A tres años de este atentado, la feligresía católica recuerda este hecho bajo ayuno y oración, un día antes de celebrarse las fiestas patronales de la capital.
Por: Redacción Intertextual/ contacto@intertextualcr.com
La tarde del 31 de julio del año 2021 Nicaragua experimentaba uno de los episodios más dolorosos para la comunidad católica, la Catedral Metropolitana de la Inmaculada Concepción de María de la capital Managua, estaba siendo consumida por el fuego tras estallar una bomba.
Fue un ataque a mediodía, un día viernes, pero igual, un 31 de julio hace tres. La capilla de la imagen ardió en llamas, mientras los managuas se preparaban para aprovechar las fiestas patronales en honor a Santo Domingo de Guzmán y orar por el fin de la pandemia que mató a miles en el país y devastó en otros países.
El mes de julio de 2022 Nicaragua registró ataques a iglesias y capillas católicas en varios departamentos del país, siendo la catedral de Managua unos de los escenarios más dolorosos para la feligresía de la venerada imagen de La Sangre de Cristo y la comunidad católica a nivel nacional e internacional.
Ese día un hombre, de identidad desconocida, se acercó a una de las trabajadoras de la catedral para preguntarle en donde se encontraba la capilla de La Sangre de Cristo, a lo que ella le indicó el lugar, minutos después una fuerte explosión se escuchó dentro de la capilla, en donde de igual forma se encontraba expuesto el santísimo.
La testigo no logró identificar a la persona, más que agregar que segundos antes de la explosión vio a un hombre encapuchado lanzar un objeto dentro del sitio, sostuvo a los medios.
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Las fuertes llamas aunque no cobraron vidas humanas, consumieron todo lo que se encontraba dentro, incluyendo la imagen del cristo crucificado con más de 380 años de antigüedad, que llegó a Nicaragua desde 1638 y permanecía en la catedral desde 1996.
A la imagen se le atribuyen diversos milagros, por lo cual es venerada y atrae a promesantes de diversas partes de Nicaragua en Semana Santa, en su acostumbrado recorrido de viernes santo.
El acontecimiento fue catalogado como un ataque terrorista por parte de los jerarcas de la iglesia católica, sin embargo, una hora después de que los bomberos se presentaran a la capilla, la vocera del gobierno, primera dama y vicepresidenta, Rosario Murillo, atribuyó el incendio a las “veladoras”.
Mediante un comunicado, la policía nacional, en sintonía con Rosario Murillo, atribuyeron los hechos a las veladoras y un atomizador de alcohol gel que se encontraba en la entrada de la capilla para uso de los feligreses.
El impacto del incendio provocó que la cara de la imagen se desprendiera completamente del cuerpo y la redujo a carbón, sin embargo, conservó su estructura, la cual cada viernes santo acompaña a los nicaragüenses bajo una caja de vidrio que la protege.
A tres años de este atentado, la feligresía católica recuerda este hecho bajo ayuno y oración, un día antes de celebrarse las fiestas patronales de la capital.
En su homilía, el cardenal Leopoldo Brenes dedicó el mes de julio a La Sangre de Cristo y recordó “con mucho sufrimiento” el ataque de la cual fue víctima la “bendecida representación”.
En su cuenta de Twitter, la opositora Alianza Cívica recordó este acontecimiento “a tres años del acto terrorista; la consagrada imagen de la Sangre de Cristo, aún calcinada, nos acompaña, clavada en la cruz que no pudo ser destruida”.
Iglesia perdona
«La iglesia nos invita a orar. Este día elevo mis oraciones pidiendo perdón a la Sangre de Cristo por el alma de la persona que movido por el odio o peor aún, siguiendo instrucciones de alguien, cometió semejante sacrilegio», expresó doña Mercedes Zúñiga, quien a las cuatro de la mañana de hoy, rezó el rosario de la Divina Misericordia.
«Aunque la imagen esté dañada, la fe sigue siendo la misma. Nos podrán destruir la imagen, pero nosotros tenemos nuestra fe intacta», agregó la religiosa, cuyo rostro se veía iluminado por la luz de las veladoras de su altar, en donde colocó una foto de Monseñor Rolando Álvarez. “La iglesia persona semejante barbaridad”, dijo.