“Entiendan que lo que buscamos no son ni más, ni menos derechos, si no la equidad dentro de una sociedad que a lo largo del tiempo nos ha marginado y nos ha excluido," dijo Enrique Martínez, miembro de la Unidad Juvenil y Estudiantil y activista en la marcha del Pride 2023 en Costa Rica.
Por: Redacción Intertextual/ contacto@intertextualcr.com
El viernes 28 de junio del 2018 el régimen de Nicaragua a través de la Policía Nacional informó, mediante un comunicado, la prohibición de manifestaciones sin autorización de esta entidad policial y amenazó con enjuiciar a las personas que marcharan sin este aval.
Esta prohibición afectó directamente a la población LGBTIQ que conmemoraba mediante marchas el Día Internacional del Orgullo LGBTIQ en las calles de Managua. La última marcha de la diversidad que vieron los capitalinos fue en el año 2018, en el contexto de las protestas contra el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
La marcha en 2018 salió de Camino de Oriente, Managua y recorrió una de las avenidas más significativas para los jóvenes opositores en Nicaragua, en donde exigieron libertad de expresión y el respeto a los derechos humanos, en especial los derechos de la diversidad.
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Minerva, a como le llamáremos por seguridad, nos comenta “Nicaragua no es un país que se caracteriza por respetar a sus ciudadanos, al contrario, tanto las autoridades como la población esta cimentada en conductas excluyentes y LGBTIQ+ fóbicas.”
“En el país no puedes ir a un lugar público siendo parte de la comunidad sin recibir acoso, ofensas e incluso peligrando ser agredido por personas que no te conocen, pero se dan la atribución de juzgarte y violentarte” denunció.
Minerva de igual forma se refirió a la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos “No hay forma de sentirse identificado ante un ente gubernamental obsoleto porque no tiene aplicación en las violaciones de derechos fundamentales como la libre movilización”.
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Andrés, quien por motivos de seguridad también pidió resguardar su identidad bajo este nombre denunció la falta de preocupación por parte de la Procuraduría para la defensa de los Derechos Humanos en Nicaragua en temas de violaciones sistemáticas, discriminación y casos específicos de violencia hacia la población LGBTIQ+.
“Esta procuraduría, por el contrario, lo único que ha hecho es recalcar y hacer un énfasis en los estereotipos” comentó.
El Observatorio LGBTIQ+ Nicaragua ha documentado 122 denuncias por orientación sexual entre julio de 2022 y enero de 2023, lo que en promedio equivale a 17 denuncias por mes, su último informe resalta que 8 de cada 10 víctimas de crímenes de odio y agresiones son personas trans.
Andrés también reconoció el esfuerzo que realizan diversas personas y organizaciones por solicitar el permiso para poder marchar en conmemoración del día del orgullo LGBTIQ, sin embargo, las solicitudes han sido negadas por la Policía Nacional.
“Las pocas actividades que hay en relación al tema LGTB son el mismo pan y circo que siempre hacen organizaciones ligadas a la organización partido política de este régimen” denunció.
Andrés resaltó la despenalización de la homosexualidad como el único cambio significativo y lamentó el retroceso de los derechos LGBTIQ como el derecho a una familia, leyes de identidad de género, unión civil entre personas del mismo género y políticas públicas para la defensoría de los derechos.
Por su parte, Enrique Martínez; Miembro de la Unidad Juvenil y Estudiantil y mariscal social en la marcha del Pride 2023 en Costa Rica, se refirió a los retos que enfrenta la población LGBTIQ dentro de la política, resaltando elementos como la exclusión de espacios opositores y el clientelismo político por parte de algunos actores de la población en espacios políticos dentro de Nicaragua.
“Que entiendan que lo que buscamos no son ni más, ni menos derechos, si no la equidad dentro de una sociedad que a lo largo del tiempo nos ha marginado y nos ha excluido” se refirió Martínez hacia la población.
Martínez también comentó a intertextual la necesidad de que la población LGBTIQ logre deconstruir la violencia patriarcal que radica en la cultura nicaragüense, que es replicado en este sector y logre entender los nuevos modelos de lucha dentro de este movimiento.
“No nos van a enviar al closet, siempre vamos a estar afuera y alzando la voz” Concluyó.