Aunque los indicadores oficiales del Banco Central de Nicaragua muestran que la economía nicaragüense mantiene una trayectoria positiva, las voces ciudadanas revelan una realidad más compleja.
El Banco Central de Nicaragua (BCN) publicó una actualización de sus perspectivas Macroeconómicas 2025, en las que se destaca que el país continúa en expansión, pero también se reconoce un entorno internacional incierto que podría afectar negativamente.
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ToggleBanco Central de NicaraguaProyección de crecimiento 2025 por Incertidumbre Global
Según el informe, los resultados económicos del primer trimestre de 2025 han sido sólidos. No obstante, debido a los efectos de las tensiones globales como los cambios en políticas arancelarias y los conflictos en mercados financieros, el BCN revisó sus estimaciones a la baja. “El BCN proyecta un crecimiento esperado del PIB en 2025 en un rango de 3.0 – 4.0 por ciento (3.5-4.5% proyectado en el IPMC de enero)”.
En cuanto, al empleo, la institución mantiene su estimación de una tasa de “entre 3.0 – 3.5 por ciento y una inflación entre 2.0 – 4.0 por ciento.” Estas cifras a simple vista parecen indicar estabilidad. Además, el BCN proyecta que el “superávit de cuenta corriente de la balanza de pagos en el rango de entre 3.0 – 4.0 por ciento del PIB,” lo cual respaldaría la salud de las finanzas externas del país.
“La economía nicaragüense se mantiene en una senda de expansión y con buenos resultados en los principales indicadores macroeconómicos” afirma el comunicado oficial.
También se indica que “el nivel actual de la Tasa de referencia Monetaria (TRM) es consistente con los objetivos de crecimiento y estabilidad”, aunque se advierte que podría haber ajustes dependiendo de las condiciones internas y externas.
La otra cara del crecimiento: el testimonio de lo que no aparece en las cifras
Mientras el gobierno celebra estabilidad macroeconómica, en los barrios de Managua las cifras no convencen a quienes enfrentan la precariedad diaria.
Marcos Gutiérrez, de 38 años, quien vive en el barrio María Auxiliadora dice que, a pesar de que estudio administración, no ha podido conseguir empleo formal en los últimos tres años.
Su día a día transcurre luchando por vender ropa en línea con su esposa para ganarse unos córdobas, cuenta Marcos, mientras intenta reparar su motocicleta la cual ocupa para las entregas de su venta.
“Hay días buenos, pero otros no. En el barrio todos andamos en las mismas. Vivimos el día, con suerte para el arroz y los frijoles”
Para él las estadísticas no reflejan lo que realmente ocurre en la calle. “Dicen que el desempleo está por el 3 por ciento, pero eso es porque no cuentan a la gente que sobrevive en la informalidad. Yo trabajo todos los días, pero no tengo seguro, no tengo salario fijo, no tengo vacaciones. ¿Eso es empleo?”
Una brecha creciente
La inflación también es otro punto donde la visión oficial difiere de la cotidiana. Aunque el BCN asegura que se mantendrá controlada entre el 2 y el 4 por ciento, Marco afirma que los precios no dejan de subir. “Hace un año compraba el litro de aceite en 75 córdobas, ahora cuesta más de 90. Todo está más caro y el billete no rinde. ¿Qué crecimiento es ese si el pobre cada vez compra menos?”
En los mercados y en los hogares, la percepción del crecimiento económico no se siente. Vendedores informales, comerciantes pequeños coinciden en que, aunque hay más movimiento en algunos sectores, los beneficios no se reparten de forma equitativa. Para ellos, la economía puede crecer en papel, pero no en sus bolsillos.