Dentro de las necesidades que enfrentan las mujeres indígenas están; un lugar adecuado para dormir, utensilios de cocina, comida, ropa, trabajo, acceso a agua potable, una vivienda y atención médica y legal.
Por: Redacción Intertextual/ contacto@intertextualcr.com
Los ataques de colonos acuerpados por el régimen de Daniel Ortega a los territorios indígenas es uno de los factores que ha impulsado la migración de cientos de Miskitos y afrodescendientes hacia Costa Rica, entre ellos una alta cantidad de mujeres y niños que se enfrentan a necesidades a diario para poder sobrevivir en el país más caro de Centroamérica.
Anelia Williams Vanegas, de 30 años, es originaria de una comunidad miskita ubicada en el Río Coco, actualmente tiene un año y seis meses en condición de refugiada en Costa Rica y vive en una casa que alquila junto a ocho familias, en su mayoría mujeres madres.
Williams huyo de su territorio ante el temor de los constantes ataques a su comunidad por parte de colones y la falta de protección del estado, eligiendo el país vecino por la cercanía que tiene con su pueblo.
Uno de los principales retos a los cuales se enfrentó al llegar a Costa Rica fue encontrar un lugar adecuado para vivir, junto a los niños y mujeres embarazadas con los que llegaba. “Para comer teníamos que pedir para darle al pequeño” comentó.
Dentro de las necesidades que enfrentan las mujeres indígenas están; un lugar adecuado para dormir, utensilios de cocina, comida, ropa, trabajo, acceso a agua potable, una vivienda y atención médica y legal.
En el caso de Anelia para poder cocinar y darles de comer a su familia solo tiene disponible una porra para hacer arroz y debe lavarla luego de uso de ella para que otra familia cocine en el mismo utensilio; para las ocho familias solo tienen una cocina de dos quemadores y un tanque de gas que lo máximo que les dura son 15 días, lo que representa un gasto para ellas y ellos.
El idioma un impedimento para tener derechos
Dentro de la casa solo Williams trabaja, esto debido a que solo ella domina el español, sin embargo, el trabajo no es constante. El único empleo que ha logrado conseguir es de doméstica, dos veces a la semana como máximo, en donde gana al día 10,000 colones, de los cuales solo le quedan disponible 8,000 para los gatos de la casa, luego de descontar el costo de los pasajes.
El costo del alquiler es de 150,000 colones al mes y 20,000 colones de luz si se pasa del mínimo que le permite la persona que le alquila, no cuenta con agua potable y para poder bañarse y tomar agua tiene que bajar unos 400 metros de la montaña a un río para abastecerse del vital líquido.
Para Karla Rodríguez, miembro del equipo de la Asociación Intercultural de Derechos Humanos (ASIDEHU) catalogó como lamentable la situación en las que se encuentran las mujeres indígenas exiliadas en Costa Rica.
“Desde ASIDEHU llevamos un control de muchos que les han negado el refugio precisamente por problema de idioma” comentó Rodríguez.
Puede leer: La migración tiene interseccionalidad y no se puede dejar de lado a nadie
El pasado sábado tres de junio desde la asociación se denunció la deportación de nueve personas indígenas, entre ellas una mujer líder miskita que tenía su refugio aprobado, esto debido a la barrera del idioma entre migración de Costa Rica y los miskitos que venían huyendo de Nicaragua.
El llamado que ASIDEHU les hace a las autoridades migratorias es ser un poco más flexibles.
“Que sean más flexibles, que por lo menos a ellos se les permita un acompañamiento de una persona que les pueda traducir o un documento que sea de esta manera (En idioma Miskito)” añadió.
Indice
ToggleCampaña: S.O.S MUSKITIA
Desde ASIDEHU se ha iniciado una recolecta de ayuda humanitaria para migrantes indígenas en situación vulnerable, con el lema S.O.S. MUSKITIA, en donde se pretende ayudar aproximadamente a 60 mujeres, entre ellas embarazadas, personas de la tercera edad y niños.
Los donativos de ropa; colchonetas, zapatos, abrigos, sábanas, utensilios de cocina y cosas para bebes serán recibidos en las oficinas de la asociación, ubicada en San José, de la fuente de la plaza de la cultura 500 metros norte, 25 metros oeste, barrio Amón, edificio celeste de dos plantas, de igual manera se habilitó el número 8739-9100 para brindar mayor información.
Para poder ayudar a Anelia y las ocho familias que viven con ella se estará recibiendo ayuda humanitaria en las oficinas de Intertextual o bien comunicarse al correo electrónico contacto@intertextualcr.com
Comunidades Miskitas denuncian secuestros y entrenamiento militar obligatorio a Jóvenes indígenas
Mediante engaños y falsas promesas de becas de estudios los jóvenes miskitos son llevados por militares y colonos para recibir entrenamiento militar obligatorio, los introducen en la montaña y les quitan los teléfonos para dejarlos incomunicados con sus familias.
Anelia Williams catalogó como un secuestro lo sucedido con los miskitos y comentó que al momento de ser retenido en la montaña uno de los jóvenes de 17 años logró conseguir un teléfono para llamar a su familia y escapar.
“Hay muchos niños que andan en los montes cargando armas” comentó. Williams hace un llamado a la comunidad internacional para poder frenar la estructura de entrenamiento militar por parte de las autoridades gubernamentales en Nicaragua a las comunidades indígenas.