El 2024 concluye con una alarmante cifra de femicidios en Nicaragua. La noche del 30 de diciembre, Jazmina Marisela Acevedo Vega, de 30 años, fue asesinada brutalmente por su pareja, Germán Rafael Pavón Muñoz, en el barrio Mirna Ugarte, Distrito Tres de Managua. Este trágico hecho eleva a 68 los femicidios registrados en el país durante el año, según datos de la organización Católicas por el Derecho a Decidir (CDD).
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ToggleUn crimen que sacude a Managua
Jazmina regresaba a su hogar tras terminar su jornada laboral en una cafetería en Galerías Santo Domingo. Poco después de las 11 de la noche, una violenta escena de celos derivó en su asesinato. Su pareja, con quien tenía una relación de 18 años, la atacó con un cuchillo, causándole la muerte por múltiples heridas.
Este caso se suma a una lista cada vez más larga de mujeres y niñas asesinadas en Nicaragua, evidenciando la violencia machista que persiste en el país.
Femicidios: Una tragedia que no discrimina edades
Entre las víctimas de este año figuran dos niñas menores de 2 años. Una de ellas, de apenas un año, fue asesinada el 5 de diciembre por su padrastro en la Reserva Indio Maíz, en Río San Juan. La otra, de 2 años, murió el 13 de noviembre junto a sus padres y un familiar en otra zona rural de El Castillo.
Adolescentes también han sido víctimas: tres jóvenes de entre 14 y 17 años fueron asesinadas. Una de ellas mantenía una relación con su agresor desde los 13 años, un hecho que refleja la normalización de la violencia y las relaciones desiguales en el país.
Un panorama desolador: 89 mujeres asesinadas en 2024
A los 68 casos ocurridos dentro de Nicaragua, se suman 21 mujeres nicaragüenses asesinadas en el extranjero, lo que eleva la cifra total a 89 femicidios, igualando el récord histórico de 2010.
«Este dato evidencia que las medidas implementadas, como la cadena perpetua revisable, no están logrando prevenir los femicidios», afirmó una defensora de derechos de las mujeres.
Además, el incremento de los casos pone en entredicho la efectividad de la Ley 779, aprobada para proteger a las mujeres de la violencia. «Es alarmante que en 2010, cuando esta ley aún no existía, se registró el mismo número de asesinatos de mujeres que hoy, 14 años después de su entrada en vigencia», señaló.
Un llamado a la acción urgente
Organizaciones defensoras de derechos humanos y feministas demandan al Estado nicaragüense fortalecer la prevención, garantizar la aplicación efectiva de las leyes y erradicar la cultura de impunidad que permite que estos crímenes continúen.
La violencia contra las mujeres no es inevitable, es prevenible. Sin embargo, requiere un compromiso real y acciones concretas que coloquen la vida y la seguridad de las mujeres en el centro de las políticas públicas.