En esta ocasión queremos desde una entrevista con la activista y defensora de derechos humanos Damaso Vargas conocer y compartir con ustedes un poco sobre lo qué es el Transfeminismo. Así también la historia de vida de Vargas desde su reconocimiento como mujer trans y su activismo en Nicaragua y desde el exilio.
La reconocida escritora, filosofa, activista politica y feminista Simone de Beauvoir sostuvo en su libro “El segundo Sexo” que la “Mujer no nace, mujer se hace” definiendo así el género como construcción sociocultural del sexo.
Por su parte, Vargas indica que el Transfeminismo es una corriente del feminismo que nace por la década de los 80 en las Américas y se dio muy influenciada con los disturbios de Stonewall y en la premisa del libro “el segundo sexo” de Beauvoir y destaca esa famosa frase “Mujer no nace, mujer se hace.”
Vargas añade que partir de esos acontecimientos se pone sobre la mesa el tema de la ruptura de la construcción del género. “Cuando nacemos con pene o vulva, al que nace con pene se le asignan ciertos tipos de roles y a quienes nacen con vulva se les asignan otros roles. De ahí se viene construyendo el tema de la feminidad y la masculinidad,” comenta nuestra entrevistada.
Beauvoir explicaba que a las mujeres se les educaba para ser dóciles, complacientes y para guardar silencio; mientras que a los varones se les formaba para ser fuertes, reprimir sus emociones y ser lideres para ejercer el poder.
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ToggleDamaso Vargas: Salir del molde asignado
La violencia tiene su origen en las desigualdades de género, el abuso del poder y la existencia de normas nocivas; ante esta afirmación Vargas refiere que se sigue exigiendo un comportamiento obligatorio a las personas y que de no ser así “cuando se salen de este molde de comportamiento, y si no queremos seguir ejerciendo estos roles que nos sigue imponiendo el sistema, se generan ciertos tipos de violencia,” apunta.
Vargas explica que, “cuando se renuncia a la masculinidad o renuncias a ser un cuerpo masculinizado si naciste con pene estas renunciando a grandes privilegios y el sistema te cobra esos privilegios. Lo mismo pasa cuando se nace con un cuerpo con vulva y se renuncia a dar y entregar como ha sido el mandato patriarcal durante muchos años para las mujeres, irnos de ese mandato también genera ciertos niveles de violencia.” argumenta la activista Trans.
Llegamos hasta aquí para contar parte de la historia de Damaso Vargas una mujer Transgénero que desde sus 12 años está presente en el activismo, defendiendo derechos humanos en especial de la comunidad LGBTQ+.
¿Cuándo te reconoces como mujer trans?
━ En mi vida hay varias pautas, siempre sentí que el mundo no conjugaba conmigo y que yo no conjugaba con el mundo. Ahí hay un nivel de desubicación que yo no lograba comprender.
Inicio en el mundo del activismo cuando tenía 12 años; pero primero reconozco que a pesar de ser un cuerpo con pene que siento atracción física hacia los hombres. Cuando llego a la formación feminista me doy cuenta de que las mujeres somos diversas y que dentro de esa diversidad esta la existencia de las mujeres trans y de como el género al ser un constructor social se puede abolir o puede modificar y vos desde tu cuerpo desde tu existencia podes asumir otros roles de género y también en los niveles que vos querés asumirlos, porque ¡no todas las trans queremos llenar los mandatos patriarcales de la feminidad!, afirma.
¿En ese proceso de reconocimiento como mujer trans, qué dijo tu familia, hubo algún tipo de rechazo?
━ En mi infancia yo no andaba pensando en estos asuntos, no es como que yo a los siete años veía niños y me gustaban, no fue así. Tuve una infancia de que me gustaba jugar, me gustaba andar por acá por allá jodiendo con los amigos y las amigas del barrio. Yo a pesar de todo no ejercía masculinidad hegemónica No era un niño agresivo, ni abusivo, ni violento.
━Mi papa y mi mamá tampoco buscaron construirme esa masculinidad hegemónica, eso es algo importante, mi papá y mi mamá no me anduvieron diciendo compórtate de tal manera y creo que eso me libero de la construcción de ciertos patrones machistas.
━Cuando yo llego a joven adulta a mis 18 años es cuando me encuentro en el feminismo y empiezo en el tema de mi construcción o mí desconstrucción y empiezo a construir mi identidad desde cero o desde donde el feminismo me da las pautas para hablar de mi feminidad no hegemónica, no intentar ser una Miss pues nunca lo he querido.
