigiendo justicia.” Este sentimiento de indignación y búsqueda de rendición de cuentas es compartido por muchos dentro y fuera de Nicaragua.