En un mundo cada vez más afectado por el cambio climático y fenómenos meteorológicos extremos, la búsqueda de soluciones sostenibles para mitigar desastres que afectan la vida de las personas y generar oportunidades económicas es más urgente que nunca.
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) en Costa Rica, contabiliza solo en 2024 al menos 145 deslizamientos de tierras en todo el país, de los cantones más vulnerables a estos fenómenos naturales son Desamparados, Alajuela, San José, Puntarenas, Cartago, San Carlos, Aserrí, Pococí, Limón y La Unión, todos estos altamente poblados, por asentamientos autorizados y no autorizados estos últimos los más vulnerables.
“En la Zona Norte como Aguas Zarcas, en Monterrey de la Fortuna en el sector de la Tigra en San Ramón son otras zonas de deslizamientos en este año”, dijo a Intertextual la institución en un correo institucional.
La comisión de emergencia costarricense amplio que también “Hay que recordar que nuestro país tiene condiciones climáticas muy favorables para que los deslizamientos por lluvias se presenten a partir de la época lluviosa pero además tenemos condiciones geológicas litológicas y dependientes que ayudan a esta condición de vulnerabilidad por clima y que prácticamente cubren las tres cuartas partes del territorio nacional”, resaltó la CNE.
Ante estas situaciones que plantean emergencias futuras y próximas ¿Qué se puede hacer? Un ejemplo de cómo la naturaleza y el emprendimiento pueden converger para resolver estos desafíos se está viviendo en Costa Rica, gracias al proyecto Bambuksa, una iniciativa que ha logrado aunar la prevención de deslizamientos de tierra y la generación de ingresos en zonas vulnerables principalmente de Costa Rica.
Bambuksa, que tiene como estandarte, “Innovando con bambú construimos muebles, artesanía, viviendas, hoteles, etc… promoviendo una nueva cultura de desarrollo sostenible” se lee en sus página web.
El proyecto iniciado en conjunto con la municipalidad del cantón de Desamparados, pobladores de zonas vulnerables y expertos de Bambuksa, que han aprovechando las propiedades que ofrece el bambú, una planta resistente y de rápido crecimiento, como barrera natural para prevenir deslaves y deslizamientos de tierra en zonas propensas a estos desastres. El bambú no solo actúa como una solución ecológica para la estabilidad del terreno, sino que también genera un impacto económico positivo en las comunidades locales al promover el cultivo y la comercialización del bambú.
La iniciativa en Desamparados iniciada en 2023, seleccionó a 8 familias en Desamparados y les capacitó en el uso y las propiedades del bambú, para que ellas y ellos pudieran aprender a cultivarlo y a aprovecharlo en sus necesidades diarias. Para Raquel Morera Bolaños, una de las comunitarias de Patarrá en Desamparados que inició en el proyecto, esta iniciativa les ha ayudado a obtener recursos, pero también a conocer más las propiedades del bambú, para apoyar a sus familias y a otras personas.
“Todo lo que aprendimos fue de mucho aprovechamiento para las ocho familias que nos vimos beneficiadas con este proyecto, siempre con la idea de seguir con la idea del proyecto y todo lo que se pueda ayudar a las comunidades”, menciona Raquel.
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ToggleBambú como barrera natural
Una iniciativa social, llevó a Bambuksa, junto a una comunitaria involucradas en el proyecto inicial, y a voluntarios de Techo Costa Rica, ha trasladarse a la zona de Concepción de Tres Ríos en el Cantón de La Unión, de la provincia de Cartago, para apoyar en la construcción de una barrera natural que impida que el río siga socavando el paso reducido en unas 5 familias en una de las zonas del asentamiento, donde habitan unas 105 familias.
Las zonas Villa Nueva de Concepción, se encuentran cerca de ríos que, durante las lluvias, aumentan su caudal y provocan deslizamientos de tierra peligrosos. Para mitigar este riesgo, el proyecto Bambuksa ha implementado un sistema de diques y barreras de bambú a lo largo de estos ríos. Gracias a la resistencia de las raíces del bambú, que sujetan el suelo y lo estabilizan, estas estructuras ayudan a prevenir que las tierras se deslicen hacia las viviendas, protegiendo a al menos cinco familias en la zona.
Villa Nueva que es una zona que oficialmente pertenece al Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), ha sido olvidada para las autoridades, como para las instituciones de Estado, por estar en un asentamiento no autorizado, que ha servido a familias de hogar por muchos años.
Para Fresia Guzmán lideresa de Villa Nueva, este apoyo viene a solucionar un problema que ni las autoridades le han prestado atención, “Nos contactó techo con los muchachos del bambú, para ver si nos servía y proyecto y yo claro que a manos abiertas los recibos, para ver si ayudamos a esta parte para resolver este problema, de este paso que cada día se est cayendo más, ya que nosotros no tenemos ayuda de nadie”, dijo la lideresa comunitaria.
Guzmán cree que esta iniciativa se puede replicar en otras zonas de la comunidad, para mitigar el impacto que ha tenido el socavamiento de la tierra donde hay casa y que están propensas a que se deslicen y puedan causar daños que lamentar.
El arquitecto Moisés Flores unos de los especialistas de Bambuksa, explica que además de su función protectora, el bambú tiene la capacidad de absorber grandes cantidades de agua, lo que lo convierte en un aliado frente a las lluvias intensas, favoreciendo la retención de agua en el suelo y reduciendo la erosión. Esta solución natural no solo mejora la seguridad en las comunidades, sino que también promueve la biodiversidad local, al no requerir el uso de químicos o materiales invasivos.
Patricia Obando una de las comunitarias beneficiadas con la construcción del muro natural cuenta que las dificultades que enfrentan son múltiples, pero que este apoyo les viene a dar una tranquilidad sabiendo que ya no se va derrumbar el único paso que tiene a su casa de habitación.
“Cuando vienes la épocas de lluvia, este paso se pone muy resbaloso, de desliza la tierra poco a poco por el río, aquí hay chiquitos que van a la escuela y es peligroso, vivíamos con el miedo que eso se cayera y nos dejará sin paso ese era mi pensamiento de todos los días”, se lamenta Obando.
Un modelo replicable
El proyecto ha demostrado ser tan exitoso en el cantón Desamparados que ha sido replicado en otras áreas vulnerables de Costa Rica, como lo fue la comunidad en el cantón de La Unión, gracias a un grupo de personas que se han formado como replicadores de la iniciativa. Estos emprendedores, quienes en su mayoría provienen de las mismas comunidades en riesgo, han asumido el desafío de construir y mantener las estructuras de bambú, lo que ha fortalecido la economía local y empoderado a las comunidades.
Moisés Flores comenta que el modelo de réplica que buscan se realice con la comunidad, es uno de los objetivos de esta primera acción, “ahorita seria el seguimiento a la zona intervenida para ver como reacciona y avanza, ya que el objetivo es que sea un ejercicio que se pueda replicar en otras zonas de la comunidad”.
Además, el cultivo y la venta de bambú se han convertido en una fuente de ingresos para muchas familias. El bambú, que es utilizado no solo para la construcción de diques, sino también para una variedad de productos como muebles, utensilios y materiales de construcción, ha abierto nuevos mercados. Con el tiempo, Bambuksa ha promovido el uso del bambú en diversas industrias, mostrando su versatilidad y sostenibilidad.