Por: Victor Manuel Pérez
Hola amiga, no se ni como decirte cuanto te extraño, ya son más 5 meses que no me escribes, ya son más de 5 meses que no me preguntas de la boda, mi Ileana querida perdóname por no saber como dejarte ir.
¿Te acuerdas de esa foto primera?, fue aquel día que liberaron a la Lucia y a Miguel, que alegres nos sentimos, entre colegas, aún cuando estábamos padeciendo dificultades en este exilio, exilio que nunca lo voy a maldecir, pues me dio la dicha de conocer a personas maravillosas como vos «amiga».
Te acuerdas de ese último chat que nos hicimos, nos reímos de mi perrita por el nombre y hablamos de que estabas lista para venir a mi boda, pero te fuiste amiga.
¿Te acuerdas de esa foto?, que lindo era ahí, sabes este fin de semana voy a volver a ir ahí, para unas fotos de mi boda, voy a llorar seguro, ¿no quieres ir con nosotros?.
Que dura es la vida deberas, aveces pienso el por qué solo los buenos nos están dejando, no tengo una explicación, solo sé que me ha hecho llorar mucho, el no saber cómo dejar ir a personas tan queridas.
¿Pero cómo se logra eso?, cuando vos me tendiste la mano cuando estaba mal, cuando me aconsejaste apenas conociéndome, cuando muchas veces dejaste de comer para ayudarnos a comer a muchos en el exilio.
Amiga no me dejaste despedirme, pero no voy a ser egoísta, sé que vos estarías molesta regañándome con esta mi actitud, quiero escribirte estar carta de despedida, pues es mi única forma de desahogarme.
Discúlpame por mis terquedades, por mis impulsos que me meten en clavos, gracias por esos maravillosos consejos que hoy me tienen acá dando la batalla, gracias porque diste lo mejor de vos sin esperar nada a cambio de nadie, gracias querida chela.
Pídele a Dios que nos escuche por favor, y me permita un día volver y despedirme de vos, donde estás descansando, espero que nos veamos nuevamente en la eternidad y si existe la reencarnación pídele a Dios sea cerca de nosotros para poder volver a sentirte amiga.
Te quiero mucho Ileana Lacayo.