Dos mujeres periodistas narran cómo la crisis en Nicaragua las empujó a buscar nuevas formas de vida, aplicando sus habilidades periodísticas en emprendimientos que demuestran el poder de la resiliencia.
Iris Castillo y Nidia Elisa Monterrey comparten una similitud e historias de vida, ambas formadas como periodistas, que se han visto obligadas a exiliarse por la represión política y la persecución a la prensa independiente en Nicaragua, las dos no solo enfrentaron la difícil tarea de sobrevivir lejos de su tierra, sino que encontraron formas innovadoras de seguir adelante, uniendo periodismo y emprendimiento.
Desde Costa Rica, sus voces siguen activas, algunas de ellas ya no solo a través del periodismo, sino también en el ámbito emprendedor, reflejando su resiliencia y el poder transformador de la comunicación.
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ToggleContexto de una crisis sin precedentes que golpea más a Mujeres Periodistas
Desde 2018, bajo la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, Nicaragua ha enfrentado una crisis sociopolítica devastadora. La represión hacia medios independientes ha sido sistemática, la detención, destierros, confiscaciones, desnacionalizaciones, robo de equipos, desapariciones forzadas, y hasta el asesinado del periodista Angel Gahona el 21 de abril del 2018, asesinato que continua en la impunidad.
Esta represión también ha resultado en el exilio de más de 270 periodistas y comunicadores independientes nicaragüenses, impedimentos de ingresos a su propio país al menos 10 periodistas, y la expulsión de medios internacionales. Según los datos de la Asociación de Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua, registra más 80 periodistas solo en Costa Rica de los cuales 30 son mujeres. La creación de leyes que persiguen el ejercicio del periodismo independiente y que profundiza más la censura generalizada han puesto en peligro la libertad de prensa. En este contexto, las y los periodistas nicaragüenses han sido criminalizados, obligados a salir del país o a operar desde la clandestinidad dentro de Nicaragua.
Este ataque frontal contra la prensa ha dejado a muchos profesionales en el exilio con el desafío de encontrar nuevas formas de subsistencia en Costa Rica, el país vecino que les ha abierto las puertas, pero que ha representado un desafío, de adaptabilidad y estabilidad, por el alto costo de la vida, la burocracia estatal en comparación con el país de origen, a esto se le añade la dificultad para encontrar empleo.
Según el Instituto de Estadísticas y Censo de Costa Rica (INEC), la tasa de desempleo en Costa Rica en 2023, fue 7,8 %, de la población general, en un desagregado de desempleo en hombres el desempleo es de 7,2 % y en mujeres 8,7 %, mostrando una baja en comparación con el 2022.
Aunque la vocación informativa sigue latente, la sostenibilidad económica del periodismo en el extranjero ha sido un reto, para todas y todos, obligando a muchos a transformar sus habilidades hacia otros campos, que les permitieran a ellas y ellos junto a sus familias una estabilidad económica.
Del reto al renacimiento: Historias de resiliencia
Iris Castillo: Del periodismo a un mercado artesanal en Costa Rica
Iris Castillo, periodista nicaragüense con casi seis años de exilio en Costa Rica, recuerda con claridad el impacto de su partida. La vida política y económica en Nicaragua la obligó a cruzar la frontera. “Llegas a un país extraño y te das cuenta de muchas cosas que antes pasaban desapercibidas” comenta mientras describe su nueva vida como emprendedora.
Luego de explorar continuar en medios de comunicación en el exilio, pasando por un canal de televisión y el medio digital Darío Medios, junto a su pareja, Iris decidió emprender un negocio, que le permite abrir puertas a otros nicaragüenses. “La situación en Nicaragua es crítica, especialmente para los artesanos que, después de 2018, perdieron acceso a turistas. Ya no venden como antes, y eso me hizo pensar ¿Por qué no ayudar desde aquí?,” explica.
El resultado fue un pequeño puesto en el mercado de artesanías en Costa Rica, donde vende tanto productos costarricenses como nicaragüenses. “Me he dado cuenta de que lo que hacen nuestros artesanos nicaragüenses, como los trabajos en madera, tiene tanta aceptación a nivel internacional que me llena de orgullo. Con este pequeño emprendimiento también estoy ayudando a que la mano de obra nicaragüense sea valorada fuera de nuestro país, pues le compro directamente a artesanos y artesanas en Nicaragua” añade Iris.
A pesar de los logros, emprender en un país extranjeró no ha sido fácil. “Costa Rica es un país muy caro, y las barreras son múltiples, desde permisos hasta enfrentar la xenofobia” confiesa Iris.
Sin embargo, su habilidad para comunicarse y su formación como periodista le han permitido derribar esos muros. “La gente al principio me veía como una nicaragüense que venía a quitar empleos, pero cuando me conocían, entendían que soy una persona profesional, que vine a trabajar por mi negocio y por los demás. La comunicación ha sido clave para superar esa barrera” afirma.
Iris ha sabido aplicar sus habilidades narrativas en su emprendimiento, describiendo con pasión los productos que vende. “No solo es vender, es explicar la historia detrás de cada producto, cómo están hechos y el esfuerzo que hay detrás . Eso lo aprendí del periodismo, y aquí ha ayudado muchísimo.”