Mi mamá daba opiniones con las que yo no podía lidiar y me fui de la casa de los 16 años hasta la fecha porque recibí algunos niveles de violencia pasivo agresiva, violencia sutil que suelen ser comentarios grotescos hacia la identidad de las personas. (…) Ya mi convivencia en esa casa no es posible.
¿Como te abres camino en la defensa de los derechos humanos convirtiendo en una fuente para hablar de los DDHH de la comunidad LGBTIQ?
━ Yo inició en el activismo a los 12 años, hoy ya tengo más de 15 años de hacer esto, durante todo este trascurso me he formado para aprender sobre los derechos humanos , qué son los derechos de las personas LGBTIQ, los derechos sexuales y reproductivos; hasta reconocer mi derecho de no reproducirme si no quiero hacerlo, el temas de las identidades y cómo esto se ve permeado por el quehacer Estatal y entender la dignidad humana como la base de los derechos humanos como lo establece la Declaración Universal de los Derechos Humamos que pone la dignidad como el primero de los 30 derechos.
━Ese discurso que me escuchan ahora no lo tenía cuando tenía ni 12, ni 15 ni 18 años; ese discurso ha venido siendo parte de un proceso de capacitación talleres, escuelas.
“La Damaso” como le gusta referirse a ella, se declara hija de la escuela popular por todo el aprendizaje que ha tenido sin haber pasado el cuatro año de secundaria, una formación influenciada por muchas personas a las que considera importantes y el movimiento feministas del cual agradece por todas las herramientas que ha recibido.
¿Qué es lo que te lleva al exilio?
━ Cuando hablas de derechos humanos te das cuenta de que el Estado que debería ser el garante de estos derechos es uno de los principales violentadores de los mismos. Te das cuenta que tenés que prepararte para hacer incidencia politica en reclamos de la violencia que están viviendo de parte del Estado o de la impunidad que el Estado genera hacia la ciudadanía.
━ Desde mi activismo yo vivía persecución desde antes del 2018. En el 2015 yo demande al distrito uno de la alcaldía de Managua, porque estábamos haciendo las marchas de la jornada del orgullo en Nicaragua, que empezaba el 26 de abril y finalizaba en octubre. (…) Yo tenía que ir a las alcaldías para solicitar permiso para poner tarimas y en los dos años que lo hice no obtuve respuesta. No me decían que no pero tampoco me decían que sí, entonces cuando yo quería poner la tarima se me acercaba alguien del lugar y me decía que no podía poner la tarima porque no tenía permiso. Me paso en 2014, en 2015 y los demande. En aquel momento todavía era funcional La Procuraduría de Derechos Humanos, se logró un fallo a mi favor se dijo que el distrito uno de la alcaldía tenía la obligación de darme respuesta.
━ Se mandó al Consejo Municipal a amonestar al Distrito uno de la alcaldía. Se logro por lo menos a nivel de Jurisprudencia o a nivel de incidencia ese fallo. En ese tiempo llegó alguien con mucha influencia en el partido se llama William España llego a hablar con mi mamá le dijo que yo trabajaba con organizaciones no gubernamentales y que eso implicaba algo de riesgo. Esa fue la primera amenaza que yo recibí en mi vida.
━ Llega 2018 me doy cuenta de que la represión viene en serio y el trato que tenemos varias activistas es que vamos a buscar hacer activismo pero salvaguardado nuestra seguridad, porque ya sabemos que la violencia estatal es real que las amenazas que han hecho antes pueden cumplirlas.
━ Empecé desde La Mesa Nacional LGBTQ+ Nicaragua, hicimos un informe de afectaciones hacia las personas LGBT en el marco de la crisis sociopolítica “clara-mente” no podíamos presentar ese informe dentro de Nicaragua y vengo a Costa Rica a presentarlo.
“Se dan varias situaciones entorno a la presentación de dicho informe y por motivo de seguridad decido quedarme aquí en Costa Rica y solicitar refugio desde ese entonces; también por el hecho de que la respuesta de personas Azul y Blanco en la publicación de Facebook también fue agresiva hacia las personas LGBT. ¡Por eso es por lo que seguimos reclamando de que lo Azul y Blanco no les quita lo macho y facho!”, recalca la defensora de derechos humanos.
