Por: Redacción Intertextual/ contacto@intertextualcr.com
Hay una reconocida expresión religiosa que señala que nadie es profeta en su tierra, refiriéndose a que pocos pueden tener éxito en su territorio, y que hay que buscar alternativas afuera .
Sin embargo esa expresión no se aplica a la vida de Moisés Flores Prudente (26 años), un destacado arquitecto, originario del municipio de Tola, quien lleva ya algunos años, trabajando fuertemente, no solo dentro de Nicaragua, sino también fuera.
Y de sus éxitos dan fe los múltiples proyectos arquitectónicos en los que ha trabajado, incluso antes de culminar su carrera, en la Universidad Centroamericana (UCA) de Managua.
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Ahí está por ejemplo la Plaza de Nahualapa, ubicada en el municipio de Tola, que es su primer proyecto de gran envergadura que le tocó diseñar y desarrollar junto a un gran equipo de profesionales, o el moderno hotel de cuatro plantas, que incluye una cava de vino en el piso subterráneo, con techo en forma de cúpulas, y que se construye actualmente en la playa El Astillero en el municipio de Tola.
Flores, quien ha trabajado de la mano de importantes estudios de arquitectura con presencia en diferentes países centroamericanos, recuerda que su interés por esta profesión empezó desde que estaba en la escuela de secundaria y cuando participaba en las ferias científicas que organizaba el Ministerio de Educación (MED)
“En cuarto año de la secundaria participé en la feria científica donde presentamos un proyecto sobre la creación de un complejo eco turístico en las aguas termales de Las Salinas y ganamos, no solo en Rivas, sino también a nivel nacional, pues obtuvimos el segundo lugar” asegura Flores, quien desde temprana edad mostró una vocación con la arquitectura.
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Y esa vocación no solo lo llevó a trabajar en importantes estudios de arquitecturas, sino también a continuar formándose en el extranjero. Hace unos años viajó a la ciudad de Roma, donde permaneció durante varios meses conociendo y relacionándose con una de las arquitecturas más más antiguas y emblemáticas del mundo.
“Estuve estudiando durante varias semanas la arquitectura romana que como sabemos es una de las más antiguas y reconocidas del mundo. Y me llamó mucho la atención la conservación de sus monumentos y de sus lugares turísticos como el Coliseo” comenta el joven arquitecto.
Recuerda que una de las experiencias más importantes que le ha tocado vivir como profesional fue la de trabajar con el arquitecto Robeto Gil Mora de Managua, especializado en una maestría tricontinental.
No obstante, a Flores siempre le ha gustado dar soluciones arquitectónicas desde lo local, es decir aprovechar los recursos del entorno, para crear algo moderno y con alto sentido estético.
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Quizá por eso, y por su experiencia en diferentes proyectos, es que hace unos años recibió una llamada de Roberto Enrique, un reconocido enólogo chileno que estaba interesado en que el toleño participara en el diseño de una de las primeras bodegas de vino empotradas en la tierra de ese país.
Ha viajado en tres ocasiones a Chile a supervisar la construcción de esa bodega, que solamente se construyen así, en Europa, y como dato curioso señala que esa obra, prevista a terminar al final de este año, tiene una estructura de concreto armado, enchapada interiormente con ladrillos artesanal y por fuera con piedras de la región del rio Biobio.
Flores está trabajando actualmente en el diseño y la remodelación de diferentes proyectos turísticos en la zona de Tola, donde además ha creado su propio estudio denominado “Concept.”