“Somos defensores de derechos humanos” afirma Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, acusado de crímenes de lesa humanidad por organizaciones defensoras de DDHH
Como ya estaba programado, este lunes 10 de enero, Daniel Ortega sin ningún impedimento tomo posesión de su cargo por cuarta vez consecutiva. El acto se dio lugar en la Plaza de la Revolución en Managua, ante un público considerados fieles al partido sandinista y la poca representación de países aliados, entre ellos la China continental.
En el acto Daniel Ortega tildo a Estados Unidos de “cobarde” asegurando que tiene en su poder a “700 presos políticos”. Además de ser los patrocinadores de un “golpe de estado.”
En Nicaragua, se comienzan a contar los días de un nuevo ciclo en el poder de los Ortega y Murillo tras reelegirse el 7 de noviembre en unos comicios marcados por la ausencia de más del 80% de los votantes nicaragüenses y rivales opositores encarcelado, según la organización de expertos Urnas Abiertas.
A la fecha en Nicaragua hay 170 personas presas políticas y podría haber más ya que hay familias que por temor no denuncian, advierten organizaciones. Ante una serie de denuncias de violaciones de derechos humanos en contra del Gobierno de Ortega a nivel nacional e internacional, informes han demostrado que el gobernante ha ejercido con el respaldo de altos mandos de la policía y el ejército, crímenes de lesa humanidad contra el pueblo opositor.
“Se cometen crímenes de lesa humanidad, bajo responsabilidad del Gobierno del presidente Daniel Ortega”, según un informe presentado este jueves por 15 organizaciones humanitarias de Nicaragua, y avalado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
“En Nicaragua se cometen crímenes de lesa humanidad en el marco de un terrorismo de Estado y de un Estado Policial de Excepción”, señaló el denominado “Informe de la Verdad ‘Dictadura y Represión en Nicaragua: Lucha contra la Impunidad’”.
Se trata de un estudio de cada una de las “etapas del accionar estatal”, que iniciaron en abril de 2018, “desde la represión generalizada a la manifestación ciudadana, la imposición de un Estado de Terror y la ‘Operación Limpieza’”, en la que murieron cientos de personas.
También citó “la criminalización de la protesta social, las detenciones arbitrarias, los presos políticos, la prohibición de la protesta social, el camino hacia un Estado de Excepción, los secuestros exprés, las torturas y las evidencias de cárceles clandestinas”.
En el acto de toma de posesión Ortega no presentó programas actuales para ejecutar en su nuevo período, pero sí atacó a Estados Unidos (al imperialismo) y se lavó la cara ante sus medios oficialistas enlazados con la programación nacional para presumir que su gobierno es defensor de derechos humanos. “Muchos se hablan de los derechos humanos, nosotros lo hemos dicho, precisamente porque somos defensores de los derechos humanos. Lo primero que hizo la revolución, al triunfo, llevarle la alfabetización a los niños, a los adultos que estaban en el analfabetismo.”
Enfatizó “Una persona que se encuentra en el analfabetismo se encuentra totalmente sometida a condiciones que no le permiten avanzar más allá para poder trabajar, y luego. Entregarle viviendas a la población, entregarles tierras a los campesinos, salud, tan importante la salud. Somos uno de los Gobiernos que más han trabajado para atender a la población. Aun, antes de esta pandemia”, aseguró el caudillo sandinista.
El discurso de Ortega lo acompañó de salutaciones a los países miembros del Alba y la demanda del retiro de bloqueo a Cuba y Venezuela de parte de estados Unidos. También manifestó, la alegría de tener como aliado a la República Popular China y continúo señalando los supuestos derechos de los que gozan los ciudadanos en Nicaragua.
“Es un pueblo que va a multiplicar sus capacidades. Es un pueblo que va a avanzar más rápidamente en la defensa de la vida, en la defensa de los derechos de la familia, que tiene que ver con salud, educación, derecho a una vivienda y que tiene que ver con todas las capacidades que tenemos instaladas aquí, que poco a poco hemos venido desarrollando”, dijo el mandatario.
A pocas horas de la toma de posesión de Ortega, le callo lluvia de sanciones tanto de Estados Unidos como de la Unión Europea a altos mandos de confianza tanto del ejército, la policía y a la presidente del Consejo Supremo Electoral, también a dos de sus dos hijos, entre otras personas más y entes del Estado. Una de las justificaciones esgrimidas desde Washington para estas sanciones es la creciente represión de la disidencia en el país centroamericano, a la que atribuye más de 300 muertes desde 2018, así como la huida de más de 100.000 ciudadanos.
Ante estas medidas y acusaciones, Ortega ha criticado que en Estados Unidos existen «700 presos políticos» y ha cuestionado «a qué esperan para ponerlos en libertad». «Ahí están duros contra ellos, mientras por otro lado lanzan actividades terroristas, las organizan contra países hermanos, como Venezuela», ha denunciado el líder Sandinista.
¿Qué quiso decir: borrón y cuenta nueva?
Como es de esperarse Ortega debe subirles los ánimos a sus fanáticos, el finalizó su discurso con palabrerías señalando la continuidad de proyectos, manifestó textualmente.
“Nuestra meta es darle continuidad. A la buena marcha que traíamos, hasta abril de 2018. Eso, borrón y cuenta nueva. Y vamos adelante queridos hermanos nicaragüenses, construyendo paz para combatir la pobreza. Construyendo paz para que pueda haber carreteras y caminos. Construyendo paz para que las familias nicaragüenses se sientan seguras. Se sientan seguras con sus hijos. Se sientan seguras con su trabajo. Se sientan seguras de tener una vida digna. Ese es nuestro compromiso querido hermanos nicaragüenses. En esto vamos todos, en ese decimos el pueblo presidente”.
Según una nota de Despacho 505. “Eso significa: Mira ¿Sabes qué? Pongámonos de acuerdo para adelante, olvidemos el pasado y ese pasado es de mucho dolor y de muchas cuentas pendientes y esas cuentas no son de dinero, son cuentas para quienes cometieron crímenes contra la vida, que son responsables del desplazamiento forzado de más de 200 mil personas en los últimos cuatro años”, les dijo Gonzalo Carrión, del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más.
El defensor añade, “Recordemos que Daniel Ortega, hace un poco más de 60 años, él ejecuta y priva de la vida a un agente de la guardia somocista y él mismo lo dijo años después, en 1967 y por ese crimen, Daniel Ortega no pagó. Estuvo siete años preso, pero por asaltante de bancos y salió por otro asalto a mano armada”, explicó Carrión.
