Hoy, al iniciar la novena de Navidad, los corazones nicaragüenses se llenan de un sentimiento agridulce. La alegría de celebrar esta época se mezcla con la nostalgia de quienes, por diversas razones, se encuentran lejos de sus hogares.
Más de 900,000 compatriotas han tenido que buscar refugio en otros países, huyendo de una crisis sociopolítica que ha dejado profundas heridas. Sin embargo, la distancia no apaga la llama de la fe, ni el espíritu navideño.
La forma de celebrar Navidad a la distancia
Desde cualquier rincón del mundo, las personas nicaragüenses encontramos formas de mantener vivas nuestras tradiciones, las recetas nacionales se comparten a través de mensajes para no perder el sabor del pueblo y las decoraciones navideñas adornan los hogares lejos de casa.
La adversidad ha puesto a prueba la resiliencia de las y los nicaragüenses, pero también ha fortalecido nuestros lazos. Los que nos hemos quedado en Nicaragua, a pesar del dolor y la incertidumbre encontramos consuelo en la reflexión. Entendemos que los cambios, por difíciles que sean, son parte de la vida y que lo más importante es la paz y la libertad de nuestros seres queridos.
Una mujer a quien llamaremos Amanda comenta a Intertextual lo difícil que ha sido la separación familiar. Sobre todo en momentos festivos dice que duele más.
“A veces me invade la tristeza. Quisiera un abrazo, una mesa llena de caras conocidas. Pero me aferro a la fe en Dios de que un día volveremos a estar juntos, de que la distancia será solo un recuerdo”, relata.
Para esta Navidad como las anteriores tres navidades sin sus seres queridos cerca, dice “ celebraré con ellos en mi corazón. Porque aunque nos separen kilómetros, el amor y el espíritu navideño nos mantienen unidos y fortalecidos”.
El mejor regalo en Navidad
Más allá de los regalos materiales, la Navidad nos ofrece el mejor obsequio; la oportunidad de compartir momentos inolvidables con nuestros seres queridos.
La mesa familiar, adornada con los platos tradicionales y llena de risas y conversaciones, se transforma en un refugio donde los problemas quedan atrás.
Aunque la distancia geográfica nos separé, la tecnología nos permite sentirnos cerca de quienes amamos. Por eso , sin duda una videollamada con un familiar en el extranjero puede ser el mejor regalo de Navidad.
En estos tiempos difíciles, la Navidad nos recuerda el valor de la libertad. Celebrar esta festividad es reafirmar la esperanza en un futuro mejor, donde podamos vivir en paz y las familias se puedan reencontrar.
La represión y la injusticia han marcado a nuestro país, pero el espíritu navideño nos invita a seguir luchando por nuestros derechos. La Navidad también es una época de solidaridad. Muchos nicaragüenses tanto dentro como fuera del país, se organizan para ayudar a los más necesitados. Las colectas de alimentos, ropa y juguetes son una muestra de que la generosidad sigue viva en Nicaragua.
La Navidad es mucho más que una fecha en el calendario. Es una oportunidad para fortalecer los lazos familiares. Yo también tengo a mi familia dividida y mientras termino de escribir estas líneas recuerdo mis navidades junto a los míos y me prometo que algún día volveremos encender las luces de nuestro árbol familiar juntos, bajo el mismo techo y escuchar música navideña y bailar abrazados por el milagro de estar nuevamente reunidos.