Por: Redacción Intertextual/ contacto@intertextualcr.com
A seis años de cárcel, fue sentenciado el adolescente que el pasado 14 de febrero violó y asesinó atrozmente a un niño de 12 años en la comarca Santa Rosa de Olasquincito del municipio de Wiwilí del departamento de Jinotega.
La sentencia dictada por la jueza Hellym Arce Mairena, detalla el adolescente de iniciales E.D.P.B., deberá permanecer en prisión en el Sistema Penitenciario de Waswalí del departamento de Matagalpa hasta el 19 de febrero del 2029.
La judicial emitió la condena el 19 de mayo, en base al Código de la Niñez y la Adolescencia, Ley 287, que establece que la pena máxima para adolescentes mayores de 15 y menores de 18 años que cometen delitos graves, es de 6 años de cárcel.
En este caso el sentenciado cumplió 18 años el pasado 22 de abril, pero fue sentenciado en base al Código de la Niñez y la Adolescencia debido a que los hechos los cometió cuando aún tenía 17 años.
Según el expediente judicial, el niño de iniciales O.A.A.A., de 12 años, había llegado aproximadamente a las 5 de la tarde del 13 de febrero a cortar peras silvestres a la casa del abuelo del adolescente, ubicada a 620 metros en dirección oeste de la de su papá.
Por el cansancio, esa noche el niño se quedó durmiendo en la casa de un amigo de su papá identificado como Gelin Antonio Córdoba Guevara.
Al despertarse en horas de mañana del día siguiente, le ayudó a Gelin a ordeñar las vacas y este le regaló un litro de leche para que se lo llevara a su papá.
Según la acusación, minutos antes de las diez de la mañana el niño salió de la casa de Gelin con el litro de leche y un saco en el que llevaba las peras que había cortado.
Pero antes de dirigirse a la casa de su papá, pasó por la vivienda del abuelo del adolescente, ubicada a 50 metros de vivienda de Gelin.
Blasina María Martínez, cónyuge del abuelo del adolescente, al verlo llegar, le manifestó que se fuera rápido que su papá lo andaba buscando.
Al retirarse a eso de las 10 de la mañana, el adolescente se fue detrás del niño y al alcanzarlo, siguió caminando con él.
Pero según la fiscalía, 120 metros antes de llegar a la casa del papá del niño, el dolescente valiéndose del grado de confianza que tenía con la víctima y aprovechándose de la vulnerabilidad e indefensión del menor, lo desvió del camino con las intenciones de agredirlo sexualmente y privarle la vida.
Portando un machete en su mano derecha, el adolescente trasladó al niño a una zona boscosa ubicada a 40 metros del camino, donde procedió a violarlo.
Tras satisfacer sus instintos sexuales, le privó la vida de múltiples machetazos que le propinó en el abdomen.
Tras ver que el niño no llegaba a la casa, su papá y otros pobladores de la comunidad comenzaron a buscarlo, incluyendo el adolescente quien a las 2:30 de la tarde del 15 febrero llegó hasta el lugar donde cometió el crimen para fingir que lo había encontrado, cuando buscaba un lugar para realizar sus necesidades fisiológicas.
En el estudio biopsicosocial que le practicaron al adolescente, este comentó que tenía dos meses de habitar en la casa de su abuelo y que violó y mató al niño porque al verlo caminando en la calle se le metieron malas ideas, «me entró la locura», comentó.