Un experto en temas de seguridad y un politólogo, considera “extraña” la salida al paso de que militares no le darían un verdadero Golpe de Estado a Daniel Ortega. 24 horas después, el diputado oficialista Gustavo Porras, habla del sufrimiento en las filas de la Policía, en la que admite ha habido “traiciones”. 
Por: Intertextual/ Voces en Libertad/ contacto@intertextualcr.com
En vez de disipar dudas sobre su fortaleza interna, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, admite que se encuentra lidiando con “un resquebraje” en sus dos pilares represivos: la Policía y el Ejército, asegura un investigador en temas de seguridad y un politólogo que por separado, analizan las últimas declaraciones de voces claves de la dictadura.
“¿Hacía falta que el general Julio César Avilés aclarara que no serían parte de un verdadero golpe de Estado?”, se preguntó uno de los expertos que por años dirigió investigaciones sobre asuntos de seguridad en Nicaragua. “Pienso que no, han sido consecuentes con el estado represivo y criminal de este régimen desde el comienzo de la crisis de 2018”, agrega.
“Es raro que salga con eso, pero más raro aún, es que diga con insistencia lo que todos sabemos, que hay una fidelidad ciega al señor Ortega. Es como una confesión que algo ha pasado, que se ha corregido y que debe transmitir tranquilidad, si no fue de oficio, se las exigieron”, señala.
Recordó el experto que en mayo pasado, los intereses de las fuerzas armadas nicaragüenses se vieron amenazadas con la salida abrupta del círculo de poder del general en retiro Omar Halleslevens, quien habría sido echado de su cargo en la Dirección del Consejo Nicaragüense de Ciencia y Tecnología (Conicyt), desalojado de su oficina que se ubicaba en la oficina de Vicepresidencia y hasta puesto en confinamiento por supuestas diferencias con la esposa de Ortega, Rosario Murillo, calificada como “una compañera antipática” con el sandinismo histórico.
“¿Jamás nos van a descohesionar?”, jura Avilés
Aunque al general Hallesleven se le vio feliz en una fiesta taurina a comienzos de agosto pasado en Chontales, ni el General en retiro, ni la misma militancia orteguista ni oficial ni extraoficialmente, aclararon el incidente con el exjefe militar quien por haber sido el vicepresidente de Ortega antes de Murillo, es visto entre algunos importantes sandinistas, como un sucesor para salvar la deriva del partido rojinegro convertido en una organización político-familiar a cargo de un gobierno dictatorial e ilegítimo.
Ortega y Murillo, la pareja de septuagenarios que han convertido al Frente Sandinista en su patrimonio personal también, se rehúsan a dejar el poder y menos han aceptado el llamado de sus bases a pensar en sucesiones fuera de su dinastía. Es más, Murillo se cree la sucesora natural del dictador y sus hijos después de ella, lo que ha causado claras fisuras dentro de la organización en varios departamentos de altas simpatías como León, por citar uno.
El exembajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos, OEA, Arturo McFields, fue una de las voces que advirtió que la crisis que generó el pleito entre Murillo y el exjefe del Ejército, era “una olla de presión a punto de estallar”. “Un descontento en el Ejército es el fin del régimen, Ortega solo se sostiene por las armas. El descontento social civil, ya es generalizado”, señala el experto.
Este lunes, el Jefe del Ejército, el general Julio César Avilés, se lanzó contra periodistas independientes a quienes llamó “mercenarios y vividores de la información”, a quienes acusó de una supuesta campaña en contra de la institución militar. Avilés aprovechó el acto del 44 aniversario de constitución del Ejército de Nicaragua, declarando que “sus mentiras y calumnias jamás nos van a descohesionar, jamás nos van a dividir y jamás nos van a confundir”.
“Llama la atención que culpan a los periodistas, ¿A cuáles? El régimen cerró los periódicos en Nicaragua, mutiló las televisoras que creían enemigas y controla más de cinco canales. Casi no hay periodistas en el país ¿Quién es responsable de una campaña en su contra? Es posible que no conozcamos el alcance de la crisis interna, pero está claro que la hay”, aseguró por su lado el politólogo que por temor a represalias a su familia en el oriente del país, pidió hacer comentarios con identidad reservada.
Porras habla de traiciones y llama a la unidad en la Policía
Como si no fuera suficiente para “las bases nerviosas” del orteguismo las inquietantes declaraciones del general Avilés sobre la fidelidad del Ejército a Ortega, el presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras, reconoció al día siguiente, este martes, que la Policía se enfrenta a “difamaciones, calumnias, presiones y hasta traiciones”.
“Todo ha pasado en menos de 24 horas: seguimos cuadrados ante usted, dice el general de Ejército y este político (Porras) aparece hablando de traiciones en la Policía. Todo indica que hay rebeliones internas, que las pugnas no son invento. Están ahí”, señala el especialista en temas de seguridad.
“En política, la única acción que se eleva a traición es la que ocurre a lo interno y con personas de una misma línea, no hay traiciones de afuera, de modo que, este diputado hace un relevo de prueba vinculadas a una crisis que solo las habíamos leído por fuentes extraoficiales”, señala por su lado el politólogo.
Desde el año pasado y más en los últimos meses, la Policía, sancionada por ser considerada junto a paramilitares como la responsable de 355 muertes de civiles después del levantamiento social del 2018, ha vivido purgas inesperadas de cuadros que encabezaron acciones represivas registradas por organismos de derechos humanos locales y del exterior como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH.
“Los hermanos de la Policía han pasado año tras año enfrentando agresiones, intento de división, enfrentando calumnias, difamación, presiones, traiciones, porque los yanquis y los vendepatrias allí están”, dijo Porras, durante la conmemoración también del 44 aniversario de fundación de la Policía.
“Esto explicaría”, dice el especialista, “porque Ortega le encargó a Porras y a sus diputados una reforma a la Ley de la Policía que además de otorgarle el control absoluto sobre la institución, le daba potestad de encarcelar a los desertores”, agregó. Señaló que emulando a Ortega, le tocó al diputado recordarle a la Policía sus orígenes sandinistas y les anuló de un tajo su carácter nacional y no político.
Esta dijo, es una policía sandinista “porque el pensamiento de Sandino es la guía”, dijo. “Y siguen calumniando y ayer (lunes) lo decía el general de Ejército (Julio Avilés) y siguen atacando, pero la respuesta es más firmeza, más conciencia, más voluntad para continuar adelante, más unidad entre todos”, llamó.
“El diputado porras no solo habla de traiciones, no solo les recuerda sus orígenes a la policía, los llama a la unidad, porque tienen claro que ha habido un resquebraje y corren un peligro real, porque las armas disparan a todos los sentidos en dependencia de quien la tenga”, advirtió el experto.
