Por: Elinson Altamirano/ contacto@intertextualcr.com
Camila Moreno tiene 11 años de edad y llegó a Costa Rica siendo una niña con tan solo seis año hace cinco años, por la persecución a sus padres en Nicaragua por sus participaciones en las protestas de 2018, para ella, los procesos de la migración han representado un reto en temas de poder integrarse a un país completamente desconocido, enfrentando comentarios ,xenofóbicos por parte de sus amigos costarricenses de la misma edad.
Así como Moreno, cientos de niñas han cruzado la frontera de Nicaragua y Costa Rica cada mes, en busca de seguridad, acompañando a sus madres y padres, que se ven obligadas a salir del país por persecución política o con familiares para reunificarse con sus madres al otro lado de la frontera, según resalto el último reporte sobre el “flujo circular de personas nicaragüenses en La Cruz y Los Chiles, Costa Rica” de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), los datos resaltan que el 20 por ciento de las personas que ingresaron a Costa Rica de forma regular e irregular fueron menores de 18 años de edad, entre les meses de Julio y agosto de 2023.
Lea también: ONU: Derechos de la niñez se han visto en retroceso
Según Relato Moreno a Intertextual, desde su llegada a Costa Rica no ha olvidado el sentimiento de querer volver a su país, sin embargo, lo que más extraña de Nicaragua es el poder estar cerca del resto de su familia. Pese a su corta edad, a la niña le ha tocado vivir la dureza de la xenofobia y la discriminación por no ser nacional con comentarios como “no puedes estar en este país porque eres nica”, comentó la niña.
En 2023, los discursos de odio y discriminación en Costa Rica se incrementaron en un 50 por ciento en comparación al año anterior, resaltó la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en su último informe, resaltando que de los 1.4 millones de mensajes y conversaciones en redes sociales que se estudiaron, 236 mil corresponden a mensajes xenofóbicos, representando un incremento del 110 por ciento.
La doble estigmatización a niñas queer en la migración
Levi Zamora es una adolecente de 16 años que llegó a Costa Rica hace dos años y medio de manera irregular, huyendo de la crisis social y política de que atraviesa Nicaragua desde el 2018. Para ella el migrar de esa manera resulte muy duro y no le resulta aceptable de que otras niñas tenga que enfrentar esa misma realidad por la cual pasó, debido a las consecuencias psicológicas que puede traer.
Lea también: Hay que garantizar la seguridad a la niñez nicaragüense desde el hogar
Dentro de las cosas que Zamora más extraña de su país es el clima, la comida y el trato que los nicaragüenses tienen entre sí, su familia y en particular la casa en donde habitaba y comenzó a desarrollar su niñez, a esto le sumó la accesibilidad en temas de economía en comparación al costo de la vida en Costa Rica con Nicaragua.
Al igual que Camila, Leví ha experimentado la realidad en temas de xenofobia y malos trato por parte de costarricenses, sumándole la discriminación y el estigma por ser queer a lo que le ha llevado a plantearse preguntas como, “¿Por qué me estas denigrando? si yo estoy en tu país, no por decisión propia, si no por un acto de fuerza mayor”, agrega, estas expresiones de rechazo han tenido una repercusión en su desarrollo como adolescente debido a la incomodidad por la cual atraviesa a la hora de establecer un amistad y el miedo a que se multipliquen los malos tratos.
Dentro de los retos que enfrentan las niñas nicaragüenses al migrar hacia costa rica Zamora y Moreno coinciden en el cambio de ambiente tan drástico al que se ven expuestas, lo que las lleva a poder tener mayor miedo o poca apertura a la hora de establecer relaciones con otras amistades tanto costarricenses como nicaragüenses.
Lea también: Niñez y adolescencia en Nicaragua vulnerable ante el cierre de organizaciones
La realidad de la crisis social y política que enfrenta en país, obliga a las madres, en muchos de los casos a sacar a sus hijas e hijos sin previo aviso de su entorno familiar y social, sin embargo, existe otra parte de la población que opta por dejar a sus hijas en el país, siempre y cuando no represente un problema para ellas estar en él.
Según el psiquiatra Nabil Sayed-Ahmad Beiruti, socio de Amnistía Internacional, los principales problemas psicosociales encontrados en los hijos de inmigrantes se encuentran el importante fracaso escolar, aislamiento social, lingüístico y cultural, escasas o casi nulas posibilidades de promoción, la pobreza del ambiente socio familiar, dificultades de comprensión de las normas socioculturales y la tendencia a la “,deculturación”.