El inicio del mes de diciembre ha estado marcado por una alarmante ola de violencia machista en Nicaragua, dejando al menos a un promedio de 1 mujer víctima de femicidio cada 2 días, solo en diciembre.
En apenas ocho días, cuatro mujeres han sido asesinadas en diferentes municipios del país, dejando dolor y luto en sus familias y evidenciando la urgente necesidad de políticas públicas efectivas para frenar esta crisis de violencia de género.
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ToggleSantos Genoveva Solano Marín: un asalto que terminó en femicidio
Santos Genoveva Solano Marín, de 55 años, fue asesinada en la madrugada del 8 de diciembre, en su vivienda del barrio Constantino Quijano, en el municipio de Kukra Hill.
Un hombre identificado con el apellido Puchy ingresó a robar, y al ser descubierto, la atacó con un cuchillo. Tras cometer el crimen, le robó el celular y huyó. Sin embargo, horas después, fue capturado por las autoridades.
Xiomara Mendoza Cruz: brutalidad en Matagalpa
Ese mismo domingo, alrededor de la 1:20 de la tarde, Xiomara Mendoza Cruz, de 44 años, fue asesinada con arma blanca, en la comarca El Coyolar, en el municipio El Tuma-La Dalia, departamento de Matagalpa. Sus agresores aún están siendo buscados por la Policía Nacional.
Un fin de semana de horror en la Costa Caribe Sur
El 1 de diciembre, otros dos femicidios estremecieron a la Costa Caribe Sur. En Bluefields, Carla Elizabeth Aragón Salablanca, de 23 años, fue asesinada a balazos por su pareja, Herling Andrés López García, de 21 años.
Mientras tanto, en El Rama, Evarista López Suárez, de 48 años, fue asesinada a cuchilladas por su pareja, Julio César Herrera. El cuerpo de Evarista fue encontrado por uno de sus hijos en la cocina de su casa, donde también tenía un negocio. Tras cometer el crimen, Herrera intentó quitarse la vida.
61 femicidios en lo que va del año
Estos recientes asesinatos elevan a 61 el número de femicidios registrados en Nicaragua en 2024, según datos de la organización Católicas por el Derecho a Decidir. Cada uno de estos casos no solo representa una vida perdida, sino también una alarmante señal de la violencia estructural que afecta a las mujeres en el país.
La violencia de género no es un problema privado; es una crisis social que exige respuestas inmediatas por parte del Estado, medidas de protección para las mujeres en riesgo y educación para desmontar el machismo arraigado en nuestra sociedad. La justicia y la prevención deben ser una prioridad para evitar que más mujeres pierdan la vida a manos de la violencia machista.