Las manos de la artesana Evangelina Picado López,desde sus primeros años de vida han sabido lo que es trenzar y dar forma a los famosos sombreros de Pita.
“Soy artesana desde que tenía siete años de edad” recuerda Evangelina. Trabajar con la palma de pita ha sido una herencia “ desde mis abuelitas materna y paterna este trabajo, es decir desde la generación antes de mis abuelitas” relata a Intertextual.
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Sus primeros pasos los dio tomada de la mano de su madre haciendo las orillas de los sombreros. “Tengo que aprender hasta que lo logré, pensaba de niña” y recuerda que había veces que enredaba la palma y su madre le daba llamados de atención.
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ToggleArtesana: los sombreros de pita nacen en Mombacho
Los sombreros de Pita son reconocidos a nivel nacional e internacional. Picado López explicó que el sombrero de pita nace en su comunidad. “Mombacho es la cuna del sombrero de Pita ya que los primeros pobladores de acá fueron los que empezaron a tejer sombreros.
Se empezó a difundir la enseñanza de tejer los sombreros, por ello es que «hoy en día un 10 % en Camoapa y en algunas comunidades han aprendido el trabajo de tejer sombrero de pita.” aseveró.
Innovando: Sombreros de Pita y otros accesorios del hogar
Evangelina refiere que en la actualidad han innovado el trabajo en el emprendimiento familiar “no solo hacemos sombreros sino también otros accesorios del hogar.”
Con las innovaciones la cooperativa se ha abierto camino “te puedo decir que nuestro trabajo es reconocido a nivel nacional e internacional ya que se comercializan fuera y dentro del país”.
El emprendimiento ha sido exitoso comenta la artesana porque trabaja sin intermediarios “no tenemos intermediarios esto genera una mejor ganancia para nuestro ahorro.”
Competencia
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Con respecto a la competencia no les afecta mucho “yo tengo mis clientes quienes ya le he elaborado sombreros y saben la calidad del trabajo por eso están muy satisfechos.”
Sin embargo en algunos casos tiende a votar el precio del producto elaborado pero uno les índica la calidad de un sombrero bien hecho a la calidad de un sombrero mal encajado con un precio considerable además si uno pide precio tengo que presentar o hacer un sombrero al gusto del cliente y eso pues no me afecta en nada, indica.
Los trabajos que elabora la familia Picado López se comercializan en Camoapa y fuera de la ciudad como en Managua, Masaya además fuera de Nicaragua, en México y Estados Unidos.
Es difícil ser artesana
La mujer que desde niña trabaja con la palma de pita asegura que “ hoy en día es difícil ser artesana.” Explica que ya no hay demandas grandes como antes.
Antes tenía el privilegio de salir a lugares donde le daban espacio para ofrecer los productos donde llegaban gente de todos lados y compraban. “Ahora estamos estáticos sobre todo por la situación que se vive en Nicaragua y ahora se oferta en línea y damos a conocer nuestros números telefónicos para encargos y a veces con mucho riesgo con tantas situaciones difíciles que se dan” resiente la emprendedora.
Proyectos a futuro
Queremos darnos a conocer continuamente , ofertando el trabajo de las pequeñas artesanas que están iniciando con esto de tejer la palma de pita para que mejoren sus ingresos económicos, esto debido a que por temporadas hay pedidos bajos, pero también hay muy grandes.
Una fecha que les va bien a la emprendedora y su familia es septiembre para las fiestas patrias; el año pasado resaltó en los desfile el sombrero dé pita, comenta Picado López.
Evangelina vive en la búsqueda de proyectar los diseños nuevos aparte del sombrero, cartera, alhajeras, abanicos, portada caliente , floreros entre otros.
Sueños por cumplir
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La artesana tiene como reto seguir afinando el trabajo con la palma de pita para que tenga mayor valor la presentación al cliente.
Un sueño por cumplir en este emprendimiento familiar es patentar la marca “hacer nuestra propia etiqueta o marca para nuestros trabajos.”
Si desea adquirir un hermoso detalle en Palma de Pita o un sombrero para estas temporadas de mucho sol, el número donde podrán hacer contacto con la artesana es +505 8639 6949.
Evangelina tiene una hija dolescente a la que en sus tiempos libres le enseña su arte queriendo reproducir su legado. “Me gustaría que ella también lo hiciera. Siempre le enseño y le llevó las manos para que logré el propósito de aprender, ya aprendió a tejer la orillas de sombreros eso para mí ya es un avance” por el momento su hija está dedicada el ciento por ciento a sus estudios escolares.
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