En el mes del “Orgullo”, el Gobierno Ortega-Murillo niega la posibilidad de realizar la marcha. Mientras, recibe con honores de Estado a Ebrahim Raisi, Presidente de Irán, donde por ser una persona LGBT se puede perder la vida.
Por: Redacción Intertextual/ contacto@intertextualcr.com
Autor: Adriano Antínoo
El 28 de junio se reconoce a nivel mundial como Día del Orgullo. Cada año se conmemora un aniversario más del levantamiento que tuvo lugar en la ciudad de Nueva York en 1968, contra el acoso policial a los bares y sitios de encuentro de las personas LGBT, como en el bar Stonewall Inn. Lugar donde una mujer cantante negra y lesbiana, Stormé DeLarverie, le respondió con una bofetada a un agente policial que la golpeó. Por esto la apresaron y al llevársela Stormé grito: “¿Es que no pensáis hacer nada?”. Dos mujeres transgénero: Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera, se lanzaron contra los agentes y el resto de presentes les siguieron. Este acto ya es parte de la historia y se considera como el inicio del movimiento por el reconocimiento de los derechos de las personas LGBT a nivel de Estados Unidos y se ha esparcido rápidamente por el mundo. La resistencia continúa, la demanda de trato digno y con respeto sigue vigente y es el centro de la conmemoración.
El 28 de junio pero del 2023 en Managua, Nicaragua; decidí aceptar una invitación para ir a una de las varias “Fiestas del Orgullo” que organizaron varios bares. Más de un negocio “celebró el Orgullo”, a pesar que desde el 2018, el Gobierno Ortega-Murillo no permite la realización de las Marchas del Orgullo, igual que niega el derecho a cualquier otra movilización social. Es decir, el Gobierno restringe el derecho de las personas LGBT a ser visibles, a un ámbito mas limitado.
La fiesta muy concurrida y los dueños contentos de ello. Personal encargado de la seguridad revisaban a quienes ingresaban al local. En las mesas era notable la presencia de alguna que otra persona LGBT acompañada por un grupo de personas heterosexuales, todas las personas eran jóvenes. Hubo animación de una persona gay que se traviste y es un personaje muy reconocido en la comunidad LGBT de Nicaragua. Ninguna gran diferencia con lo acontecido en otros sitios.
A la hora de la animación se realizaron los acostumbrados concursos de baile donde gana quien realice los movimientos más sugestivos y como premio un litro de ron. Primero, concurso entre chicos gay. Uno de los concursantes estaba con un grupo de amigos, todos gays. En cierto momento, la animación detuvo el concurso para preguntar al grupo si eran de la UCA, todos contestaron animadamente. De parte de la animación se notó una actitud de desprecio que luego se materializó en la descalificación del joven de ese grupo, evidenciando que ha calado el rechazo hacia las personas que comparten una característica en común que en este caso es ser estudiante de la UCA.
Tocó el turno de las mujeres transgénero. Subió una y hubo aplausos, luego otra cuya expresión de género era evidentemente femenina pero no andaba “vestida”. La animación la vio de arriba abajo y preguntó al público si podía o no participar. La gente dijo que “solo las vestidas”. Esto que pareciera ser menor, evidencia que la sociedad nicaragüense no ha avanzado en el reconocimiento de la identidad de género. Incluso entre las personas que apoyan a la comunidad LGBT. Es uno de los efectos de la negación del derecho a ser visibles, a la identidad personal que de facto ha impuesto el Gobierno Ortega-Murillo a las personas LGBT. La desconstrucción de los avances como el derecho a realizar la Marcha del Orgullo, fomenta el predominio de la visión estereotipada de la diversidad.
