Impresionante despliegue policial alrededor de la venerada imagen que bajó de Las Sierritas hacia la capital. Centenares de trabajadores estatales fueron obligados a ir. Les dijeron: “estén atentos a apoyar a los compañeros policías.”
Por: Intertextual/ Voces en Libertad/ contacto@intertextualcr.com
Minguito llegó a Managua, no quedó confinado en su templo de Las Sierritas como otras imágenes de la iglesia Católica, pero su procesión fue bajo un fuerte despliegue de antimotines, policías de línea y trabajadores del Estado, como nunca visto en años anteriores.
“Eran como 200 cuervos”, dice un promesante al referirse a los oficiales de operaciones antidisturbios que empleó la policía del régimen de Daniel Ortega para vigilar la procesión del santo patrono de los managuas.
La policía prácticamente tomó control de la procesión desde antes que iniciara, haciendo un cordón con efectivos boinas rojas en la nave central del templo en Las Sierritas de Managua y arrinconó a los fieles en los laterales de la iglesia.
Dominaron hasta el paso de la romería
En una transmisión en vivo a través del sitio Facebook de la parroquia de Santo Domingo en Las Sierritas, se oye como es la policía del régimen, quien hasta marca el paso de la romería católica.
“Avanzando, avanzando”, se oía decir a un policía que se dirigía a los cargadores de la peña adornada de vistosas flores. El cordón policial que desapareció en el 2018 y fue restablecido en el 2022 y este año, impidió que muchos promesantes y devotos de Santo Domingo de Guzmán pudieran cumplir sus promesas. Pero eso al régimen no le importó.
Hasta esta mañana, se reportaban al menos cinco detenciones de personas que supuestamente alteraban “el orden público”.
Más vigilantes, trabajadores del Estado
Alrededor de 400 unidades de la flota de transporte de Managua se utilizaron para trasladar a miles de trabajadores del sector público, los que fueron obligados a participar en las festividades de la bajada de Santo Domingo de Guzmán para ser el refuerzo del cerco de control, que organizó el régimen orteguista alrededor de toda la feligresía católica de la capital.
No se puede precisar el número de trabajadores del Estado que participaron obligados en esta actividad. “La misión fue estar atento a apoyar a los compañeros policías”, dijo un trabajador de la comuna. “Nos dijeron estar atentos a algún brote de protesta ciudadana”, señaló confiando en que se protegería su identidad en este reporte.
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Los trabajadores del estado fueron trasladados en unidades de buses desde un punto de concentración hasta el destino que se les asignó. Cada dispositivo de seguridad estaba integrado por al menos 300 trabajadores, los que fueron ubicados en puestos claves del trayecto de la procesión. Hoy tendrían el día libre.