Por: Redacción Intertextual/ contactacto@intertextualcr.com
“Ni yo, ni miles de personas en todo el mundo nos hemos olvidado de Jaime y de Rodrigo Navarrete. Ni los olvidaremos nunca, estaremos con ellos hasta que recobren lo que nunca debieron perder la libertad,” aseveró el eurodiputado Javier Nart.
Este lunes 27 de marzo, el eurodiputado Javier Nart tacho al gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo como una dictadura que practica distintos métodos de tortura como lo hacía la dictadura Somocista.
“Conocí a Daniel Ortega en Julio de 1979. En aquellos días el frente Sandinista había abierto el combate contra la dictadura Somocista, para que Nicaragua dejara de ser patrimonio de una familia y dejara de ser el país donde la tortura, la represión, la violación de los derechos humanos, la falta de democracia era la constante. Hoy la constante en Nicaragua es precisamente todo aquello contra lo que Daniel Ortega decía luchar contra el Somocismo,” manifiesta Javier Nart quien desde que empezó la crisis sociopolítica en Nicaragua a raíz del año 2018 ha alzado la voz contra las violaciones de derechos humanos y pedido la libertad por las y los presos políticos de este país centroamericano, sumándose además a la campaña #ApadrinaAUnPresoPoliticoDelMundo.
Esa desmedida represión del gobierno Ortega Murillo tiene Hoy a 37 presos políticos y una presa politica entre ellos a Jaime y Rodrigo Navarrete sobrino y tío originarios de Masaya.
El eurodiputado denunció que Jaime y Rodrigo están encarcelados “por exigir libertad, por pedir democracia, por pedir respeto a los derechos humanos. Por pedir todo aquello por lo que luchamos, por lo que muchos murieron y por lo que todos pensábamos que era el camino de la libertad.”
Nart mencionó que ambos presos políticos están en condiciones inhumanas y ha sufrido tortura física.
“Les han roto los huesos, los tiene en condiciones abyectas, no les dan ni siquiera la posibilidad de poder salir a ver el sol les niegan los medicamentos y la comida es casi un milagro que les lleguen en condiciones elementales.”
No los hemos olvidado, ratificó Nart, “Ni yo ni miles de personas en todo el mundo nos hemos olvidado de Jaime y de Rodrigo Navarrete. Ni los olvidaremos nunca, estaremos con ellos hasta que recobren lo que nunca debieron perder la libertad.”
Jaime Enrique Navarrete Blandón tiene 39 años, es de Managua y fue capturado el 24 julio del 2019, esta en el Sistema Penitenciario La Modelo en las celdas de máxima seguridad la 300 . Jaime, es el único preso político que ha cumplido su condena de tres años. “Cumplió su condena en enero del 2023, y en vez de ser liberado, el judicial decidió hacer una sumatoria de la condena (22 años de prisión) de su captura anterior de cual ya había sidoamnistiado en 2019,” señaló El Mecanismo para el reconocimiento de Personas Presas Políticas.
Rodrigo José Navarrete Vanegas, tiene 60 años, desde la detención de su sobrino él exigió su pronta libertad, pero fue el 26 de noviembre de 2022 que la dictadura de Daniel Ortega lo confino a una celda en la Modelo, tras un allanamiento en su vivienda en Managua.
Navarrete es militar retirado, a sus 60 años padece de problemas cardiovasculares, hipertensión y auditivos. Fue acusada por el supuesto delito de “portación y tenencia ilegal de armas de fuego y municiones.”
Por su parte la Unión de Presas y Presos Políticos Nicaragüenses el 17 de marzo del corriente año, notificó que la Familia del preso político Jaime Enrique Navarrete Blandon denunció la grave situación y condiciones inhumanas en las que se encuentra su familiar quien se encuentra recluido en celda de máxima seguridad sin recibir atención médica oportuna. Desde el pasado 03 de febrero ha presentado fuertes dolores de cabeza y desmayos en la celda, donde ha sido encontrado inconsciente en el suelo.
La organización destacó que tras la detención de su tío Rodrigo Navarrete quien le hacia las visitas y llevaba paquetería, Jaime quedo en total indefensión, ya que el sistema penitenciario no recibe paquetería de su mamá su único apoyo.
Esta madre está desesperada ante la negativa de dejar ver a su hijo, y no permitirle paquetería ni atención médica oportuna.