La periodista feminista exiliada Ximena Castilblanco dirigió el corto documental “Campamento en el exilio” este trabajo acaparó la atención en el festival SOMOS, un encuentro dedicado a los derechos humanos y la memoria histórica, que este año celebró su tercera edición en Costa Rica.
El trabajo ganó un reconocimiento en el festival, dando voz a cuatro mujeres campesinas nicaragüenses que, a pesar de las adversidades, han encontrado formas de resistencia y organización en Costa Rica, su país de refugio. Castiblanco conversó con Intertextual sobre el impacto de la obra audiovisual y su reconocimiento en el festival.
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ToggleLa Lucha y resistencia del exilio de mujeres campesinas contada en ocho minutos
La historia de las campesinas nicaragüenses en Costa Rica habla de cómo se vieron forzadas al exilio y desplazarse a Costa Rica, explica Castiblanco. “En el corto, de apenas ocho minutos, mostramos cómo estas mujeres, junto con más de 30 familias, lograron alquilar tierras para trabajar y garantizar su seguridad alimentaria desde el 2020. Esta organización comunitaria les ha permitido seguir haciendo lo que aman; trabajar la tierra”, fue relatando la joven nicaragüense.
El audiovisual documenta también la diversidad de razones que llevaron a estas mujeres al exilio, desde la persecución política hasta la emergencia sanitaria por la COVID-19. A pesar de las dificultades, la solidaridad ha sido clave. “ No es un intento de romantizar su situación” aclara. “Reconozco las enormes necesidades que enfrentan, pero también es importante destacar la fortaleza de estas comunidades para articularse y sobrevivir juntas” preciso.
Una mirada feminista y necesaria
Castiblanco comenta la importancia de dar protagonismo a las mujeres en un ámbito donde predominan las narrativas masculinas. “Cuando se habla de campesinos, casi siempre se habla de hombres. Quise mostrar que las mujeres también son una realidad fundamental” comenta.
La realización del corto requirió de un acercamiento empático y etnográfico, revela. “ Fue un proceso hermoso y desafiante. Visitar sus hogares, ganar su confianza y asegurarles que su historia sería tratada con respeto fue esencial.”
Solo una de las protagonistas , Doña Chica conocida popularmente Francisca Ramírez, accedió a mostrar su rostro; las otras tres prefirieron mantenerse en el anonimato, apunta Ximena. El anonimato se ha convertido en un adopción para seguir denunciando muy frecuentemente en las fuentes para proteger sus identidades y evitar la represión contra sus familias en Nicaragua.
Para Castiblanco, fue crucial visibilizar las contribuciones de estas mujeres en el exilio, manifestando. “Ellas no solo sostienen el trabajo estratégico en el campo, sino también el trabajo de cuidado. Históricamente han sido silenciadas, y este corto es un homenaje a su resistencia”.
Reconocimiento en el festival SOMOS
La selección de “Campamento en el exilio” fue un momento de profunda satisfacción para la periodista. “Desde que soy seleccionada, para mí es súper importante, porque realmente todo lo que he aprendido ha sido desde mi propia autogestión, de ver YouTube, de llevar cursos, pero yo no he llevado ninguna carrera, todavía no he culminado, si estoy en proceso de por fin culminar mi primera carrera.”
A pesar de no contar con un título académico en cine, la nicaragüenses se ha formado de manera autodidacta y con el apoyo de iniciativas como una beca en Fundación Gabo pudo realizar el corto documental, amplio. “A partir de mi experiencia y de mi propuesta a nivel narrativo, y ahora materializada en audiovisual, que haya sido seleccionada puedo reafirmar de que estoy haciendo un gran trabajo, que estoy aportando no solo a la incidencia política, sino también a la memoria histórica” dice con entusiasmo.
La joven, está feliz por los resultados de su reconocimiento donde demostró que su trabajo tiene “impacto y calidad». Ella compitió junto a producciones de organizaciones como la OIT y ACNUR, lo que reafirma que las historias independientes también pueden trascender “yo lo hice sola de manera independiente, así, literal(…)Haber sido seleccionada este año, me da mucha felicidad, porque estoy aportando a la memoria histórica”recalcó y concluyó que espera inspirar a otras mujeres a alzar la voz. “Ojala este trabajo motive a otras campesinas a compartir sus historias. Ellas resisten, existen y tienen mucho que enseñarnos”.