El poeta y sacerdote Ernesto Cardenal, sigue marcando huellas de su vida aún después de muerto. Deja una herencia valiosa, que podrá ser resguardada como un tesoro.
Ernesto Cardenal Martínez fue un poeta, sacerdote, teólogo, escritor, traductor, escultor y revolucionario que a través de su lucha y arte logró posicionar a Nicaragua siendo galardonado en varias ocasiones a nivel internacional.
En vida, fue uno de los más destacados defensores de la teología de la liberación en América Latina y ministro de cultura tras el triunfo de la Revolución Sandinista el 19 de julio de 1979, hasta 1987.
Nacido en Granada, Nicaragua en el seno de una prestigiosa familia, cursó su primaria y secundaria en la capital y se trasladó a la ciudad de México en donde entró a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, luego estudió en New York hasta 1949.
En 1950 regresó a Nicaragua en donde participó de “La Revolución” de abril de 1954 contra Anastasio Somoza García, en donde el golpe de estado falló y vivió la perdida de amigos y compañeros; siguió sus estudios en teología y se ordenó como sacerdote en Managua en 1965.
Cuatro décadas más tarde del triunfo de la Revolución Sandinista a la cual Ernesto Cardenal apoyo de manera muy estrecha y por la cual recibió regaños por parte del Papá Juan Pablo ll en una de sus visitas a Nicaragua.
El poeta manifiesto mediante una entrevista al medio de comunicación El País ser un “perseguido político” de Daniel Ortega y Rosario Murillo, actuales dirigentes del Frente Sandinista.
Cardenal también se refirió a la pareja gubernamental como “dictadura” ya que mantienen el control de todos los poderes del estado y las instituciones como la Policía y el ejército. “Ellos [Ortega y Murillo] son dueños de todos los poderes de Nicaragua. Tienen un poder absoluto, infinito, que no tiene límites, y ese poder está ahora en mi contra” comentó a El País.
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Antes de fallecer el poeta había expresado sentir su muerte cerca y tener miedo de ella, sin embargo, dijo que al mismo tiempo pensaba que la muerte no es definitiva y que creía en la resurrección.
Ernesto Cardenal tuvo una muerte bajo persecución política
Cardenal falleció el primero de marzo de 2020 a sus 95 y bajo un contexto de persecución política por parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, a quienes criticó por su apoderamiento de los poderes del estado y las instituciones armadas del país, definiendo a la pareja como “dictadores”.
Al conocerse su muerte el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo emitió un comunicado en donde agradecieron la vida del poeta y decretaron tres días de duelo nacional mientras en su redacción se le llamaba “hermano” y “gloria y orgullo” del pais y afirmaban “admirarlo profundamente”.
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Mientras se realizaba la misa de cuerpo presente del sacerdote en la Catedral Metropolitana de Managua, simpatizantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), identificados con pañuelos distintivos rojo y negro que se encontraban dentro de la iglesia, llamaron “traidor” al poeta, mientras asaltaron y golpearon a cinco periodistas que se encontraban dando cobertura y acosaron a la escritora, amiga del poeta, Gioconda Belli bajo la consigna “queremos la ´paz” y “no pudieron ni podrán”.
Las cenizas del poeta fueron depositas en el archipiélago de Solentiname, acompañado de sus pobladores y familia cercana, bajo un singular silencio y sin avisarle a la población en general para avistar episodios como los de Catedral de Managua, esto ante declaraciones que brindó Rosario Murillo. Es así que el poeta nicaragüense llegó a su destino final en donde se mantienen sus restos.
El legado de Ernesto Cardenal
Este martes 19 de septiembre fue entregado a la Caja de las Letras del Instituto Cervantes en Madrid, España, “el legado” del poeta y sacerdote Ernesto Cardenal, por su amigo el escritor Sergio Ramírez y acompañado de la escritora Gioconda Belli.
La caja entregada fue llamada por el poeta “su computadora” y según Ramírez, ante de su muerte, Cardenal ordenó que fuera quemada. Los tesoros literarios que están compuestos por tiras de papel agrupadas por temas, algunas con correcciones a manos llegaron desde Nicaragua por “vías extraviadas” expuso Ramírez.
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“Entregamos también sus gafas, y su boina vasca, que fue parte de su vestimenta característica” publicó.
Para el joven escritor, José Montoya, el legado de Ernesto Cardenal trasciende y trastoca áreas como lo cultural y lo social, destacando el acompañamiento que le brindó a los campesinos en Solentiname, permitiendo que la gente en Nicaragua y América Latina pudieran vivir la espiritualidad “concatenándola” con el compromiso social.
“El legado literario de Ernesto Cardenal es un legado que trastoca la meditación, que trastoca el planteamiento personal como esa autocritica para poder seguir” agregando que a través de sus escritos el poeta hace una crítica al autoritarismo y la injusticia social. “Ernesto nos permite utilizar la poesía y la literatura como un instrumento de denuncia, pero también de resistencia” comentó Montoya a Intertextual.
Para Montoya, el que el legado de Cardenal fuera entregado en Madrid representa la “grandeza” del poeta que “incluso después de muerto y bajo las condiciones en las que él murió” sigue llegando a lugares muy grandes de alguna manera.