Nicaragua es un país donde informar se ha vuelto un acto de resistencia, ejercer el periodismo independiente implica altos costos personales, profesionales y hasta legales. Así lo evidencia el primer informe trimestral 2025 de la Fundación por la Libertad de Expresión y Democracia (FLED), el cual documenta un total de 26 casos de violaciones a la libertad de prensa en Nicaragua, entre enero y marzo de este año.
De estos casos, “20 fueron dirigidos contra personas naturales y 6 contra medios de comunicación”, aunque la organización advierte que esta cifra “no reflejan la totalidad de los hechos ocurridos, ya que persiste un significativo subregistro” debido al temor de las víctimas a represalias.
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ToggleExilio: una salida obligada

El exilio continúa siendo una constante entre los periodistas nicaragüenses. Solo en el primer trimestre de 2025, al menos seis periodistas se vieron obligados a abandonar el país, elevando la cifra total a 29 personas exiliadas desde abril de 2018, de las cuales “178 son periodistas y/o reporteros, lo que representa el 61.6%”.
Este desplazamiento forzado incluye también a editores, ejecutivos, técnicos, camarógrafos y locutores. Según el informe, “FLED ha contabilizado 48 personas exiliadas en esta categoría (16.6%)”, mientras que “fotógrafos y camarógrafos también han sido objeto de persecución”, sumando 18 personas (6.2%).
A pesar de la distancia, muchos de estos profesionales continúan trabajando en el oficio, enfrentando nuevas barreras económicas. “No voy a romantizar la situación. Esto no debería estar pasando, pero toca hacerlo para sobrevivir”, declaró una periodista exiliada a FLED.
Entre 2024 y 2025, 89 periodistas (45 hombres y 44 mujeres) han tenido que “alternar el periodismo con otras ocupaciones para sostenerse”.
Una de ellas comparte su realidad desde Costa Rica. “Decidí junto a mi esposo hacer esto, que no tiene nada que ver con mi profesión, pero no hay de otra. Este país es muy caro y no podemos regresar a Nicaragua” relató, refiriéndose a su nuevo trabajo como repartidora en moto para una aplicación de envíos.
La censura no discrimina
La represión también se extiende a quienes alguna vez ejercieron la profesión y hoy están retirados. El informe documenta la detención del periodista Irving Guerrero Montes, retirado y jubilado, por supuesta “tenencia ilegal de armas”. Con su caso, ya suman cuatro periodistas detenidos bajo condición de desaparición forzada.

Foto: Brisa Bucardo.
FLED también exige la liberación Elsbeth D’Anda, Leo Catalino Cárcamo y Fabiola Tercero, de quienes “los arrestos o desapariciones no cuentan con explicación oficial”. A esto se suma una campaña de desprestigio sostenida por el oficialismo, con “discursos estigmatizantes que buscan desacreditar la labor periodística”.
Incluso las y los periodistas oficialistas “sufren la censura en silencio”, revela el informe. Se les impide tener contacto con comunicadores independientes, y las radios locales deben transmitir obligatoriamente los noticieros de radio Ya, restringiendo así “la producción de contenidos local” y profundizando “el vacío informativo en las regiones”.
Apagón informativo por falta de financiamiento
El panorama se agrava por la falta de financiamiento. Una encuesta de FLED a 16 medios independientes reveló que “al menos 38 periodistas habían perdido su empleo” por los recortes tras la suspensión temporal de la cooperación internacional. “El 43.8 % de los medios reportó haber reducido personal y ajustado salarios de manera simultánea”.
Las estrategias de resistencia incluyen redistribuir el trabajo entre los pocos miembros que siguen activos (62.5%), reducir cobertura geográfica y temáticas (18.8%, y buscar nuevas fuentes de financiamiento como el crowdfunding
No obstante, los medios no bajan la guardia. “El 62.5% de los medios encuestados afirmó que, de momento, no contemplan cerrar sus operaciones”, lo que según FLED, demuestra “una fuerte voluntad de resistencia frente a un escenario desafiante”.
Ni en el exilio hay tregua
En Costa Rica, a pesar de contar con una ley de acceso a la información pública desde noviembre de 2024, los periodistas nicaragüenses enfrentan trabas similares a las de su país de origen. Entrevistas canceladas a última hora, respuestas evasivas de funcionarios y prohibiciones para hacer preguntas son parte de los obstáculos denunciados.
“Me sentí como cuando en Nicaragua hacían lo mismo para evadirnos «expresó un periodista al que le cancelaron una entrevista con el viceministro de Migración en Costa Rica para un documento sobre apátridas.
Los hallazgos del informe de FLED apuntan a una realidad cada vez más hostil para el ejercicio periodístico en Nicaragua. “La vigilancia, el asedio y la estigmatización por parte de voceros oficialistas han llevado a una forma limitada de reporteo, basada en sondeos y conversaciones informales, sin firma ni rostro visible,” denuncia la organización.
La FLED, hace un llamado urgente a la comunidad internacional. “Es urgente prevenir que la falta de oportunidad siga ampliando los vacíos informativos, que ya son visibles en medios con equipos reducidos y limitada producción periodista”.