En el Día Nacional del Periodista, la Asociación de Periodistas y Comunicadores Independieres de Nicaragua (PCIN) presentó su informe anual titulado: Del Destierro al Ciberataque: agresiones al periodismo en Nicaragua, un documento que denuncia la escalada represiva contra la prensa entre enero de 2024 y febrero de 2025.
La vicepresidenta de PCIN, Wendy Quintero, abrió el evento con un mensaje de resistencia y denuncia. “Hoy no es un día de celebración, sino de lucha. Informar en Nicaragua es un acto de valentía, y presentar este informe es un ejercicio de dignidad”.
La actividad inició con un minuto de silencio en memoria del fotoperiodista y fundador de PCIN Frank Cortez, así como otros colegas fallecidos y periodistas que hoy permanecen encarcelados o desaparecidos, incluyendo a Fabiola Tercero, víctima de desaparición forzada, desde julio de 2024.
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ToggleHallazgos del informe de PCIN
El informe documenta 78 agresiones contra periodistas y medios de comunicación, de las cuales 64 afectaron a comunicadores hombres y mujeres y 14 a instituciones periodísticas. “Estas cifras reflejan una escalada en la represión” señaló Arlen Pérez, coordinadora del Observatorio de Agresiones a la Prensa Independiente de Nicaragua. La investigación revela que la Policía Nacional, paramilitares y simpatizantes del régimen son los principales agresores, empleando amenazas, intimidación, vigilancia y ataques digitales para silenciar a la prensa.
Uno de los hallazgos más alarmantes es el exilio forzado de 283 periodistas desde 2018, obligados a abandonar su país por ejercer su derecho a informar. Además, el informe destaca el auge de los ciberataques como una nueva herramienta represiva del régimen, con hackers y operadores digitales atacando a periodistas dentro y fuera del país.
“El apagón informativo en Nicaragua se profundiza. Hay departamentos enteros sin medios de comunicación independientes, donde solo la propaganda oficial tiene cabida” advirtió Pérez.
Entre las agresiones documentadas, las más recurrentes son amenazas e intimidación, el uso abusivo del poder estatal y las detenciones arbitrarias, con un alarmante incremento de ataques a periodistas mayores de 60 años, incluso aquellos que estaban jubilados.
Miedo y autocensura
Por su parte, Guillermo Medrano, director ejecutivo de la Fundación por la Libertad de Expresión y Democracia (FLED), afirmó que, “el descenso en las denuncias no implica menos represión, sino un aumento del miedo y la autocensura”. También alertó sobre la “apatridia de facto” que enfrentan muchos periodistas exiliados, a quienes se les niega el ingreso a Nicaragua, impidiéndoles reunirse con sus familias.
En cuanto a los ciberataques Medrano manifiesta que “al haber cada día menos periodistas dentro del país y menos periodistas que hacen reporteo de calle, solamente le queda caer en lo más bajo, que es los ataques virtuales, los ataques a través de intentar botar sitios web, la descalificación, el uso de lenguaje estigmatizante a través de redes sociales de periodistas y en contra de medios de comunicación”.
A la vez refiere que en esos ataques las más afectadas son las mujeres periodistas “cuando los ataques son en contra de periodistas mujeres, los ataques son peores porque la mujer tiene que ver con el aspecto de la familia y es más cruel que cuando son ataques dirigidos a periodistas varones”, sostiene.
El Informe concluye con una serie de recomendaciones, entre ellas el fortalecimiento de redes de apoyo para periodistas en el exilio, capacitaciones en seguridad digital y la articulación con organizaciones internacionales para visibilizar la situación del periodismo nicaragüenses. “El silencio solo beneficia al régimen. Seguir denunciando es fundamental para mantener viva la verdad” enfatizó Pérez.
A pesar del contexto adverso, los periodistas nicaragüenses reafirman su compromiso con la verdad y la libertad de expresión. En palabras de Wendy Quintero” El periodismo en Nicaragua resiste. La verdad siempre encuentra caminos para ser contada.”