Los Paramilitares se manejan acuartelados en casas confiscadas a opositores, viajan en camionetas del Estado y hasta exhiben su armamento.Para rematar, los ven patrullando por la noche en vez de la Policía.
Por: Intertextual/ Voces en Libertad/ contacto@intertextualcr.com
Pobladores de Estelí hicieron un llamado al Ejército de Nicaragua a explicar porque permiten que paramilitares del gobierno operan con tanta libertad en este departamento. “Exhiben sus armas como si se tratara del viejo oeste. Pareciera que en este país no hay leyes, no hay institución llamada Ejército”, dice un esteliano molesto.
Claro que denuncias como esta no son posibles si no es bajo identidad reservada. No hay quien no haya visto a Víctor Manuel Gallegos, alias “Pedrito El Hondureño”, ahora convertido en paramilitar del régimen de Daniel Ortega, andar por las calles de la ciudad como si se tratara “de un pequeño generalito” armado y con escoltas.
El 21 de julio de 1993, Gallegos, lideró un comando de excombatientes históricos y exmilitares del entonces Ejército Popular Sandinista (EPS) para asaltar varios bancos de la ciudad de Estelí donde robaron más de 5 millones de dólares. Ahora es un jefe paramilitar “al que se le cuadran” también hasta comisionados de la policía del régimen. Gallegos encabeza un grupo de 86 paramilitares de un bloque que se autodenominan “Frente Norte Carlos Fonseca Amador”.
“¿Qué dice el Ejército de esto?”, preguntó un militar retirado de la zona que no está de acuerdo con la mala fama que le dan al partido orteguista en el que ha militado casi toda su vida. “Soy sandinista, lo he sido siempre, y no fue ese el sueño de Carlos Fonseca, esos más bien parecen un grupo de mercenarios, de delincuentes”, criticó.
Con cuartel y todo
El grupo cuenta con un lugar al que llaman “cuartel de operaciones”, que es una de las casas de la antigua Colonia Meneses, donde todavía funcionan las oficinas departamentales del Ministerio de Gobernación (Mingo) en Estelí, y donde almacenan armas de todo calibre. “Ahí viven dándoles mantenimiento públicamente, y también se reúnen disque para patrullar en horas de la noche y madrugada por los distintos barrios de la ciudad esteliana. ¿Qué es eso ? ¿Y la Policía no es para eso?”, se pregunta otro esteliano.
Este grupo de paramilitares, al igual que otros más que operan en la ciudad de Somoto, cabecera del departamento de Madriz, y algunos municipios, incluida la ciudad de Ocotal, en el departamento de Nueva Segovia, cuentan con el respaldo de los mandos de la Policía Orteguista (PO) de Las Segovias.
Además los ciudadanos, critican el uso de recursos económicos que salen de las alcaldías sandinistas y varias instituciones del Estado que les facilitan camionetas, combustible y capotes para protegerse de las lluvias, raciones de alimentos, botiquines médicos y hasta botas militares.
El “Frente Norte Carlos Fonseca Amador” en Las Segovias está conformado por más de 360 exmilitares del entonces EPS (Ejército Popular Sandinista), cachorros del entonces Servicio Militar Patriótico (SMP) y exmiembros de los batallones de reservistas que operaron en los años 80, en la guerra civil armada.
De guerrilleros a paramilitares
También, lo integran excombatientes históricos de la Revolución Popular Sandinista que lucharon en el territorio para poner fin a la dictadura de la familia Somoza. Estos comandos paramilitares surgieron durante el levantamiento popular en contra del régimen de la pareja presidencial de Daniel Ortega y Rosario Murillo en abril de 2018.
En esa ocasión, los grupos de paramilitares fueron reclutados por viejos militantes, operadores políticos del FSLN, entre ellos el ya fallecido guerrillero Edén Pastora Gómez, Comandante Cero, y se les podía ver en las fotos y videos que subían en las redes sociales (Facebook, Telegram y WhatsApp) portando fusiles de guerra de fuerte calibre como las AK, ametralladoras calibre 50 y lanza morteros RPG 7, equipamientos exclusivos del Ejército de Nicaragua, (EN).
Los paramilitares ejecutaron operaciones propias de las fuerzas militares y atacaron los tranques de los manifestantes que se rebelaron contra el régimen hace cinco años. Son los responsables de la muerte de 355 opositores según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH.
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Otros integrantes del “Frente Norte Carlos Fonseca Amador” operan fuertemente en zonas del departamento de Nueva Segovia, principalmente en los municipios de Jalapa, Mozonte, Ciudad Antigua, San Fernando, Santa María y la ciudad de Ocotal, lugares donde ocupan propiedades confiscadas a conocidos opositores al régimen Ortega Murillo.
También tienen negocios y operan taxis, al igual que en la ciudad de Estelí. Protegen fincas y negocios como las minerías y empresas madereras de sus principales líderes o altos funcionarios del gobierno sandinista. “Se pide información a los vigilantes de los colegios estatales o instituciones gubernamentales y andan en camionetas blancas o grises que usa el Estado pero que no están rotuladas, como algunas del hospital de Somoto y el SILAIS de Madriz”, dijo una fuente familiarizada con estos operativos.