Por: Elinson Altamiraron/ contacto@intertextualcr.com
La tradicional gritería nicaragüenses es una de las celebraciones más significativas para el país, recorrer las calles cada siete de diciembre después de las seis de la tarde, en busca de un altar a la inmaculada concepción de María para entonar el grito de “¿Quién causa tanta alegría?” es la agenda de todo devoto a la virgen María y un distintivo cultural para un pinolero.
En Costa Rica, si bien no se celebra como una fiesta nacional a la Concepción de María como en su vecino país, los nicaragüenses exiliados, refugiados y migrantes han encontrado alternativas a esta celebración y expresión cultural, ya sea a través de un rezo de forma privada o bien un altar público para compartir con las personas que quieran cantarle a la virgen.
Uno de los puntos emblemáticos para los nicaragüenses exiliados es el parqueo de donde fue Fundación Arias, frente a la Plaza de la Democracia y de la Abolición del Ejército en San José, en donde una vez al mes la Red de Mujeres Pinoleras comparten sus emprendimientos y cada siete de diciembre, este mismo grupo de mujeres decoran su espacio para darle inicio a la celebración en Costa Rica.
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La preparación para la tradicional “gorra” tuvo una duración de un mes anticipación, según comentó a intertextual Fernanda Martínez, parte del equipo organizador de la feria y la purísima, para ella, esto representa un compromiso con la celebración mariana que considera es una fiesta nacional.
“Las tradiciones nicaragüenses son de todas las nicaragüenses y vamos a seguir celebrando nuestras tradiciones marianas y cualquier otra tradición que tengamos en cualquier territorio en donde nosotras nos encontremos”, comentó Martínez en referencia al mensaje que se pretende enviar al régimen de Daniel Ortega.
Dentro de las intenciones puestas a la virgen, de cada una de las organizadoras destacó la petición de liberación de todos los presos y las presas políticas en Nicaragua, ya que representa para ellas el mensaje principal de unión y libertad.
Dentro del Gran Área Metropolitana (GAM) existe un punto que durante años sirvió de referencia para la celebración de la purísima en Costa Rica, la embajada de Nicaragua en San José lograba llenar una cuadra de fila de nicaragüenses listos para contarle a la virgen recuerda Patricia, quien prefirió mantener su anonimato debido a que en ocasiones hace tramites en la embajada.
“Esto es nuevo para mí, siempre había ido a la purísima de la embajada y nunca le impedían la entrada a nadie, incluso, personas costarricenses también iban, ya sea por una yuca que deban, pero la celebración siempre fue publica” comento la joven.
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Al estilo de la familia Ortega Murillo, los trabajadores de la embajada decidieron realizar la tradicional purísima o gritería de forma privada, con una lista de dos páginas y dos personas vestidas de negro, la entrada del garaje de la embajada permanecía custodiada, mientras en su fachada delantera todo permanecía oscuro.
Otro punto de concentración para la comunidad nicaragüense migrante fue el Centro Comercial El Pueblo, en San José Centro. Eve’s Gourmet decidió abrir sus puertas para esta celebración, en donde se pudieron degustar dulces y bebidas nicaragüenses como la chicha y el ayote en miel.
Para María Lura Alvarado, lideresa opositora, la celebración y tradición de la gritería representa un símbolo de resistencia, principalmente por la connotación que tiene más allá de la religión, ya que el seguir celebrando la devoción a la virgen tiene un impacto en la persecución que viven la iglesia en Nicaragua.
Para la joven, como católica, sus peticiones abarcan tanto la libertad de las personas presas políticas, como la “resistencia, tolerancia y resiliencia” que necesita la oposición nicaragüense, de igual manera, esto representa para ella un símbolo de esperanza para las familias nicaragüenses que sufren las consecuencias de las crisis en el país.