La producción de estas abejas nativas es mínima en comparación a las otras, pero su crianza poco a poco viene cobrando interés entre los productores como una oportunidad de negocio.
Por: Redacción Intertextual/ contacto@intertextualcr.com
Cuidar y reproducir abejas meliponas en su finca, ubicada en la comunidad Santa Isabel del Pajarito, del municipio El Castillo, del departamento de Río San Juan, se ha convertido en una oportunidad de negocio para el finquero Oscar López Jarquín de 47 años y su hija Meybis López Morán, de 20, estudiante universitaria.
Con la crianza y cuido de meliponas, es decir abejas sin aguijones; padre e hija están produciendo miel con propiedades curativas y nutritivas que comercializan a mil córdobas el litro.
López asegura que cuando desconocía de la importancia de estas abejas y sus beneficios, «solía destruir sus colmenas para robarles las miel tal y como sucede tradicionalmente en el campo, pero ahora es al revés, yo les construyo sus hogares y las cuido», detalló.
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Su pasión por la crianza de abejas sin aguijón, nació en mayo del 2021, cuando lo invitaron a un taller sobre la importancia y el potencial que tiene la miel que producen estos insectos.
«Ahí me enteré que las abejas meliponas son una de las especies polinizadoras más importantes del mundo y que desde nuestros ancestros su miel se ha destacado por su uso medicinal y nutricional», afirmó.
Tras la capacitación no dudó en establecer un meliponario, tal y como se les conoce a los espacios establecidos para la crianza de estas abejas sin aguijón con fines de conservación y producción de miel.
«El meliponario lo inicié con una colmena de la especie Mariola que tenía en un tronco que estaba colgado en una solera de mi casa», explicó.
Cuenta que las pequeñas abejas las trasladó a una caja de madera de tres compartimentos, que construyó, especialmente para albergar las colmenas.
Aumentando las colmenas de abejas mejora la oportunidad de negocio
Para aumentar el número de colmenas, fabricó trampas que atraen a las abejas y la estrategia le ha funcionado ya que actualmente tiene 20 colmenas habitando en las cajas de 12 centímetros de ancho por 15 de altura que ha fabricado con este fin.
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Las trampas las elabora con botellas de 2 litros que después de forrarlas con papel y plástico, les unta cera y feromonas.
Posteriormente coloca las botellas en los árboles de su finca con el tapón hacia abajo “y como las abejas son exploradoras al sentir el olor de la feromona llegan y poco a poco van formando una nueva colmena y a los quince días las traslado a las cajas», explicó.
Inicialmente la miel la consumían en su casa, pero a partir de este año él y su hija han decidido emprender en el dulce negocio de la miel.
«El emprendimiento lo bautizamos Meliponario Dulzura de la familia López Morán y actualmente estamos comercializando la miel de Mariola en Nueva Guinea y mi hija se encarga de promover el producto con su marca y logo en las ferias del Ministerio de la Economía Familiar», afirmó.
Refiere que, en una colmena habitan entre 5 mil y 6 mil individuos y que al año producen un litro de miel. De momento estamos iniciando con la miel, la cual tiene buena aceptación «por sus propiedades médicas ya que ayudan a curar enfermedades como la diabetes, curar heridas, quemaduras, las gastritis entre otras», señaló López.
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Agregó que la producción de estas abejas nativas es mínima en comparación a las otras, pero que la crianza poco a poco viene cobrando interés entre los productores.
En un futuro esta familia también tratarán de explotar el valor medicinal que tienen la cera y el polen que dejan las abejas en las colmenas.
El costo de la miel de Mariola la vende en pequeñas cantidades a 3 córdobas cada c/c, en envases similares a los jarabes.