El embajador de Nicaragua en España, Maurizio Gelli, representará al Gobierno que preside Daniel Ortega junto con su esposa, Rosario Murillo, en los funerales del papa Francisco, cuya celebración está prevista este sábado en la Plaza de San Pedro, informó este viernes Managua.
«Maurizio Gelli ha sido acreditado como jefe de la delegación del pueblo y Gobierno de Nicaragua ante las exequias, los funerales del papa Francisco en el Vaticano», anunció Murillo a través de medios oficiales.
La delegación nicaragüense la integra además la esposa del diplomático, Farah Gutiérrez, y la embajadora de Nicaragua ante el Gobierno de Italia, Mónica Robelo, precisó la copresidenta.
Murillo informó que Gelli ha estado acompañando en distintas ceremonias al cardenal nicaragüense y arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, y al vicario de Managua, Julio César Arana, quienes representan a la Iglesia católica de su país.
En su alocución, la copresidenta hizo mención al mensaje de condolencias enviado al papa Francisco, donde reconocieron que tuvieron unas relaciones «difíciles» y «accidentadas» con la Santa Sede, que llevó a Managua a suspender oficialmente sus lazos diplomáticos con el Vaticano.
«Nosotros hemos tenido, como hemos dicho con mucha sinceridad, una accidentada relación con el Vaticano que no es responsabilidad ni del pueblo ni del Gobierno de Nicaragua», señaló Murillo.
«Ha sido un tiempo que, desgraciadamente, sirvió para que los de siempre promovieran discordia y trasladaran mensajes altisonantes, contradictorios, calumniosos, al mundo, no solo al Vaticano», agregó.
La esposa de Ortega dijo que se sentían «complacidos de poder estar presente, como Gobierno, en este otro tiempo».
«Relaciones suspendidas, no rotas», dice Murillo
«Hemos dejado claro en otros momentos que las relaciones con el Vaticano, aunque accidentadas, no están rotas, están suspendidas y consideramos importante la representación de nuestro pueblo y Gobierno en esas ceremonias de despedida del papa Francisco», destacó.
En marzo de 2023, el papa Francisco calificó como una «dictadura grosera» el régimen de Ortega en Nicaragua, un mes después de la condena por «traición a la patria» del obispo nicaragüense Rolando Álvarez a 26 años y 4 meses de prisión, ahora exiliado y desnacionalizado.
«Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige (Ortega). Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio», aseveró Francisco al portal argentino Infobae desde su residencia de Santa Marta, en la Ciudad del Vaticano, con motivo del décimo aniversario de su papado.
«Es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera traer la dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35, traer aquí las mismas… Son un tipo de dictaduras groseras. O, para usar una distinción linda de Argentina, guarangas», afirmó la máxima autoridad de la Iglesia católica.
Ortega, a su vez, acusó al Vaticano de formar parte del «conglomerado del fascismo» y disolvió y expropió a la Compañía de Jesús – conocidos como los jesuitas-, orden a la que pertenecía el sumo pontífice, y ha expulsado de Nicaragua a 46 sacerdotes y obispos desde 2018, y les ha prohibido el ingreso al país a otras decenas de curas.
También ha calificado de «mafia» a la Iglesia y la ha acusado de ser antidemocrática por no permitir que los católicos elijan por voto directo al papa, a los cardenales, a los obispos y a los sacerdotes.
Las relaciones del Gobierno de Ortega y Murillo, y la Iglesia católica viven momentos de gran tensión, caracterizadas por la expulsión, encarcelamiento y desnacionalizados de obispos y de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y procesiones, y la suspensión de sus relaciones diplomáticas.