Abril de 2018, se convirtió en una fecha imborrable en la historia de Nicaragua. Jóvenes valientes tomaron las calles para exigir justicia y libertad frente autoritarismo de Daniel Ortega y Rosario Murillo. La juventud, alzó la bandera Azul y Blanco y canto el Himno Nacional, así enfrentó con dignidad una represión brutal que aún deja cicatrices abiertas.
Hoy, quienes sobrevivieron y quienes nacieron a la vida política en medio del fuego, siguen en pie, con la memoria como estandarte y la justicia como horizonte. “Estuvimos en las calles, en las universidades, en los tranques y en las comunidades en cada acción contra el régimen sandinista que hoy tiene secuestrada nuestra nación”, reza uno de los mensajes centrales de la campaña digital de las y los jóvenes para conmemorar abril.
La iniciativa que es autogestionada es impulsada por más de 120 personas voluntarias dentro y fuera de Nicaragua, que trabajan en forma desinteresada para sostener un archivo vivo de la memoria histórica. “No estamos aquí para llorar el pasado. Estamos aquí para transformarlo. Abril no es solo dolor, es también fuerza, propuesta, organización y esperanza” declaran en el video inaugural de la campaña.
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ToggleMemoria: Represión de Abril 2018
Las acciones de resistencia se remontan al 18 de abril de 2018, cuando estudiantes universitarios salieron a las calles para protestar contra las reformas al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS). La represión fue inmediata y brutal. “Respondimos a las balas con coraje, levantando nuestra abandera y cantando nuestro himno nacional”, recuerdan las y los protagonistas de aquella gesta.
Recordar es resistir, y por eso, en este abril, se hace énfasis en los rostros de quienes entregaron su vida por un país mejor.
Rostros como el de José Eduardo Trujillo Vanegas, de 22 años, quien fue asesinado por paramilitares el 24 de de junio de 2018mientas trabajaba como conductor de caponera.
O el de Gerald José Vásquez López, estudiante de ingeniería civil de 20 años, asesinado dentro de la Iglesia Divina Misericordia durante el asedio a la UNAN- Managua.
Marcos Antonio Samario Anderson, conocido como Trompita, padre de una niña y con otra hija en camino, murió tras recibir disparos en el tórax el 21 de abril de 2018. Su familia lo busco durante dos días antes de conocer su destino.
También recuerdan la historia de Danny Stalyng Rivas, técnico en pintura y amante de baloncesto, quien murió por heridas de bala cerca de la UPOLI.
Álvaro Gómez Montalbán, originario de Monimbó y estudiante universitario, fue asesinado el 20 de abril en Masaya durante la represión policial.
Todos ellos representan lo que los organizadores de la campaña llaman “el rostro de una generación que sueña con un futuro mejor para Nicaragua y que, lamentablemente, fueron asesinados en la lucha por sus ideales”.
Resistencia digital en Abril de 2018
Además de honrar a los asesinados, la campaña exige justicia para las personas presas políticas, muchas de ellas encarceladas injustamente por participar en protestas. “Vamos a seguir recordando a las personas que fueron asesinadas y cuyos casos siguen impunes” dicen con firmeza los jóvenes organizadores.
Uno de los exiliados, Joel Ibzan Sandino, desterrado en 2023, señala que esta campaña refleja una evolución en la lucha: “Es un sistema de la evolución de un ecosistema político que sacará la lucha contra el sandinismo extremista y opresor”.
En un contexto donde el régimen continúa reprimiendo la libertad de expresión, el activismo digital se ha convertido en la última trinchera. “Nos estamos enfocando en la última línea de defensa que tenemos los nicaragüenses: las redes sociales”, afirma Edgar Blanco, uno de los coordinadores.