Una buena educación reduce también las enfermedades ETS y los embarazos prematuros.
Por: Intertextual/ Voces en Libertad/ contacto@intertextualcr.com
En pleno siglo XXI el regimen Ortega-Murillo aún tiene una deuda pendiente con la sociedad: desarrollar verdaderas estrategias para la prevención de la violencia sexual contra niñez, adolescencia, hombres y mujeres jóvenes y adultos mayores.
Dicha estrategia debe pasar por un punto obligatorio: instalar con buenas bases y con absoluto rigor científico, un amplio programa de educación sexual en centros escolares públicos y privados, dicen expertos.
Diana, una psicóloga clínica, excatedrática universitaria, investigadora y especialista en el tema por más de 15 años. Ella afirma que en estos momentos, no solo es urgente “servir educación sexual” en las escuelas, sino que también, es de extrema necesidad.
La experta argumentó que “implementar la educación sexual desde los hogares hasta los centros escolares servirá para preparar a las niñas y niños para enfrentar los desafíos de la sociedad moderna que, cada vez más, exige estar más y mejor informados”.
Para reducir la violencia
En su opinión, es fundamental que desde las escuelas, los hogares y centros de salud, se aborden los distintos aspectos de la educación sexual. “Es una de las muchas soluciones para bajar el índice de abusos y violencia contra la niñez, adolescencia y todos los grupos de población vulnerable”, señala.
“Uno de los primeros efectos es que habrá menos casos de adolescentes embarazadas, porque estarán debidamente informadas y menos expuestas a los engaños y a la violencia en el hogar o en la comunidad”, sostuvo la experta.
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Lamentó que sigan habiendo “niñas criando niñas”, sobre todo en el campo. A su criterio, eso lastima la conciencia social. Lamenta que las autoridades gubernamentales, estén haciendo muy poco incidir en la reducción del embarazo en adolescentes.
“Es bonito ver bastantes casas maternas en Nicaragua, lo que no es bonito es ver esas casas maternas llenas de niñas de 14, 15, 16 años, abusadas, violadas, obligadas a parir un ser humano, sin tomar en cuenta que sus cuerpos apenas están en desarrollo y no están preparados para semejante trabajo de mujer adulta”, razonó Diana.
Mined con enorme reto
A criterio de la psicóloga, una de las primeras instituciones responsables en este tema es el Ministerio de Educación, Mined. “Esté ministerio debe asumir la responsabilidad de proporcionar educación sexual con el respaldo y acompañamiento de los padres de familia”, recomendó.
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Cuestionó el hecho que en Nicaragua la dictadura Ortega-Murillo siga promoviendo mitos y tabúes en la sociedad, en lugar de ofrecer, promover y ejecutar un programa de educación sexual que rompa con ese ciclo que sólo está dañando a nuestra niñez y a las familias que tanto dicen proteger”.
“Ese trabajo lo estaban haciendo con éxito las organizaciones que la dictadura mandó a cerrar y estaban logrando cambios, pero pudo más la sed de venganza y las ansias de violentar los derechos humanos de los sectores más vulnerables del país”, criticó.
La psicóloga propuso que sean las mismas familias, desde sus hogares, que entre todos y todas, sean quienes adopten las medidas necesarias para informarse de manera responsable sobre los temas de educación sexual y así evitar situaciones de abuso y embarazos en adolescentes que vulneren sus derechos humanos.