El tercer episodio del podcast “Puertas Abierta” del Instituto sobre Migración y Refugio LGBTQ para Centroamérica IRCA CASABIERTA se sumerge en la intrínseca realidad de las secuelas del abuso y la explotación sexual, una problemática que se agudiza en la población migrante y población de la diversidad sexual.
Con la solidad trayectoria del psicólogo Greivin Solano Vindas, en el acompañamiento psicosocial y psicoterapéutico, despliega perspectivas para ayudar a la recuperación de las víctimas y ofrece herramientas esenciales para la detección de riesgos y la edificación de entornos seguros.
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ToggleMigrantes LGBT+ arrastran violencia desde sus países de origen
Desde el inicio de su intervención, Solano Vindas enfatiza la necesidad de comprender que las vivencias de violencia sexual no son incidentes aislados, sino que con frecuencia se imbrican con las complejas circunstancias que afrontan las personas migrantes LGBTIQ+. “Cuando abordamos la situación de la población LGBT y migrante, es crucial considerar las experiencias previas en sus países de origen. Allí también se presentan casos de violación sexual, abuso o explotación. Por lo tanto, no debemos limitarnos a analizar su llegada a las comunidades de acogida al país receptor, sino también su historia de vida. Muchas de estas personas arrastran secuelas o experiencias de violencia y abuso sexual, un aspecto primordial a tener en cuentas”.
El propio tránsito migratorio se rige como un escenario de vulnerabilidad, donde incluso los albergues, concebidos como espacios de protección, no están exentos de riesgos. Sin embargo, es al establecerse en las comunidades de acogida donde la convergencia de identidades incrementa la exposición a la violencia.
“Para la población LGBT, los espacios sociales pueden representar un riesgo inherente. Si entendemos la violencia sexual en su amplitud, abarcando no solo las agresiones físicas sino también la violencia psicológica o el acoso, entonces los entornos sociales y laborales se convierten en focos potenciales de estas situaciones.” incluso as relaciones de pareja y los lazos familiares, que deberían ser baluartes de confianza, pueden transformarse en contextos de abuso.
Vulnerabilidad LGBT+ migrante: la interseccionalidad en riesgo, según Solano

Para Solano, la comprensión de esta acentuada vulnerabilidad radicada en la interseccionalidad. “Son todas las condiciones que atraviesan a la persona y que configuran estas situaciones de vulnerabilidad, no solo por pertenecer a la población LGBT, sino también ser migrante, con todo lo que ello implica, llegar a un país desconocido, la posible falta de acceso a servicios, la discriminación por la condición económica y las limitaciones en el acceso a la educación o la socialización. Es un entramado de factores que determinan situaciones de desigualdad y vulnerabilidad”.
La identificación temprana de señales de alerta se presenta como un elemento fundamental en la prevención de la violencia. El Psicólogo advierte la “minimización del consentimiento” en las interacciones. “En vínculo de parejas, en relaciones laborales o con personas conocidas, cuando existe una insinuación de una interacción sexual ante la cual la persona no expresa su consentimiento, surgen frases como -si dices que no, en realidad quieres decir que sí, o me dices que no porque aún no me conoces” explica.
Estas expresiones, lamentablemente familiares, tienden a restar importancia al consentimiento. Reconocer que una negativa o la falta de interés en un encuentro o interacción sexual es cuestionada, constituyen una señal de alerta significativa ante una posible situación de violencia.”
Aislamiento y amenazas migratorias: tácticas de abuso contra LGBT+
Otro factor preocupante es el aislamiento social, una táctica recurrente empleada por quienes abusan para ejercer control sobre las víctimas. “Esta situación puede ocultarse en las dinámicas de pareja, donde una persona realiza todas sus actividades exclusivamente con su pareja. Ya sean momentos en casa o salidas, todo debe ser compartido con esa persona. Podría haber algo oculto si existe una exigencia de exclusividad en la salida de fin de semana o si, al ir a trabajar, se espera que la otra persona permanezca en casa sin interactuar con nadie más…”

Las amenazas vinculadas al estatus migratorio también son instrumento de manipulación. Ante esta realidad, Solano Vindas subraya la trascendencia de buscar asesoramiento legal. “Considero fundamental instar a toda la comunidad LGBT migrante en el país a que se acerque a las diversas organizaciones que ofrecen asesoría legal en temas migratorios. El desconocimiento de estos procesos a menudo perpetua relaciones de violencia, ya que la personas puede creer la veracidad de las amenazas, como la denuncia para su deportación, o desconocer sus derechos migratorios y las categorías a las que podría acceder”.
En relación con el impacto de la violencia sexual, el psicólogo señala el trauma como una de las sexuales más frecuentes, manifestándose en “Cuadros de ansiedad y depresión marcados, trastornos de la conducta alimentaria y alteraciones en la percepción de la imagen corporal”.
Un sentimiento particularmente perjudicial es la culpa, ante la cual Solano Vindas es categórico al decir “en situaciones de abuso, los únicos responsables son los victimarios. Trabajar con la sensación de culpa es uno de los aspectos más complejos del impacto de la violencia”.
Redes de apoyo y validación emocional: claves para sanar tras la violencia
Para quienes enfrentan limitaciones en el acceso a la terapías formal, el psicólogo propone alternativas y recursos valiosos como: buscar información y contactar instituciones gubernamentales y no gubernamentales con programas de salud mental, utilizar líneas de ayuda telefónica como el 800 2437869 del Colegio de Profesionales de Psicología de costa Rica, y fortalecer las redes de apoyo comunitarias.
El tema de las redes de apoyo es crucial, aunque a veces complejo, añade el especialista. “Es importante apelar al sentido de comunidad. Las comunidades migrantes suelen brindarse apoyo mutuo, por lo que sostener esas redes es primordial y necesario. Estas redes no tienen que ser necesariamente económicas, sino también emocionales, y pueden ayudar a trabajar en la recuperación.”
Para promover el autocuido y el apoyo mutuo. Greivin Solano, ofrece tres estrategias concretas que deben integrarse en la vida de cada persona. La primera radica en “validar la propia experiencia emocional”, entendiendo que las sensaciones de incomodidad o malestar ante ciertas situaciones incluso dentro de relaciones cercanas son señales importantes que no deben ser ignoradas.
La segunda estrategia que comparte Solano es «buscar activamente redes de apoyo», y en tercer lugar “informarse sobre los derechos y los recursos disponibles» en el país de acogida.
La conversación en “Puertas Abiertas” transmite un mensaje de esperanza y acción. A pesar del profundo sufrimiento que ocasiona la violencia sexual, la sanación y la reconstrucción son posibles. La clave reside como explico el psicólogo en la información, la conexión comunitaria y la validación de la propia experiencia.