Cada 11 de febrero se conmemora el Día Mundial de la Mujer Médica, una fecha que rinde homenaje a Elizabeth Blackwell, la primera mujer en obtener un título de Medicina en Estados Unidos.
La valentía y determinación de Blackwell, abrió el camino para que muchas mujeres en el mundo pusieran ejercer la profesión, desafiando los prejuicios de su época.
Blackwell, nacida en Inglaterra en 1821, emigró a Estados Unidos y, tras múltiples rechazos, logró ser admitida en el Geneva Medical College, donde se graduó en 1849.
Su esfuerzo fue clave para la inserción de las mujeres en la medicina, un campo dominado hombres en el siglo XIX. Hoy, su legado inspira a medicas de todo el mundo, especialmente en contextos difíciles donde ejercer esta profesión sigue siendo un desafío.
Médica nicaragüense: una labor de vocación y sacrificios
Para la doctora María Gutiérrez del norte de Nicaragua su profesión ha sido de muchos retos, actualmente está brindado su servicio en una comunidad rural y cada quince días en una improvisada clínica en su casa, a través de una corta llamada por teléfono cuenta a Intertextual que su labor es una mezcla de sacrificios y esperanzas.
“Aquí la pobreza es extrema, hay personas que caminan horas para llegar a una consulta y muchas veces no tienen acceso a los medicamentos que necesitan. Como médica, es frustrante no poder ofrecerles siempre los recursos adecuados, pero saber que puedes salvar vidas o disminuir los riesgos de enfermedades graves con lo poco que tienes es lo que impulsa a seguir adelante” relata.
A pesar de las dificultades la doctora Gutiérrez encuentra satisfacción en su trabajo. “Ver a una madre traer a su hijo enfermo y que después de nuestra tención salga sonriendo es lo más gratificante” manifiesta la médica.
La medicina no solo es ciencia, también es humanismo y servicio, por eso seguir el camino de Elizabeth Blackwell nos recuerda que nuestra vocación va más allá de los obstáculos, concluye la médica nicaragüense.