A pesar de lo que implica un exilio ¿cuáles han sido los mayores logros adquiridos en esta lucha permanente junto al colectivo donde seguís colaborando?
━ Creo que, el primer gran logro es poder seguir existiendo, seguir hablando de nuestros derechos de nuestra colectividad, reconociéndonos como humanas, seguirnos defendiendo aun teniendo de por medio el machismo impregnados en la ciudadanía Azul y Blanco Nicaragüenses. Para mí eso es uno de los logros más importantes.
━ De ahí también el crecimiento personal que yo he tenido como La Damaso. Hoy día me veo en espacios donde antes me costaba verme y además donde no me creía nunca que me iba a ver; porque en el ejercicio del liderazgo a las mujeres siempre se nos limita en la capacidad de soñar. Y también en el tema de que te reconozca la ciudadanía Azul y Blanco desde tus capacidades políticas y tus capacidades de agencia politica más allá de tu identidad de género, o más allá de que sea una Mujer Trans, y demostrar que tengo todas las capacidades para llevar el debate o para representar en el debate a las organizaciones como La Articulación de Movimientos Sociales por ejemplo en las que yo he funcionado como vocera en mucha ocasiones. Esos niveles de reconocimientos son importantes.
Para esta activista formada desde sus adolescencia hay otro reto y es “el adultismo” dentro de movimientos sociales y políticos en Nicaragua, reciente “sigue siendo un reto importante de los jóvenes y las jóvenes poder desmantelarlo pero también para las personas adultas un reto soltar esa idea que les dicen que las personas jóvenes no tenemos capacidades políticas o de agencias políticas. Desde ahí también son retos que no puedo dejar de mencionar para la ciudadanía Azul y Blanco.”
Regresando al tema del exilio ¿cómo ha sido para La Damaso, ser una refugiada politica?
━ Fue muy complejo todo. Yo fui de las personas que soñó que venía dos meses y luego regresaría a Nicaragua. (…) Reconocer de que no me iba a ir de Costa Rica a lo pronto fue un proceso en el que estuve cuatro años . Yo pase cuatro años creyendo que ya volvía para Nicaragua o por lo menos que no me quedaba en Costa Rica.
━ Encontrarte en Costa Rica implica un montón de cosas que empiezan por lo económico que te saca totalmente. Si en Nicaragua sobrevivís como activista a veces no hay para ganarse un salario completo, ahora imagínate estando en Costa Rica que es un país el doble o el triple de caro que Nicaragua. El primer golpe que recibís cuando estas en Costa Rica es el golpe económico.
Costa Rica es un país muy tecnificado por tanto el acceso al trabajo es mínimo asegura La Damaso “el acceso al trabajo implica los trabajos más precarios como los trabajos de cuido en caso de las mujeres o en cocina, como trabajadoras domésticas, o como trabajos que tiene que ver con la agricultura que implica moverse de un lugar a otro.
A estas dificultades de encontrar trabajo sumarle ser una personas de la diversidad sexual conlleva otro tipo de dificultades “Ser una personas Trans, el acceso al trabajo se vuelve casi nulo y la discriminación que vivís también porque las pocas opciones de trabajo que tenés es con personas que vienen de cultura que siguen discriminando a las personas LGBT,” asevera.
El hecho que hay pocas posibilidades laborales implica quedarse en trabajos donde se vive explotación laboral, pero Damaso se negó a pasar por eso. “Por lo menos yo que soy consciente no sé cómo le he hecho pero siempre preferí pasar hambre que irme a meter a un super mercado Chino a vivir explotación o algunos tipos de violencia ejemplo lo que sucedió en noviembre la violencia que vivieron dos empleadas en las tiendas SYR.”
Plantea el ejemplo de la violencia contra esas dos mujeres, sin embargo, aclara que ella está en una posición privilegiada como mujer Trans.
“Yo La Damaso no tengo otras responsabilidades que mi propia hambre, que mis propias necesidades tengo una posición un poco más privilegiadas a la par de mujeres que son madres y que tiene que darles de comer a dos o tres personas Ellas no pueden decir prefiero pasar hambre yo porque si pasan hambre ellas pasan hambre unos dos tres personas que tienen a cargo no pueden darse ese lujo.”
La Damaso en su exilio sobrevive de trabajos de consultoría y algunos otros trabajos ligados a su activismo como mujer trans defensora de derechos humanos, y la colectividad con otras personas para pagar renta de la casa donde habitan.