Por: Redacción Intertextual/ contacto@intertextualcr.com
Silvio, Carlos y Mario, nacieron en el antiguo hospital San José de la ciudad de Rivas hace 46 años, uno tras otro, como tres gotas de agua, que ni siquiera la mamá de ellos, Martha Cristina Espinoza de 74 años, lograba distinguir.
Pese al paso de los años, siguen siendo idénticos y hasta aseguran que quienes los ven por distintos lugares, los confunden o creen que se trata de la misma persona que vieron horas antes o el día anterior.
«Algunos no ven como una sola persona y no como tres. Otros nos confunden incluyendo mi mamá», comentó Carlos. Los tres llevan el nombre de los doctores que les ayudaron a venir al mundo el 12 de diciembre de 1976 en agradecimiento a su labor.
Ese día en la sala de partos del antiguo hospital de Rivas, ni la mamá de ellos, ni los doctores sabían que venían en camino tres bebés. En las labores de parto participaron los doctores Silvio Guevara, Carlos Ernesto Aguilar y el anestesiólogo Mario Martínez.
Al realizar la cesárea, uno de los doctores sorprendido dijo «son tres» e inmediatamente los bebés fueron identificados con cada uno de los nombres de los doctores. El doctor Aguilar, confirmó que la cesárea se desarrolló sin complicaciones y que el nacimiento de los trillizos fue un gran acontecimiento que llenó de alegría al hospital y a la mamá .
Martha Cristina que habita en la comunidad de Chacalapa, en el municipio de Belén dle departamento de Rivas, manifestó que en ese entonces ella tenía dos hijas.
Como una anécdota simpática, recordó que cuando andaba embarazada de los trillizos, su pareja Carlos Alberto Martinez le decía que si no tenía un hijo varón se separaría de ella, «pero como castigo de Dios le mandó tres de un sólo», dijo sonriendo.
El primero en nacer fue Silvio quien se desarrolló en una bolsa amniótica separado de sus otros dos hermanos que se encontraban juntos en otra bolsa.
«Con dos minutos de diferencia nacieron posteriornente Carlos y Mario que era el más flaquito «, recordó. Explicó que cuando eran bebés, los confundía a la hora que les tocaba alimentarlos y que el perjudicado siempre era Mario.
«Yo notaba que Mario era flaquito y los otros dos más gorditos y era que me confundía a la hora de darles la pacha ya que creyendo que se la daba al menor terminaba alimentando a Silvio y Carlos», relató.
Los trillizos crecieron juntos ayudado a su papá en labores agrícolas y aunque los tres aspiraban a convertirse en profesionales, tuvieron que abandonar sus estudios en sexto grado debido a que sus padres carecían de recursos económicos.
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Silvio soñaba con llegar hacer doctor y su hermano Carlos quería ser contador. El sueño de Carlos era estudiar agronomía. Pero mientras crecían el destino se encargó de llevarlos por distintos caminos. Carlos se gana la vida ofreciendo el servicio de moto taxi en la rotonda de Rivas.
Silvio labora como auxiliar de cocina en un restaurante de Rivas y Mario que lleva el nombre del anestesiólogo se desempeña con bartender en un negocio de San Juan del Sur.
Dicen que tener dos dobles tiene ventajas y desventajas y que ya están acostumbrados que las personas los confundan. Cuando eran adolescentes y sacaban provecho a su parecido, Mario le pidió en una ocasión a Silvio que fuera a visitar a su novia por él.
La novia que vivía en la comunidad de Pueblo Nuevo, Belén, recibió a Silvio creyendo que era su novio, pero días después se enteró en un cuadro de béisbol, que quien la había llegado a visitar era el hermano de Mario.
«Ella descubrió que yo no era Mario cuando me vio en el cuadro de béisbol y una persona le dijo que yo era Silvio uno de los trillizos y me pegó una cachetada», detalló entre sonrisas. Explican que las desventaja que tienen es que hay hombres que por celos, le han salido reclamando tras confundirlos con sus otros hermanos.
«Una vez un hombre que había tenido diferencias con Silvio, me encontró por una calle de Rivas y comenzó a reclamarme sin saber por qué y era que me estaba confundiendo siendo con Silvio», afirmó.
Algo similar le sucedió en diciembre del 2022 en Costa Rica a Mario, cuando un hombre que celaba a su pareja con Carlos se le acercó para reclamarle. Los tres aseguran que tienen gustos identificos y el mismo temperamento y que cuando los ven juntos por las calles, a traen las miradas de la gente.