La hija de la víctima también fue condenada a 30 años de cárcel por cómplice del femicidio
Por: Redacción Intertextual/ ,contacto@intertextualcr.com
El juez Luis Felipe Alvarado, del juzgado de Distrito Especializado en Violencia y Adolescentes de León, sentenció esta semana a cadena perpetua revisable a Hermógenes Crescencio Blanco de 58 años, por el femicidio que cometió en perjuicio de su pareja Vilma Elena Méndez Bonilla, Q.E.P.D.
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En el mismo proceso penal, el juez condenó a 30 años de cárcel a Sheyla Isabel Méndez Bonilla de 22 años, hija de la víctima, ya que en el juicio se demostró que actuó como cómplice del femicida, con el cual según la acusación también sostenía una relación de pareja.
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El femicidio ocurrió entre las 5:30 y 6: 40 de la tarde del 5 de diciembre en el barrio Sonrisa de Dios del municipio de Nagarote, del departamento de León, según el relato de la fiscalía.
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Esa fatídica tarde de diciembre, la víctima se encontraba en su casa de habitación ubicada en el mismo barrio, cuando llegó Hermógenes a invitarla a que fueran a la casa de él, como parte de un plan que concibió para privarle la vida.
Al trasladarse a la casa del femicida, este procedió con odio a atarla de pies y manos con un mecate con el cual también le hizo un lazo en el cuello, para privarle la vida mediante asfixia mecánica.
Aún no satisfecho, el femicida procedió a decapitar a la víctima para garantizar el crimen y con ayuda de Sheyla introdujo el cuerpo dentro de un saco y al siguiente día procedieron a sepultar los restos en un hoyo que hizo el femicida en el patio de su casa.
Desde ese 5 de diciembre la víctima fue reportada por familiares como desaparecida y tras una intensa búsqueda, Sheyla terminó revelando a familiares y a la policía que Hermógenes la había asesinado.
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Tras más de tres meses de permanecer como desaparecida, Sheyla le manifestó el pasado 19 de marzo a un familiar que le preguntó por su mamá, que ya estaba muerta y reveló como y cuando habían sucedido los hechos y luego reafirmó su versión a la policía.
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De esa manera el 22 de marzo se encontraron los restos de la víctima a unos 20 centímetros de profundidad del lugar donde la habían enterrado y el 23 de mayo en el inicio del juicio, Hermógenes decidió admitir los hechos y quedó en prisión a la espera de la sentencia.
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Mientras que Sheyla prefirió enfrentar el juicio y en su intervención dijo que ella no tenía nada que ver con el crimen de su mamá y que Hermógenes la encerró en la casa el día de los hechos y que a la vez la amenazaba de muerte, para que guardara silencio.
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Sin embargo el juez detalló en su fallo, que las pruebas presentadas por la fiscalía fueron claras y contundentes y que se demostró en juicio que la hija de la víctima actúo como cómplice.
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De acuerdo con la acusación de la fiscalía, el femicida sostenía una relación de pareja con la víctima desde hace 4 años, pero ambos habitaban en sus respectivas casas. El hombre a la vez había establecido una relación sentimental con su hijastra.
Por tratarse de una cadena perpetua revisable, Hermógenes tiene abierta la posibilidad de solicitar la libertad condicional una vez que haya cumplido 30 años de efectiva prisión, pero deberá demostrar buena conducta y contar con un pronóstico individualizado y favorable de reinserción social.
