Los países representados en la COP29 de Bakú (Azerbaiyán) lograron al final de la primera jornada de la cumbre un acuerdo sobre parte de la regulación de los mercados de carbono bajo el paraguas de la ONU, algo que desde la presidencia de la COP29 esperan facilite las negociaciones.
“Tuvimos noticias de anoche sobre el Artículo 6 del Acuerdo de París”, anunció el secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), Simon Stiell, en una rueda de prensa este martes.
La comparecencia tuvo lugar en el arranque de la segunda jornada de la cumbre del clima que hasta el 22 de noviembre acogerá la capital azerí, un encuentro al que de momento han acudido en total más de 50.000 asistentes, según los datos facilitados este martes.
En esta segunda jornada, además, intervienen cerca de 90 líderes mundiales -entre ellos, el presidente español, Pedro Sánchez- por lo que Stiell aprovechó para resaltar la necesidad de escalar la ambición política y favorecer flujos de inversión climática más allá de los países en desarrollo.
“La Agencia Internacional de la Energía predice que sólo este año se invertirán 2 billones de dólares en energías limpias e infraestructuras, y eso es notable”, aplaudió el secretario ejecutivo, natural de la isla de Granada.
“Pero eso es sólo una fracción de la economía mundial, y la inmensa mayoría se concentra en unos pocos grandes mercados. La inversión climática debe fluir hacia donde se necesita”, zanjó.
La crisis climática, dijo Stiell, es “una crisis del coste de vida”, y, así, la acción para revertir y frenar el calentamiento global es un “seguro contra la inflación global”.
“A menos que todos los países puedan reducir drásticamente sus emisiones, todos los países de todos los hogares se verán aún más afectados que en la actualidad” por el problema económico que es ya la crisis climática, agregó.
“Viviremos en una pesadilla inflacionista permanente; no se trata de un riesgo lejano”, advirtió Stiell.
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ToggleAvances sobre el artículo 6.4 del Acuerdo de París
Las normas acordadas por las partes en la noche del lunes son, para los representantes que comparecieron en la rueda de prensa, el reflejo del “progreso” hacia construir un mercado de carbono centralizado en el marco de las Naciones Unidas.
“Queda trabajo por hacer, pero este es un buen comienzo, producto de más de 10 años de trabajo dentro del proceso”, celebró Stiell.
“Cuando estén operativos, estos mercados de carbono ayudarán a los países a aplicar sus planes climáticos de forma más rápida y barata y a reducir las emisiones”, explicó, para recordar la necesidad de que el sector privado contribuya a la meta global de financiación climática.
Aunque “estamos muy lejos de reducir las emisiones a la mitad en esta década”, subrayó que “los vientos que soplen sobre los mercados de carbono aquí en la COP29 nos ayudarán a retomar ese camino”.
«Un paso importante» para agilizar las negociaciones
Por su parte, el negociador principal de la COP29, el azerí Yalchin Rafiyev, valoró que este arranque es un “muy buen comienzo”, y “un paso importante” que creará un ambiente positivo para las discusiones climáticas en los próximos días.
Para los ecologistas, lo negociado sobre el artículo 6.4 no es una buena noticia: Greenpeace valoró que estas normas “sientan un mal precedente”, y criticó la falta de concreción, que a su juicio “abre la puerta a acuerdos que permitan seguir emitendo sin garantías reales de que el carbono vaya a ser capturado, a actividades que dañan a las personas y el planeta”.
Así lo manifestó el representante de Greenpeace España en la cumbre de Bakú, Pedro Zorrilla, quien matizó a EFE que aún “podrían aprobarse reglas adicionales para restringir lo que cabe y aumentar la transparencia”.
“Pero, si ha costado tanto llegar hasta aquí, eso parece difícil”, lamentó.