Elizabeth Odio Benito es jueza, abogada y política costarricense, quien ha sido baluarte en la erradicación de la violencia contra la mujer
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“Maravillosamente irreverente”: así calificó Carlos Alvarado, presidente de Costa Rica, a Elizabeth Odio, presidenta de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en el marco de la Condecoración al Mérito en la Paz y la democracia, premio que recibió por parte del Gobierno de Costa Rica por su labor en la lucha por los derechos humanos.
Elizabeth Odio Benito, además de ser presidenta de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, es jueza, abogada, política, exvicepresidenta y activista costarricense de 82 años de edad, que ha sido un pilar fundamental en la lucha de la erradicación de la violencia contra la mujer.
El presidente Alvarado calificó a su homóloga de la CIDH, como “maravillosamente irreverente” y recalcó que, «a la hora de decir la verdad, siempre da en el clavo al decir como son las cosas y luchar por causas justas». Además, el mandatario sostuvo que “Costa Rica necesita hoy que hablemos muy claro” y que se siente “muy feliz de que se le esté dando este honor”.
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El presidente Carlos Alvarado cerró su mensaje diciéndole a Odio que: “usted nos inspire a ser más, a no conformarnos. El camino fácil no lleva a ningún lado. No me imagino cuán difícil puedo haber sido la abolición del ejército cuando se decía que era imposible; hoy es una gran realidad”.
En la celebración, Odio fue recibida por el ministro de Obras Públicas y Transportes, Rodolfo Méndez Mata, recalcando que es una mujer independiente y capaz de ser ella al decir lo que piensa. Méndez Mata es gran amigo de Elizabeth Odio, por este motivo abrió la ceremonia de condecoración.
“Ha sido y es una mujer independiente, capaz de decir lo que piensa y enfrentar sus consecuencias y capaz de ser quién es sin cortapisas, asumiéndose plenamente. Esa integridad es precisamente su mayor fortaleza”, indicaba Méndez Mata en su discurso ceremonial.
Por su parte, Elizabeth Odio manifestaba que el servicio público depara satisfacciones y también dolores, diciendo que: “Sobre todo nos permite ofrecer lo mejor que tenemos al servicio de las y los hermanos de este país”.