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Participaban muchas personas heterosexuales “amigas” de las personas LGBT, eran la mayoría de hecho. La animación preguntó: ¿dónde están las personas heterosexuales aliadas? La respuesta fue una gran algarabía. Si consideramos esto como un avance en el reconocimiento social, debemos indicar que es debido al efecto de transculturización que sucede por el cada vez mayor acceso y uso de las redes sociales donde la visibilidad ha sido enorme gracias a las campañas de las grandes empresas multinacionales.
Así, la alternativa “Fiestas por el Día del Orgullo”, se han caracterizado por el predominio del negocio sin mensajes de tolerancia y respeto. Esto es consecuencia de la inacción del Estado ante la discriminación estructural hacia las personas LGBTIQ+.
En el mes del “Orgullo”, el Gobierno Ortega-Murillo niega la posibilidad de realizar la Marcha. Mientras, recibe con honores de Estado a Ebrahim Raisi, Presidente de Irán, donde por ser una persona LGBT se puede perder la vida. En enero 2023 ahorcaron a Mohammad Mahdi Karami, de 22 años, y Seyed Mohammad Hosseini, de 26, declarados culpables de «corrupción en la tierra».
El Gobierno Ortega-Murillo presentó el 30 de marzo 2023 la cartilla “Diversidad Digna: el Derecho a Elegir y el Deber de Respetar” para que fuera promovida por la Comisión para la Vida Armoniosa dirigida por la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, específicamente por el Despacho de la Procuraduría Especial de Derechos Humanos para la Diversidad Sexual. Así lo expuso la Procuradora Especial, Samira Montiel, durante la entrevista en la Revista En Vivo con Alberto Mora de Canal 4: “No había terminado de hablar la Compañera Rosario a través de su comunicación diaria cuando ya estábamos recibiendo una gran cantidad de mensajes, preguntando que si era verdad, que si era cierto. Hay una gran expectativa y alegría dentro de la comunidad al recibir esta cartilla, porque indudablemente en ese esfuerzo que viene realizándose de hablar todos los días de derechos, todos los días restituir el derecho de cada una de las personas en nuestro país, esta cartilla se convierte en un instrumento más de ese proceso de restitución de derecho y de esa cultura de paz”[1]. Mencionó además que se promoverá desde todos los espacios para llegar a toda la población nicaragüense.
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“Del dicho al hecho, hay mucho trecho”. Existen referencias de que este tipo de acciones no se sostienen en el tiempo y por ende su impacto es limitado impacto, queda en la presentación de poco alcance, de un discurso al funcionariado. En 2013 el mismo Despacho de la Procuradora Especial de Derechos Humanos para la Diversidad Sexual realizó el único ejercicio de fiscalización al servicio público de salud y encontró que 4 años después de haber sido aprobada la Resolución ministerial contra la discriminación a personas LGBT, solo el 33% del personal del Ministerio de Salud conocía esta Resolución. Es decir, son esfuerzos que no generan cambios estructurales, su fin es la proyección internacional de supuestos avances en derechos humanos. Desde el 2014 y a nivel constitucional, este Gobierno niega el reconocimiento de las uniones entre personas LGBT y por ende el derecho a tener familia y los derechos patrimoniales. El Estado nicaragüense desconoce a las personas LGBT puesto que ni siquiera la Policía Nacional desagrega estadísticas por orientación sexual e identidad de género.
En 2019, un diputado oficialista declaró negando los derechos políticos de las personas LGBT y ante esto el silencio cómplice de la Procuraduría para los Derechos Humanos, así como ante la serie de asesinatos atroces que han tenido lugar en los últimos años. La posición activa del Gobierno Ortega-Murillo se enfoca en desconocer y limitar los derechos de las personas LGBT y fomenta las condiciones para que la violencia cotidiana que viven las personas LGBT en Nicaragua vaya en aumento a corto, mediano y largo plazo.
[1] Recuperado de: https://www.el19digital.com/articulos/ver/titulo:138378-cartilla-sobre-la-diversidad-derechos-sin-discriminacion-y-sin-inclusion-para-todos-y-todas
