Ciudad de Guatemala, 22 sep (EFE).- Los nicaragüenses excarcelados en su país el pasado 5 de septiembre, que permanecen refugiados temporalmente en Guatemala, anhelan un país «libre» y el fin de la «tiranía» en Nicaragua y expresan su preocupación por los presos políticos.
“En Nicaragua muchas personas siguen presas y secuestradas por un régimen que tiene capturado al país”, contó a EFE este domingo Juan Carlos Baquedano, uno de los 136 excarcelados trasladados a Guatemala el pasado 5 de septiembre.
Baquedano, de 67 años, estuvo detenido durante 400 días en Nicaragua hasta su expulsión hacia Guatemala hace tres semanas.
Junto al resto de excarcelados, Baquedano asistió este domingo a un culto religioso en un hotel en Ciudad de Guatemala con el pastor Walner Blandón, quien también estuvo preso en Nicaragua durante 9 meses.
Antes de la actividad, los exiliados explicaron que estaban reunidos para «clamar» por una «Nicaragua Libre» y por la vida de las personas que siguen presas por razones políticas en la nación centroamericana, que preside Daniel Ortega desde 2007.
«Ortega utiliza a los presos como moneda de cambio», subraya Baquedano, quien recuerda haber sido parte de la revolución sandinista entre 1979 y 1990 que puso fin a la dictadura de la familia Somoza.
«Nos libramos de (Anastasio) Somoza creyendo que teníamos la solución, pero terminamos cayendo en algo peor», lamenta Baquedano, arrestado en 2023 cuando regresó a Nicaragua para arreglar unos papeles de una propiedad a su nombre.
Baquedano opina que «sacar» a Daniel Ortega del poder es la única salida para «poner fin a la tiranía» que se encuentra instalada actualmente en el país.
El exmilitar también estuvo preso durante 4 meses en 2018, durante la ola de protestas contra el Gobierno sandinista, que respondió con el encarcelamiento y asesinato de manifestantes, como han denunciado familiares de las víctimas y organismos locales e internacionales de derechos humanos.
«No existe la separación de poderes en Nicaragua (…) sabemos que es un proceso complejo pero el mayor anhelo es volver un día», agregó Baquedano.
En la actualidad, los 135 nicaragüenses expulsados y recibidos en Guatemala continúan en un hotel y junto a la Agencia de la ONU para Refugiados (Acnur) buscan solucionar su situación de exilio en Estados Unidos y otros países.
Otro de los excarcelados, que prefirió no identificarse, explicó a EFE que muchos de ellos no quieren ir a Estados Unidos aunque les otorguen un permiso de trabajo porque será muy difícil reunirse con su familia que permanece en Nicaragua, por lo que algunos posiblemente busquen establecerse en Costa Rica o Guatemala.
A inicios de este mes de septiembre, el Gobierno nicaragüense decidió retirar la nacionalidad a los 135 excarcelados y congelar sus bienes dentro del país.
Las autoridades de Nicaragua han privado de su nacionalidad y de sus bienes en los últimos dos años a un total de 452 nicaragüenses, muchos abiertos críticos del gobierno y los acusa, entre otros delitos, de traición a la patria.
David Toro Escobar