“Sentí como me acechaban en Managua en esos días y aún no paro de sentirlo” expresó con algo de tristeza Yasuri Sánchez.
Yasuri Kataleia Sánchez Machado de 26 años de edad, es una mujer trans en el exilio de nacionalidad nicaragüense, sus familiares y quienes tienen la oportunidad de compartir con ella la conocen como La Kata, hace presencia en la resistencia por una Nicaragua libre pero también como una mujer trans que defiende la dignidad y de su familia.
Proveniente de una familia nicaragüense integrada por bastantes miembros “una muy muy grande como suelen ser las familias de allá” expresa la Kata, aunque aquí en Costa Rica ella se encuentra nada más con dos hermanos, dos sobrinos y su madre. Extrañando a aquellas personas que todos los días conviven entre todos.
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Ella estudió toda su primaria y secundaria en un colegio público de Managua, su integración a la universidad en el 2017 en la carrera de medicina dada por la Universidad Autónoma de Nicaragua UNAN-Managua ella asegura que pudo estudiar un año y dos meses debido que en el 2018 se desarrolló el conflicto sociopolítico o como la Kata le refiere “esa matanza”. Al ver como personas que estudiaron con ella resultaron heridos por el hecho de no estar en la misma postura partidaria del estado nicaragüense tuvo que salir del país, “sentí como me acechaban en Managua en esos días y aún no paro de sentirlo” expresó con algo de tristeza Sánchez.
El exilio agridulce de la Kata
Llegó a Costa Rica y todo no fue color de rosa para Kataleia, al experimentar la xenofobia, el racismo y la transfobia por parte de la comunidad costarricense. Menciona también que en uno de los tantos días estableciéndose en el país se encontró con personas que pensaba que eran sus amigos pero que cuando necesitó de ellos le dieron la espalda, dándole a la Kata una mirada a la fuerte realidad que no la desanimó pero si la marcó. “Desde ahí me dije a mi misma que no podía quedar así, yo soy la kata y si llegué hasta aquí puedo continuar”.
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Al tiempo en Costa Rica después de tantas desesperaciones y malos tiempos ella empieza a conocer organizaciones que asegura “le han brindado herramientas útiles para poder salir adelante con sus ideas emprendedoras”, se montó un negocio de comercio en donde ofrece calzado femenino y masculino, además de otros artículos varios que ayudan a diversificar sus ventas y generar incrementos notables en economía.
Siendo quién se encarga de llevar alimento a su morada, mantener un techo digno para su familia y ayudar a su madre a como se le es posible hacerlo, ella mantiene su rostro en alto. “Aun me duele saber que tengo familia en Nicaragua que pueden en algún momento hacerles daño, me duele también que no pude estar presente cuando sepultaron a mi abuela”. La Kata, mujer trans que se ha deconstruido y reconstruido a tal nivel que se enorgullece de ser ella misma y vivir la vida que está viviendo.
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“Aquí en el exilio suelo sonreír más, que las veces que lo hacía en Nicaragua, soy la Yasuri Kataleia Sánchez Machado, quien siempre debí ser, aquí hay una Kata con mucho amor, con un corazón humilde, dispuesta a escuchar y ayudar en lo que le sea posible no solo a quienes me conocen sino a quienes me necesiten” dijo Sanchez.