Las hermanas dieron todos los pasos legales para pasar a manos de la Diócesis de Chontales el inmueble. Murillo sale con el invento de un laboratorio de semillas.
Por: Intertextual/ Voces en Libertad/ contacto@intertextualcr.com
Molestos y tristes. Así se declararon pobladores de Chontales por la salida de las hermanas Trapenses que abandonaron el país debido a la represión del régimen contra los religiosos del país.
Como si no bastara, ahora saben que no cuentan con el monasterio dónde era posible llegar, rezar y buscar consejos con las hermanas de esa orden porque el régimen lo confiscó. “Nos quedamos sin las hermanas y sin el monasterio”, dijeron.
A casi dos meses de que las hermanas Trapenses abandonaran Nicaragua de forma voluntaria, el régimen de Daniel Ortega ordenó confiscar el monasterio de las religiosas, ubicado en el municipio de San Pedro de Lóvago, en Chontales.
El monasterio Santa María de la Paz, que fue fundado y construido por las monjas, fue confiscado por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo y entregado al Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria (INTA).
Indice
ToggleRobo y represión
En Chontales a nadie sorprendió la forma en que Ortega “se robó” las instalaciones de las monjas. “El sandinismo es eso, robo y represión. Es lo que le han dado a este país en más de 40 años”, criticó un poblador que pidió hablar bajo anonimato.
Este lunes, llegaron funcionarios del Ministerio de Gobernación a la Diócesis de Chontales y le informaron a las autoridades eclesiales que ya no podrían ingresar al monasterio porque ahora es “propiedad estatal”.
Antes de retirarse del país, el pasado 24 de febrero, las hermanas pidieron la disolución voluntaria de la organización ante el Ministerio de Gobernación y realizaron las diligencias para entregar los bienes inmuebles y el monasterio a la Diócesis de Chontales. “Dieron todos los pasos legales para donar el bien…pero de nada sirvió”, dice un abogado de Juigalpa.
Murillo sale a justificar fin del inmueble
Rosario Murillo, la esposa del dictador y su vocera, dijo que el Inta, creará una planta y laboratorio para estudios en lo que fue el monasterio.
Aunque no tenían dispensarios o comedor alguno, las religiosas cultivaban en los patios de las instalaciones y con las frutas cosechadas, elaboraban mermeladas, que luego vendían a la población a un costo accesible.
Otro de los servicios que las religiosas prestaban, era la elaboración y venta de rosarios a bajo costo para los pobladores. Para su supervivencia, vendían libros de estudios para la fe católica.
Las hermanas Trapenses llegaron a Nicaragua el 20 de enero del año 2001, procedentes de Hinojo, Argentina, para fundar el monasterio Santa María de la Paz, ubicado en San Pedro de Lóvago, municipio del departamento de Chontales, en el centro de Nicaragua.
A las monjas trapenses se les caracteriza por ser una orden contemplativa de la iglesia Católica. Alaban a Dios, piden por la salvación de cada ser humano. Empezaban sus oraciones desde la madrugada y alternaban con el trabajo en distintas horas, leían la biblia, y terminaban su jornada rezando.