Castillo, quien es del la zona sur de Nicaragua del departamento de Rivas, muy cerca de la frontera con Costa Rica, con más de 15 años en el mundo del periodismo, añora sus años en Nicaragua en las calles, entrevistando gente, conociendo y compartiendo historias, “el periodismo es mi pasión y volveré un día a él, pero ahora tengo que pensar en mi hija en mi estabilidad y el emprendimiento me ha brindado la oportunidad de estar al menos estable económicamente”, resalta la periodista nicaragüense.
Nidia Elisa Monterrey: «La Gigantona», un espacio de cultura y sabor
Nidia Elisa Monterrey, quien ahora es dueña del restaurante “La Gigantona” en Costa Rica, también comparte una historia de adaptación y superación.
“Pasar de comunicadora a emprendedora fue un reto enorme. En mi caso, fue una necesidad, porque trabajar como periodistas desde Costa Rica, donde el costo de vida es altísimo, simplemente no era suficiente” explica.
Al enfrentarse a un entorno extranjero y lleno de burocracia, Nidia y su socio decidieron organizarse para superar cada obstáculo que se les presentaba . “Costa Rica tiene mucha burocracia, y emprender siendo migrante requiere mucho más tiempo y dinero. Pero logramos organizarnos y , con esfuerzo, cumplir un año de éxito con la Gigantona” comenta orgullosa.
Nidia no solo enfrentó los retos administrativos, sino también el reto de posicionar su negocio en un mercado competitivo. “Hoy en día, un negocio que no está en redes sociales es como que no existe. Ahí fue donde mis habilidades de periodista me ayudaron. Crear contenido, comunicar la esencia del negocio, y tener la cercanía con los clientes ha sido clave para nuestro éxito” asegura.
Nidia, del caribe sur de Nicaragua, se exilió junto a su familia, algunos desde 2018, otro en el transcurso de los años, con quienes comparte el emprendimiento y la sostenibilidad financiera. Al igual que con Iris Castillo, Nidia Elisa, comparte un hijo nacido en Costa Rica y por quien nos comenta que lucha día a día, para ofrecerle mejores oportunidades.
El negocio de Nidia, más allá de la gastronomía, es un espacio que celebra la cultura nicaragüense. “He podido contar la historia de Nicaragua a través de la comida. Cada cliente no solo disfruta de los platos, sino que también se lleva un pedacito de nuestra historia. Y esa capacidad de conectar con las personas, de comunicar más allá de lo tangible, es algo que aprendí del periodismo”, asegura Nidia.
Del periodismo bajo ataque al liderazgo en emprendimiento
Un el estudio “el periodismo nicaragüense un periodismo menguante”, de la asociación de Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua en 2022, sostenía que al menos el 60% de las y los periodistas en Nicaragua estaban en el subempleo, lo que agudizaba la crisis, con una profesión que se precarizar y se aumentaba en las y los periodistas en el exilio, mismo que obligaba al gremio a reinventarse o alejarse de la profesión.
Martha Sánchez, vocera de la Organización Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN), es un testimonio viviente de la brutal represión en Nicaragua. “Enfrentamos violencia sistemática, encarcelamientos y confiscaciones. El régimen ha criminalizado nuestra labor, haciendo imposible ejercer el periodismo libremente”, relata.
El exilio, para muchas periodistas como ella, ha sido una salida inevitable. Sin embargo, también ha sido una plataforma para reinventarse. “Muchas de nosotras hemos asumido la dirección de medios en el exilio, y otras han buscado nuevos horizontes, desde la gastronomía hasta la producción artesanal”, comenta sobre su manera de no salir de la carrera pero que le permita la sobrevivencia en el exilio.
Martha subraya que el periodismo ha sido esencial en este proceso de transformación. “No solo denunciamos la crisis, sino que buscamos soluciones. Hemos desarrollado capacidades gerenciales que no imaginábamos. Ahora, esas mismas herramientas que usamos para informar nos permiten sostener nuestros emprendimientos”, afirma.
PCIN en su estudio de cartografía ya alertaba en 2023 sobre las dificultades que enfrentan las y los periodistas en la sobrevivencia en el exilio, que muchos y muchas se estaban viendo obligados a dejar la profesión.
“Esto es lamentable pues un 33% están pensando en abandonar la profesión, y esto se agrava cuando no tenemos ni universidades que estén formando en Nicaragua a nuevos profesionales”, alerta Martha Irene.
Un periodismo que trasciende fronteras y oficios
Las historias de Iris y Nidia no son solo relatos de exilio, sino de reinvención y resiliencia. A pesar de la persecución, han encontrado maneras de seguir contribuyendo a sus comunidades y a la sociedad con sus emprendimientos en el caso de Nidia llevando platillos que trasladen a sus tierras y en el caso de Iris, con artesanías que recuerdan los orígenes de las personas migrantes. A través del emprendimiento, transformaron su lucha por la libertad en acciones que ayudan a otros, generando empleos y .
Ya no solo se trata de denunciar, sino de encontrar caminos creativos para seguir adelante y mantener viva su voz, incluso en el exilio con sus emprendimientos . Como dice Iris, “seguimos siendo voces que no se callan, que buscan maneras de ayudar, de cambiar y de seguir adelante”.
Ya sea dirigiendo medios de comunicación o emprendimientos en otros campos, estas tres mujeres periodistas han demostrado que la capacidad de adaptación, la perseverancia y el amor por su país son fuerzas poderosas que no pueden ser silenciadas.
Este es un trabajo de Intertextual en colaboración con el Colectivo 506