A “Enrique” no se le olvidan los cinco días que pasó detenido en una celda del antiguo centro de torturas El Chipote, a donde lo llevaron secuestrado en junio de 2018 después de participar en una marcha cívica en Managua.
Lo dejaron en calzoncillos y expuesto a los mosquitos y otros insectos; durante cuatro noches consecutivas fue golpeado, interrogado y amenazado de muerte, hasta que lo raparon, le marcaron con cuchillo en la espalda las siglas de FSLN y literalmente lo mandaron a botar a un camino solitario fuera de Managua.
A las pocas semanas la policía intentó detenerlo de nuevo y se escabulló por los andenes de la colonia Máximo Jerez, en Managua, donde una familia le abrió un portón para ocultarlo de los motorizados que lo seguían.
El 25 de julio de 2018 fue la última vez que estuvo en Nicaragua, porque su madre le rogó que se fuera, pues prefería tenerlo lejos que muerto.
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ToggleLa salida de Nicaragua
Arribó ilegalmente a Costa Rica ese año y los primeros ocho meses fueron de depresión y miedo. El estrés del exilio y el trauma de las torturas y persecución lo hundieron en la desesperanza.
“No quería nada con la vida, sólo era llorar y ver todo gris; la familia que me dio posada hizo de todo por apoyarme, pero al ver que yo no reaccionaba me amenazaron con echarme si no cambiaba de actitud, me mandaron con una sicóloga que me atendió un año y gracias a Dios logré mejorar mi actitud”, narra desde San José, donde vive actualmente.
A “Enrique” las sesiones de psicología lo ayudaron a superar el miedo y el trauma, pero cuando creyó que ya había superado todo, un hecho le alteró la vida: “yo aun usaba un número Claro de Nicaragua, porque no me había preocupado por cambiarlo, de pronto un día me llegó un mensaje de WhatsApp de un número desconocido: era una foto mía sentado en el parque central”.
“Te tenemos ubicado, tranquero”, le dijeron. Pensó que era broma y de inmediato pensó en eliminar el mensaje, pero a los días le llegaron tres mensajes más con fotos suyas de su antigua vida en Managua y una foto suya en un mall de San José, bebiendo café.
“Ahí no pude más, me volvió el terror y empecé a sufrir de nuevo los estragos del miedo que yo pensaba que ya había superado”, cuenta “Enrique”, hoy de 28 años y solicitante de refugio en un programa de Estados Unidos.
“El año pasado, después de tomar un montón de medidas de seguridad, apliqué al programa de Movilidad Segura y si Dios quiere en dos semanas vuelvo a Wisconsin, Estados Unidos”, narró el ex estudiante universitario de la antigua Universidad Centroamericana (UCA).
La razón para aplicar al programa, cuenta, fue por miedo a ser víctima de la venganza extraterritorial de la dictadura sandinista.
Prefieren salir de Costa Rica
Se estima que más de 35,000 exiliados nicaragüenses radicados en Costa Rica han aplicado al programa de Movilidad Segura para viajar a Estados Unidos y entre las principales razones alegadas se encuentra el temor a ser alcanzados por la venganza extraterritorial de los Ortega-Murillo.
Un periodista nicaragüense, ex reportero de uno de los últimos medios escritos que circuló en Nicaragua, también se encuentra en espera de fecha de viaje a Estados Unidos, luego de ser aprobado en un largo proceso con la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados; Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS).
Costa Rica dejó de ser un lugar seguro
Dice que durante tres años pensó que nada podía ocurrirle al salir de Nicaragua y establecerse en una ciudad pequeña dentro del Gran Área Metropolitana, pero una vez descubrió algo que lo llenó de temor.
“En febrero de este año fui a la Unidad de Refugio a tramitar un permiso de trabajo vencido; como siempre la fila estaba llena de migrantes pidiendo refugio o tramitando papeles, pero cual es mi susto que veo haciendo fila a dos vecinos míos de mi municipio (lo omite a solicitud por seguridad para su familia) que eran policías de inteligencia”, dice.
Uno de ellos, recuerda, trabajaba en la Dirección de Auxilio Judicial y era el papá de un muy buen amigo suyo de infancia; el otro era su cuñado, pareja de la hermana menor del padre de su mejor amigo.
“Antes de 2018 nosotros no teníamos problemas con relacionarnos con ellos porque los conocíamos de años, incluso eran serviciales y celebraban la Purísima cada diciembre. Luego de 2018 uno de ellos, el más joven, llegó a buscarme a la casa para proponerme trabajar como infiltrado en el periódico, yo me negué y se volvió enemigo mío”, relata.
