La dictadura de Daniel Ortega a través de la policía nacional ha secuestrado la tradición que tiene más de un siglo de realizarse.
Por: Redacción Intertextual/ Voces en LIbertad/ contacto@intertextualcr.com
En este mes de octubre, los miembros de la iglesia Católica del municipio de Diriá del departamento de Granada, denunciaron que la policía orteguista les impidió que repartieran el tradicional “atol de ánimas” al pueblo.
Los ciudadanos advierten que esta es una estrategia para suplantar las tradiciones del pueblo católico. Este año, solo le fue permitida la tradición a la alcaldesa sandinista Catalina Maltés, que junto a los simpatizantes sandinistas, repartió más de tres mil raciones de atol de maíz en la plazoleta del parque.
Durante la repartición, la alcaldesa agradeció a Daniel Ortega y a Rosario Murillo por “apoyar las tradiciones del pueblo”. Otra actividad religiosa en la que se ha suplantado al pueblo devoto católico, es la tradicional fiesta de Santo Domingo de Guzmán, donde los miembros del comité de cargadores tradicionales fueron sustituidos por miembros del partido sandinista.
Lea: Represión de Daniel Ortega: “Ninguna religión se escapa de las garras del sandinismo”
La actividad estuvo vigilada todo el tiempo por efectivos de las fuerzas especiales de la policía orteguista y trabajadores del Estado, los que fueron obligados a realizar esa tarea. “Cuidan que no hayan expresiones de rechazo a los dictadores”, se quejó un poblador.
El régimen de Daniel Ortega busca controlar calles y tradiciones
Luego que en septiembre del 2018, la policía del régimen prohibió las manifestaciones de los opositores, los miembros del partido de gobierno son los únicos que pueden manifestarse en las calles a través de caminatas, caravanas de motocicletas y vehículos, en respaldo a la continuidad de la pareja gobernante señalada de mantenerse en el poder por la fuerza.
Las movilizaciones se realizan casi todos los fines de semana en todos los municipios del país bajo cualquier argumento. Desde la celebración del natalicio de Sandino, Tomás Borge, hasta Benjamin Zeledón o Fidel Castro. Cada una de estas movilizaciones, es resguardada por la policía, que porta en sus unidades la bandera sandinista.
Lea: Arte que resalta la cultura nacional y se expone fuera de Nicaragua
Una de las últimas movilizaciones que organizaron los partidarios sandinistas, fue en respaldo al 44 aniversario de fundación de la policía, considerada el principal órgano de represión del gobierno, donde en su acto principal, el primer comisionado general Francisco Díaz, reafirmó su lealtad a la pareja dictatorial.
“Ortega y Murillo buscan con estas movilizaciones mantener activas sus bases, ante el temor de volver a perder las calles, como en el 2018, donde todo un pueblo motivado por los estudiantes, perdió el miedo para exigir la salida de la dictadura que se mantiene en el poder desde el año 2007”, remarcó la fuente política.
Más presión a trabajadores del Estado
Un docente de esta ciudad, denunció que los obligan a asistir a las movilizaciones partidarias sin importarles suspender clases a los alumnos, “porque la prioridad, es la lealtad al partido, y no la calidad de la educación”.
“Si uno se resiste a participar pende sobre uno la amenaza de perder el trabajo. Hace meses anduvimos censando y no recibimos un solo córdoba por ese trabajo, pero nadie se atreve a reclamar, por temor de ir a hasta preso”, sostuvo el docente.
Desde el año 2018 el régimen de Ortega-Murillo mantiene en una constante movilización en todo el país, luego que miles de nicaragüenses salieron a las calles a demandar justicia y democracia, teniendo como respuesta una feroz persecución que dejó un saldo de 355 personas asesinadas, según informe de organismos internacionales de derechos humanos.
Las actividades que ordena realizar la pareja presidencial a los alcaldes sandinistas de los 153 municipios del país son múltiples, desde pasarela de verano, preparación de platillos de cuaresma, concursos de artesanías alusivas a la temporada de navidad, y hasta certamen de las candidatas a reinas de la Resistencia Indígena. En cada uno de estos actos ondea la bandera roja y negra y en ellos los ediles siempre deben agradecer “al buen gobierno” y a Ortega y Murillo.
Un analista político que se encuentra en el exilio, señala que cada una de estas actividades promovidas por el régimen, buscan aparentar una falsa normalidad en el país, que se encuentra sumergido en la pobreza marcado con miles de migrantes que buscan llega a los Estados Unidos y Europa, ante la falta de empleo en el país.
“A esto debemos sumar el alto precio de los productos de la canasta básica, donde la libra de frijol que es un alimento esencial en la mesa de los nicaragüenses ronda los 36 córdobas, y la libra de carne de res, se vuelve inalcanzable para muchas familias, por ello, el régimen busca replicar en los pueblos la estrategia de los romanos a falta de pan, circo”, remarcó el opositor.