Las personas de la tercera edad necesitan mantener relaciones sociales y conexiones afectivas para conservar su bienestar y estabilidad emocional.
Por: Redacción Intertextual/ contacto@intertextualcr.com
La Asamblea General de la Naciones Unidas designó el 15 de junio como Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, en el 2011, mediante su resolución 66/127, con lo que se pretende prevenir y responder al maltrato de las personas mayores y, de este modo, contribuir a mejorar su salud, bienestar y dignidad.
“Concientizarnos sobre estas realidades dolorosas nos permite desafiar los estereotipos y prejuicios que perpetúan la discriminación por edad. Como Jóvenes debemos reconocer que todas las personas, independientemente de su edad, tienen el derecho fundamental a vivir libres de violencia y a disfrutar de una vida plena y digna”, comentó Gloria Chamorro; Especialista en paz y resolución de conflictos, a Intertextual.
Según el sitio oficial de la ONU, entre 2019 y 2030, se prevé que el número de personas de 60 años o más aumente en un 38%, de mil millones a 1,4 mil millones, superando en número a la juventud a nivel mundial, y este crecimiento será especialmente mayor y más rápido en las regiones en vías de desarrollo, y requiere que se preste mayor atención a los desafíos específicos que afectan a las personas mayores, incluso en el campo de los derechos humanos.
Gustavo Díaz es un hombre gay de 64 años, actualmente habita en Matagalpa. Su historia fue compartida por la Red de Desarrollo Sostenible como parte de la campaña de concientización para prevenir y responder al maltrato de las personas mayores, clave para contribuir a mejorar su salud, bienestar y dignidad.
Díaz comentó haber atentado en contra de su vida y a su avanzada edad aun no aceptar su orientación sexual “por el rechazo que tienen mis hijos a mi persona, ellos son los únicos que me rechazan, principalmente el varón”.
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“En primer lugar, la segregación conlleva a la soledad y el aislamiento social. Las personas de la tercera edad necesitan mantener relaciones sociales y conexiones afectivas para conservar su bienestar y estabilidad emocional.
La exclusión de la familia genera sentimientos de abandono, tristeza profunda, perdida de la autoestima y sentido de vida, lo que contribuye al deterioro de su salud mental, así como también expone al adulto mayor a situaciones de abuso y maltrato” comentó Chamorro.
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Para la ONU “el maltrato de las personas mayores es un problema social que existe en los países en desarrollo y desarrollados y, por lo general, no se notifica suficientemente en todo el mundo. Tan solo en unos pocos países desarrollados hay tasas de prevalencia o estimaciones, que se sitúan entre un 1% y un 10%. Aunque se desconoce la magnitud del maltrato de los ancianos, su importancia social y moral es indiscutible”.