Acoso no cesó
Dice que esa vez los dos hombres estaban haciendo filas en Migración y a él le pareció sospechoso y preocupante.
Relata que llamó a su casa a averiguar sobre ellos y sucede que los dos hombres apenas unas semanas antes seguían trabajando en la policía con uniforme y armas de reglamento.
“Un vecino de ellos, amigo mío, me dijo: esos dos siguen siendo policías. Entonces yo me pregunté: ¿Qué pueden andar haciendo aquí? Nada bueno se puede esperar de ellos”, dijo.
El ex reportero dice que luego de eso decidió aplicar al programa de Movilidad Segura y alejarse de la cercanía con Nicaragua.
“Lo que le pasó días antes a Joao Maldonado me elevó el estrés y me dije: ‘aquí no me siento seguro’. Ahora los sicarios operan impunemente y no es descabellado pensar que un día la dictadura pueda contratarlos para atacar a opositores y aunque yo no trabaje en periodismo ya, nada quita que me puedan afectar también”, comentó.
Hay que valorar estadía en Costa Rica
Otro reportero, activo en San José como colaborador de una plataforma digital, comenta que en un taller en línea con el abogado Daguer Hernández, ex subdirector de Migración de Costa Rica, este les advirtió que valoraran establecerse en este país “porque no hay seguridad para los exiliados de cierto perfil”.
“Yo no pensaba aplicar al programa porque he logrado asentarme aquí, pero luego de analizar varios aspectos del país, ver el aumento del crimen organizado y el trato cordial del presidente Rodrigo Chaves con Daniel Ortega y Rosario Murillo, terminé por convencerme que para un periodista activo es mucho riesgo estar en Costa Rica”, dijo.
Retomando las declaraciones de Daguer Hernández, recuerda que este les dijo: “el gobierno de Costa Rica tiene algún acuerdo con el gobierno de Nicaragua, por razones de temas comerciales y flujo de migrantes, pero además este gobierno (tico) está haciendo algunas concesiones a Daniel Ortega, dentro de ellas la inscripción consular de los solicitantes de refugio y la entrega de algunos de ellos al gobierno nicaragüense”.
“Por eso yo les he dicho a algunas personas de alto perfil solicitantes de refugio que mejor traten de ubicar un tercer país como Estados Unidos donde puedan refugiarse, porque Costa Rica se ha vuelto un poco inseguro para personas con cierto perfil a los que el gobierno puede eliminarles su solicitud de refugio y entregarlos a Nicaragua luego de un proceso sumario”, les dijo Hernández.
“Cuando él nos dijo eso, que era algo que ya algunos pensábamos, dije que tenía que tomar una decisión y me decidí aplicar al programa y estoy en ese proceso para viajar a Estados Unidos”, refirió el reportero.
Muchos recurren al programa Movilidad Segura
Según el comunicador, muchos colegas ya se han ido de Costa Rica por esa vía y otros piensan aplicar al programa de Movilidad Segura porque temen que en cualquier momento las cosas “se pongan difíciles aquí”.
“Vos sabés que no hay periodista que no analice la situación y valore los aspectos que se saben. Por ejemplo, que el régimen haya decidido mandar a Valdrack Jaentschke como funcionario de la embajada de Nicaragua en Costa Rica no es por gusto, todos sabemos que ese hombre es un exagente de la Seguridad del Estado y no vino a turistear a Costa Rica”, dijo.
“Yo lo que pienso, y es una observación mía, es que Valdrack ya hizo el trabajo sucio, montó una estructura de espionaje, un mapeo de personas, periodistas, abogados y otros actores y en cualquier momento van a empezar a cazarnos y disfrazarlos de crímenes comunes, aprovechándose de la inseguridad ciudadana que impera aquí por las acciones de los narcos”, dijo el periodista, agregando que el temor no es únicamente entre periodistas o activistas, sino entre la gente común.
El programa de Movilidad Segura
Movilidad Segura es una iniciativa del gobierno de Estados Unidos que brinda oportunidad a refugiados y emigrantes de trasladarse y establecerse de manera regular y segura en ese país. Para ser elegible debe participar de un proceso que varía en tiempo.
El programa está dirigido a nicaragüenses, cubanos y venezolanos que llegaron a Costa Rica antes del 12 de junio de 2023 y fue creado para “ayudar a personas refugiadas, solicitantes de asilo, apátridas y migrantes, para que no tengan que emprender viajes peligrosos en busca de seguridad y mejores oportunidades”, indica una página web del programa.