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“Es una iniciativa que nace para poderles ofrecer distintos productos de nuestra cultura culinaria nicaragüense a todas esas personas que se encuentran exiliadas en Europa” comentó el joven Allan Gómez. 
Por: Redacción Intertextual/contacto@intertextualcr.com
Castillo Nicaraguan Products se ha convertido para Allan Gabriel Gómez Castillo, ex-preso político, en un emprendimiento que le permite compartir con la diáspora pinolera, exiliados, migrantes y población europea, el auténtico sabor de la gastronomía nicaragüense.
Castillo se encuentra exiliado en Países Bajos desde hace más de un año, la persecución política del régimen de Daniel Ortega lo llevó a vivir lejos de su país; sin embargo, esto no ha sido impedimento para demostrar su resiliencia a través del emprendimiento, la cocina y la promoción su cultura natal.
“Es una iniciativa que nace para poderles ofrecer distintos productos de nuestra cultura culinaria nicaragüense a todas esas personas que se encuentran en el exilio en Europa” comentó el joven.
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Según castillo, los productos son elaborados artesanalmente y hasta el momento se benefician cuatro personas con las cuales se preparan la variedad de alimentos, los cuales se entregan en diversos países de Europa, como Alemania, Holanda y España.
Ex preso político revela dificultad al conseguir los ingredientes
El camino recorrido por los jóvenes que decidieron emprender, no ha sido fácil, debido a la falta de algunos ingredientes que utilizan los nicaragüenses para darle el sabor característico a sus comidas como la naranja agria y el achote.
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“Nosotros hemos tenido que adaptarnos a las diferentes maneras de ofrecer el producto” aseguro el joven, debido a que se espera poder alcanzar el sabor adecuado con ingredientes sustitutos como el vinagre en el caso de la preparación de los nacatamales, sin embargo, la medida de este producto también debe saber utilizarse.
Allan Gómez joven ex-preso político habla desde su emprendimiento
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A pesar de los pequeños cambios, la aceptación de la comunidad nicaragüense y europea ha sido tanta, que los productos se han logrado expandir a ferias y casas de diversas personas a lo ancho del continente, cumpliendo así con la oportunidad de dar a conocer la gastronomía nicaragüense y compartir un poco del sabor característico que envuelve en la nostalgia a las comunidades de migrantes y exiliadas que anhelan regresar a su país de origen.
Recordar sus raíces
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El traspaso de la cultura es una práctica caracteriza de las familias nicaragüenses, desde la enseñanza a preparar un gallo pinto, hasta el aprendizaje de los ingredientes que lleva un pinolillo, en este sentido, Allan, junto a los demás emprendedores, vieron la realidad de los niños nicaragüenses que nacen y crecen fuera de sus raíces.
Ante esta realidad de perdida su cultura y aprendizaje de otras tradiciones distintas a las nicaragüenses, Allan trabaja para que, a través del sabor, las niñas y niños nicaragüenses en Países Bajo, no olviden las características de la gastronomía de su país y el de sus padres.
