El 24 de este mes es su procesión.La feligresía pone en sus manos la libertad de opositores y la del obispo Rolando Álvarez.
Por: Intertextual/ Voces en Libertad/ contacto@intertextualcr.com
León está de fiesta, el primero de este mes arrancaron las novenas en honor a Nuestra Señora de la Merced, patrona del municipio. A partir de ese momento, se desplegó un amplio programa de actividades que multiplica la asistencia de la feligresía y peregrinos a estas fiestas, las que se prolongarán hasta el día 24, su día más importante.
Las fiestas de La Merced dio inicio con la tradicional Subida del Telón, seguido de la eucaristía la mañana del viernes último, presidida por monseñor Sócrates René Sandigo Jirón, obispo de León y Chinandega. Se trata de uno de los actos tradicionales más antiguos de la ciudad, emparentados con la salida Triunfal y Gloriosa de Cortejo Procesional documentadas desde el 17 de Julio de 1912, por el obispo Simeón Pereira y Castellón.
La fiesta rinde homenaje a la patrona de las y los leoneses, a quien le atribuyen varios milagros para la ciudad. Batallas ganadas, triunfos imposibles y también la iluminación de hombres del pasado que fueron claves para cambiar la historia.
Tanto mérito le han dado que la misma policía del régimen, la que oprime hoy a la iglesia, la nombró hace varios años Primera Comisionada Emérita. Eso aunque este año, prohibió su salida del Santuario Diocesano de la ciudad Santiago de los Caballeros y la dejó en templo por cárcel por órdenes del dictador Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”, recitó el obispo Sándigo durante la eucaristía especial. “Aquí está la madre que mira a este pueblo que le ama, le quiere y admira, en la que encuentra protección”, dijo el prelado durante la homilía en honor a la imagen venerada, para quien pidió un extendido aplauso, que le fue dado por los católicos leoneses en el templo de la patrona.
“Sombra protectora de León”
El religioso recordó que “el orgullo de la raza nicaragüense, se expresa en el espíritu leonés que no se doblega y siempre está dispuesto a celebrar y contemplar a la Virgen de la Merced, la protectora y hacedora de milagros”, señaló.
“La Virgen de Merced no ha descansado, pendiente de sus hijos, pendiente para que el mal no nos destruya, para que el pecado no nos lleve por malos pasos, desatando cadena y liberándonos del mal de la esclavitud, expresándonos su maternidad, escuchado nuestros ruegos, viendo nuestras conquistas y logros. Por eso León, Nicaragua y la iglesia Católica, no dejan de celebrarla”, expresó el Obispo.
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Además, pidió al pueblo creyente, hacerse un examen de conciencia y preguntarse: “¿Quiénes somos?¿Por qué estamos llenos de pecado, resentimiento, odio, maldad, fraude, infidelidades, engaño, y vociferando provocando la división entre hermanos?”, reflexionó.
A la vez llamó a la feligresía, a ofrecer el sacramento de la reconciliación y el arrepentimiento. “(hay que) quitarnos la máscara de güegüense como ofrenda a la Virgen para mostrar la casta humilde del buen cristiano, porque no se puede ser católico y jugar a dos aguas, sino presentar la fidelidad de quienes somos con transparencia y sinceridad a una tradición heredada desde nuestros antepasados”, invitó el Obispo de León.
Circuito turístico religioso bajo ataque del régimen
Las fiestas en honor a la Virgen de la Merced, se ha caracterizado por ser una de las más solemnes en todo el territorio nicaragüense y para las y los leoneses, representa la cumbre de las festividades religiosas locales, sin embargo, los ataques que mantiene el régimen Ortega-Murillo contra a la iglesia católica ha afectado el llamado Circuito Turístico Religioso del país, al prohibir las procesiones.
Uno de los atractivos para visitantes nacionales o extranjeros que llegan a León, son precisamente para ser partícipes de este circuito, algunos motivados por la fe católica, otros por vivir una experiencia de más de un siglo y claro, los que llegan por conocer una de las ciudades más antiguas de la región con todo y lo que es su riqueza cultural, su arte sacro y sus joyas arquitectónicas.
Pero no vivir la libertad religiosa, encerrar a imágenes en las iglesias, rodear templos con policías y mostrar la opresión de la fe, ha causado una disminución de las visitas durante las festividades religiosas. Los que más padecen por esta situación, son los comerciantes que veían en las fiestas religiosas oportunidades de temporada alta para sus ventas.
Las procesiones de Semana Santa y las fiestas patronales de la Merced son parte del Circuito Turístico Religioso que más venden las empresas operadores del turismo. Una de ellas por ejemplo, describe que entre sus ofertas cuenta con un recorrido por la Catedral de León “máximo exponente de la arquitectura barroca, imágenes antiguas y sus tradiciones de gran valor artístico, cultural e histórico”.
“Estas fiestas son parte de nuestra fe, tradición e identidad cultural y religiosa y no hay quien pueda borrarla de nuestra historia. Por eso pedimos a nuestra señora, libere a Nicaragua del mal, bendiga a todos los consagrados y apague los dardos del demonio”, expresó un feligrés a los pies de la imagen de Nuestra Señora de la Merced.
Piden libertad para Nicaragua
Anabel viajó desde el municipio de la Paz Centro, a pedirle a “la Santísima Redentora de los Cautivos” por la protección de su hijo que emigró a Estados Unidos. “Le pido a la Patrona que proteja a mi muchacho y a todos aquellos hermanos que han tenido que dejar su familia y casa en busca de una mejor vida”, agregó.
Una delegación de jóvenes matagalpinos arribó desde tempranas horas al Santuario para rezar el Santo Rosario, participar de la eucaristía y pedir a la Virgen de Merced, interceda por la libertad de los presos políticos, en el que resalta el nombre de su guía espiritual, monseñor Rolando Álvarez, condenado a 26 años de cárcel por el régimen de Ortega y de Murillo.
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Dentro del contexto de las fiestas patronales de León, en este mes de septiembre, la imagen de la Virgen de Merced recibe visita de colegios, universidades y parroquias, acompañada de alboradas, quema de pólvora, serenatas, cánticos religiosos, noche de velas, y solemne procesión que es saludada con pañuelos blancos y aplausos antes de salir a su recorrido por las principales calles de la ciudad. Pero eso era antes que una dictadura en una paranoia sin precedentes, “apresara” también a las imágenes católicas y las confinara a su templo.