Por: Redacción Intertextual/ contacto@intertextualcr.com
Una niña de 9 años y su hermana de 15 años de edad, vivieron una terrible pesadilla la noche del pasado 18 de noviembre del 2022, en la comarca Bolinki número 4 del municipio de Wiwilí, Jinotega.
Esa dolorosa noche, ambas salieron corriendo y llorando de su propia casa de habitación, tras presenciar el atroz crimen de su mamá María Gámez Murillo de 47 años y su hermana mayor identificada como Aleyda Vallecillo Gámez.
El supuesto autor del doble asesinato, fue José Antonio Murillo Zelaya, quien no tenía ni nueve meses de haber establecido una relación de pareja con Aleyda, asegura la acusación de la fiscalía.
El femicida primero asesino a su cónyuge y posteriormente asesinó con la misma arma blanca a su suegra y tras dejar ambos cuerpos en el interior de la casa, procedió a darle persecución a la niña de 9 años y a la quinceañera.
Según la acusación que la fiscalía presentó en el juzgado de Distrito Penal de Audiencias en contra del femicida, la quinceañera y su hermanita después de ver los crímenes corrieron por sus vidas, pidiendo auxilio a gritos.
Aunque el femicida las siguió y les lanzaba machetazos, no logró darles alcance y al final optó por huir del lugar pero el pasado 13 de enero fue capturado en una comunidad de Murra, Nueva Segovia y el próximo 23 de febrero enfrentará un juicio por femicidio, asesinato agravado, amenazas contra la mujer y asesinato en grado de frustración.
Lea también: Femicidios: un flagelo indetenible en Nicaragua
De acuerdo con la acusación, el episodio de horror comenzó aproximadamente a las 7:30 de la noche, cuando el femicida llegó en estado de ebriedad a la casa de las víctimas a exigirle a su cónyuge que le diera de comer.
“Dame de comer que tengo hambre”, dijo el agresor y como su pareja le dijo que no estuviera molestando, el femicida se enfureció y le pidió comida a su cuñada quien por temor le sirvió los alimentos.
Mientras comía, le advirtió a su pareja que la mataría y le dijo “si no sos mía no sos de nadie”, ya que constantemente le mostraba escenas de celos y hasta le prohibía que “llegarán hombres a la casa”, según se lee en la acusación.
Tras terminar de comer, el femicida Murillo Zelaya, agarró el machete que andaba y se dirigió a donde se encontraba su pareja para cumplir con su amenaza de privarle de la vida.
Cuando el femicida le propinó una herida mortal en la cabeza, la madre trató de agarrar un machete para defender a su hija, pero Murillo Zelaya, no le dio oportunidad ya que en ese instante le propinó los dos estocadas que le causaron la muerte y después sus hijas menores tuvieron que salir corriendo para salvar sus vidas.
Las dos mujeres se sumaron a la lista de mujeres asesinadas en 2022 que llegó a las 67 mujeres privadas de la vida según lo reportó el observatorio de Católicas por el Derechos A Decidir, que apunta que este años 2022 fue uno de los años más violentos para las mujeres en el país.