Rivera, hasta hace más de 15 días era un estudiante activo de la Universidad Paulo Freire, en último año de Ciencias Políticas, estaba apunto de graduarse, pero sus planes se vinieron abajo, por una decisión “arbitraria” del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, confiscar universidades, gestión llevada a cabo por el Ministerio de Gobernación y aprobada por la Asamblea Nacional.
Esta historia de Rivera es igual a la de muchos jóvenes universitarios de Nicaragua.
Indice
Toggle¿Qué paso?
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La Asamblea Nacional, a petición del Ministerio de Gobernación, les retiró la licencia de operación a la Universidad Paulo Freire (UPF), reciento universitario del estudiante Rivera, así como a la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), considerada unos de los bastiones de la lucha universitaria en el contexto de abril 2018, también a la Universidad Católica del Trópico Seco (Ucatse), Universidad Nicaragüense de Estudios Humanísticos (Uneh), y Universidad Popular de Nicaragua (Uponic). Al siguiente día ordenaron el cierre de otras siete universidades privadas, con lo que el número de casas de estudios superiores ilegalizadas desde diciembre pasado totalizan 14.
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Según el Ministerio de Gobernación (Migob), esas universidades incumplieron sus obligaciones, entre ellos el no reportar sus estados financieros conforme períodos fiscales, con desgloses detallados de ingresos, egresos, balanza de comprobación, detalles de donaciones (origen y beneficiario final), entre otros.
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Mi día empezó a las 3 de la mañana, resguardado en una pequeña habitación de hospedaje, listo para emprender una de las decisiones más difíciles de mi vida. Intenté mantenerme en Nicaragua cuánto pude, pero por el inminente riesgo a mi integridad, he tenido que salir del país, escribió en Twitter Elthon Rivera.
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Ese fue el detonante para salir del país inmediatamente para este joven universitario, y lo motivo el deseo de que no le arrebaten concluir una carrera universitaria, aunque sea lejos de su país. “Ya estoy ubicado y seguro. Gracias a quienes me acompañaron con sus oraciones y buenos deseos. Sé me viene todo un reto plagado de incertidumbres, pero estoy listo para afrontarlo”, aseguró en su red social.
Dos carreras truncadas por el Gobierno de Ortega
Rivera tiene 27 años de edad, es un activista universitario defensor de derechos humanos. InterTextual hablo con él para conocer su testimonio ahora que la universidad que le abrió las puertas para darle una segunda oportunidad para convertirse en profesional, fue confiscada.
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Casi por finalizar la carrera de Medicina en quinto año fue uno de los estudiantes expulsados por participar en las manifestaciones contra el gobierno de Ortega y Murillo. La universidad Paulo Freire le dio la oportunidad de seguir sus estudios y en último año de Ciencias Políticas, nuevamente a punto de graduarse, el gobierno le trunca esta segunda oportunidad, confiscando su Alma Mater.
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El joven señala, “aunque el CNU (Consejo Nacional de Universidades), prometa que va a integrar a los estudiantes que les va a dar continuidad de estudios, eso no aplica a poblaciones como yo que tenemos un antecedente de expulsión o de casos con el CNU o con el gobierno como tal”.
Sin derecho a ingresar en universidades estatalizadas
El gobierno quiere obstruir la oportunidad a la juventud pensante, de seguir estudiando.
“Los estudiantes con liderazgos de oposición y defensores de derechos humanos no podrán ingresar a universidades que fueron confiscadas por el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo,” reciente Rivera, a esto le añade. “Muchos estudiantes y activistas que ya habían visto la imposibilidad de seguir en universidades estatales ya sea por temor o porque tenían un caso real como los expulsados, habían optado por universidades privadas”.
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La universidad Paulo Freire (UPF), en la que estaba Rivera, fue una de las pocas universidades que abrió sus puertas a estudiantes que quedaron expulsados de otras universidades públicas, “abrió sus puertas, sin ningún interés político o distinción política, más que la intención de brindar educación superior.” dice el joven.
En su cuenta de Twitter, Rivera muy indignado, por su situación como estudiante, expreso “Me arrebataron nuevamente la oportunidad de ser profesional, primero me expulsaron de medicina en UNAN y ahora quitan la personería de mi nueva universidad donde estudiaba Ciencias Políticas”. La educación en Nicaragua está grave, asevera.
Un seguidor de Rivera contesto al Tuit: “Nicaragua tiene muchos años de estar grave en educación. Lamentablemente las nuevas generaciones heredarán pobreza y destrucción en el conocimiento. Algo que no se podrá revertir”.
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El joven afirma a Intertextual. Que la juventud universitaria está consciente de que, pasando estas universidades al dominio del estado, no podrán optar por continuar las carreras, más quienes ya fueron expulsados por una anterior; porque además el plan de gobierno es el adoctrinamiento, por eso el ataque a las universidades.
“Este es un ataque que va dirigido a la educación superior nicaragüense en un intento del gobierno por dominarlo todo… Va más allá de una persecución de estudiantes y activistas, para llevar a cabo su plan de adoctrinamiento “afirma el universitario.
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El joven reciente que su carrera de Medicina no lo pudo concluir en ningún otro lado, “universidades previo al cierre de su personalidad jurídica y algunas que conservan personería no me dieron matricula.”asegura.
Lo que actualmente sucede con las universidades y la educación, es un daño grande que se le hace a la sociedad nicaragüense.
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Elthon Rivera, además de ser estudiante activo universitario, seguía su activismo dentro de un programa de ayuda a estudiantes universitarios expulsados de sus carreras, ayudaban a garantizar becas para que los jóvenes no pagaran un solo centavo en la universidad con el propósito de ayudarles a culminar las carreras, estas gestiones “sin ningún interés político. “La universidad no intervenía, simplemente era un centro donde se daba educación superior, añade.
Salir del país
“Estaba en riesgo ya me tocaba salir del país”, comenta a nuestro medio, el joven, quien no pierde las esperanzas de seguir estudiando, desde el exilio. No será en vano, de eso estén seguros. Mi lucha sigue sin importar donde esté, de hecho, con mayor libertad y mayor en poder. Haré lo que allá no podía. Escribe en Twitter ya estando en lugar seguro.
Buscando entre las publicaciones de Rivera entramos al enlace de un escrito redactado por el, muy bonito, donde a manera de metáfora, explica lo que sucede con la educación del país que lo vio nacer y donde no pudo por más que quisiera ser un profesional, queremos dejar parte de ese escrito titulado “Entre maleza y serpientes,”.
Dejamos el enlace para que lean completo https://t.co/Mq9BwmRjYx
Ser como las plantas que buscan el sol
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Pero si aún somos un jardín vivo que entre maleza resiste, debemos seguir el rastro de los rayos de sol hasta alcanzarlos; nutrir nuestras mentes, nuestros valores cívicos y democráticos y que en conjunto produzcamos en el jardín el cambio que hace falta, limpiando la maleza, expulsando a las serpientes.
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Seamos las plantas que busquen el sol de la libertad, que se abren paso entre la maleza para dejar florecer la sabiduría; demos frutos y semillas capaces de enriquecer nuestro alrededor.
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En la actualidad donde abunda la manipulación, seamos resistencia, resiliencia y acción, y defendamos como cualquier otro recurso, el poder de la educación.