Alexa Zamora, una lideresa comprometida con la justicia y el cambio social, nos recuerda que la grandeza no reside sólo en los cargos de poder, sino en la pasión y la constancia.
Alexa Gisell Zamora Arana, tiene una formación inicial en Ciencias Jurídicas y Sociales que se vio enriquecida por una especialización en Derechos Humanos, Políticas Públicas, Ciencias Políticas y Resolución de Conflictos.
Es originaria de León, a sus 36 años, se ha convertido en una voz fuerte que ha dedicado su tiempo a un constante aprendizaje, ampliando su vasto currículum, con experiencia y habilidades sobre todo para defender Nicaragua desde donde se encuentre.
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ToggleAlexa Zamora: Una infancia liderando desde las aulas de clase
Desde pequeña, Zamora se destacó por su innato liderazgo para organizar y dirigir desde primaria, donde fue elegida como presidente de aula. Este papel no fue un evento aislado en su vida escolar; nuevamente fue electa presidenta de su generación en secundaria. La vocación de liderazgo no solo fue reconocida por sus compañeros, sino también por figuras influyentes en su entorno educativo.
Uno de los momentos más significativos en su trayectoria escolar ocurrió cuando conoció al doctor José Rizo Castellón. El encuentro fue posible gracias a su participación activa en el Gobierno Estudiantil del colegio.
“Siempre tuve la percepción de que para cambiar las cosas había que estar en los espacios donde se tomaban las decisiones” argumenta Zamora.
La universidad fue un terreno fértil para que la mujer leonesa profundizará su compromiso con la justicia social. A pesar de enfrentarse al reto de ser madre soltera desde joven, no se permitió en ningún momento apartarse de sus objetivos.
Observó las dificultades que otras madres solteras enfrentaban para continuar sus estudios, y promovió un programa de “apoyo específico para ellas.” Su propia experiencia como madre la sensibilizó sobre la necesidad de este tipo de iniciativas “si yo tenía el apoyo de mi abuelita para seguir estudiando, otras mujeres merecían la misma oportunidad” reflexiona.
Alexa Zamora: recibió una herencia de amor al estudio y al trabajo formativo
La influencia de su abuelita, fue un pilar fundamental en la vida de Alexa. “Nada de lo que he logrado lo hubiera podido hacer sin el apoyo de mi abuelita” recuerda con gratitud de esa persona especial que fue un apoyo emocional y una fuente de motivación que le inculcó la importancia de la educación y el compromiso por los demás.
Antes de involucrarse en la defensa de derechos humanos le llamó la atención el tema de políticas públicas, explica, “sobre todo viendo que las políticas públicas no eran lo mismo que lo político partidario y que esto tenía una gran influencia en la calidad de vida de las personas que no se encontraban en los espacios de toma de decisión y la importancia también de que la gente estuviera involucrada en estos procesos y espacios como algo necesario para poder también incluir y cambiar su realidad.”
De las experiencias de trabajo, un momento determinante para Zamora fue la oportunidad de estar en un proyecto con El Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (IEEPP) una puerta que se abría a nuevas experiencias fuera del ámbito universitario, ampliando su perspectiva y reafirmando su compromiso nato en su “proceso formativo e involucramiento con los derechos humanos” así como otras organizaciones sociales, menciona.
Una persona que le sirvió de inspiración en el proceso de su reconocimiento como activista y trabajar con la sociedad civil fue un compañero universitario. “Elvin Francisco Fabilena, me invitó a formar parte de la Plataforma Nacional Juvenil. Elvin fue el primero que creyó en mí y me mostró que podía involucrarme y ser parte de otros procesos” recuerda con mucho cariño.
“No necesitas ser de un entorno privilegiado” para liderar asegura Alexa
La primera beca que recibió en Estados Unidos, producto de una investigación, fue un hito importante en la carrera de la activista “fue un proyecto de auditoria social donde había gente de mi misma edad.”
Algo que destacó de esa oportunidad para dejarle claro a la juventud es “ no necesitas ser de un entorno privilegiado, venir de una universidad a un colegio privado donde te sobre el tiempo para sentirte involucrado y para seguir adelante, además que las cosas no se logran de la noche a la mañana” sostuvo.
