Faro incansable en la oscura tormenta,
Resguardando verdades con su cámara en mano.
Aunque la sombra del régimen intentara apagarlo,
Nunca cedió, nunca dobló su espíritu llano,
Kilómetros recorrió defendiendo sus ideales,
Convirtiendo cada disparo de luz en testimonio certero.
Ofrecer ayuda era su credo constante,
Respetado como profesional, amigo, esposo, padre.
Tuvo siempre la libertad como bandera,
Él, voz firme en tiempos de censura y guerra.
Su legado vive, eterno en nuestra memoria sincera. Su lucha por la verdad y la libre expresión jamás será olvidada.
¡Hasta siempre, amigo y colega Francisco Eligio Gómez Cortés!