Su involucramiento en el Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco y en la Comisión de Relaciones Internacionales fueron una experiencia que la formó de gran manera. “El llegar al Consejo Político no fue ni de cerca un golpe de suerte, sino un proceso que surgió del trabajo que ya venía haciendo, brindando acompañamiento y formación a otros.”
A pesar de las diferencias de opiniones Alexa siempre ha mantenido un profundo respeto y convicción en la luchas propias y ajenas, por tanto sabe cuando alejarse. Ante su renuncia de la Plataforma opositora Monte Verde nos explica. “Yo soy práctica en la vida si siento que no puedo aportar en un espacio, o si siento que un espacio no da resultados me retiró por una cuestión de economía del tiempo.
Actualmente Zamora integra La Asamblea Nicaragüense por la Democracia. “Un espacio menos político que no aspira a convertirse en una plataforma de organizaciones(…) ni política. Creo que es el mejor lugar en el cual puedo aportar en este momento «, aseveró.
Crisis del 2018, el exilio y la continuidad de la lucha
En abril de 2018, Nicaragua empezó a vivir una crisis social y política que sacudió al país. Las protestas masivas contra el gobierno de Daniel Ortega se encontraron con una violenta represión.
Participó activamente en las protestas y en la organización de apoyos a las y los manifestantes. Sin embargo, la represión gubernamental se intensificó, poniendo en peligro su vida y la de muchas personas activistas.
“Lo que me sacó a la calle no fueron las organizaciones, sino las y los chavalos”, recuerda porque en ese tiempo tenía más de un año de estar liderando un proyecto dirigido a jóvenes universitarios y comunidades sobre participación ciudadana y la importancia de organizarse.
“Ver a jóvenes a los que siempre les decía que había que hacer algo, estaban tomando la batuta, para mi fue la parte más movilizadora del 2018. No podía quedarme en casa viendo los toros de largo.” Explica que su participación no fue para liderar sino para acompañarlos en su propio proceso.
El exilio fue una etapa dura y decisiva en la vida de Alexa, donde se le sumó la partida de su abuelita y añadiendo una carga emocional significativa. “Mi núcleo familiar. Éramos tres personas, mi hija, mi abuelita y yo (…) a mi abuelita no me la pude llevar solo a mi hija. Mi abuelita murió a la semana que yo me fui de la casa.”
Previo a exiliarse lo más difícil fue dejar lo que estaba construyendo, relata Alexa. “La parte más difícil no fue empacar la mochila, la parte más difícil fue comenzar a deshacerme de todo, apenas estaba terminando de construir el espacio que yo llamaba mi hogar con mis cosas frutos de mi trabajo y de mi esfuerzo.”
Sin embargo, su compromiso con la justicia y los derechos humanos no se detuvo, para mantener a Nicaragua en la agenda internacional y seguir apoyando a su país en el exilio primeramente en Costa Rica y actualmente en España.
«Extraño el sabor a Chancho frito con tortilla»
Aprovechando el tiempo teníamos que preguntarle a Alexa qué extraña de Nicaragua y nos contestó que se deleitaba “ir los domingos en la mañana al mercado central de León a comprar 60 pesos de chancho frito, 10 pesos de tortilla, comprar un litro y medio de Coca-Cola también una pana de ensalada y en casa comer chancho frito con tortilla y ensalada todo el santo día, es lo que más extraño.”
Desde su anhelo por los sabores y tradiciones de Nicaragua hasta su sueño de un país donde se respeten los derechos humanos. La líder leonesa les regala un mensaje a las juventudes que emprenden su camino por un futuro mejor y más equitativo “sean constante, elijan su propio camino y que nadie les diga que no pueden.”
A lo largo de su vida Alexa Zamora ha demostrado que el liderazgo no es solo cuestión de ocupar cargos, sino de asumir responsabilidades y comprometerse con causas justas. Su historia es un testimonio de cómo las experiencias personales y el apoyo familiar pueden converger para formar una líder dedicada y apasionada, siempre dispuesta a luchar por los derechos de los demás promoviendo cambios significativos en su comunidad y más allá.