Por segundo año consecutivo no habrá Viacrucis Acuático y las 14 isletas donde se recordaban las Estaciones del Nazareno se recordarán dentro de la iglesia San Judas Tadeo de la comunidad El Diamante.
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ToggleViacrusis acuático sufre represión por segundo año consecutivo
Un día como hoy, Lunes Santo, en la comunidad El Diamante de Granada, los católicos siempre amanecían agitados. Llegaban desde muy temprano al templo San Judas Tadeo, vestían la imagen del Nazareno de color morado, lo perfumaban con olor a flores y corozo y la llevaban al atracadero del lugar para subirlo en una lancha para el Viacrucis Acuático.
La expresión piadosa es una de las más extraordinarias de la Semana Mayor que conmemora en el país la iglesia Católica nicaragüense. Una imagen de un Jesús de rostro agobiado por el peso de la cruz era cargado y en su piaña, llevado por un corto camino de polvo que termina en la orilla del Gran Lago y ya en proa, comenzaba la navegación hacia las 14 isletas asignadas como Estación.
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Pero en este 2024, a esta comunidad de católicos vuelve la tristeza por segundo año consecutivo. Les confirmaron un temor fundado en las acciones represivas que el régimen Ortega-Murillo ejecuta contra el clero católico y que intensificó el año pasado; el tradicional Viacrucis Acuático fue nuevamente prohibido.
“El párroco y la comunidad se preparan para realizar la Vía Sacra dentro del templo, al igual que el año pasado, por las razones que todos conocen”, confirma un delegado de la palabra.
Viacrusis Acuático: Una hermosa tradición cancelada por politiquería
Esa tradición que data de más de 40 años, fue iniciada por el sacerdote Omar Cordero, cuando se mantuvo como párroco de la iglesia de Guadalupe de la ciudad de Granada. El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo la prohibió el año pasado igual que más de 3 mil procesiones en todo el país. Lo mismo ha hecho esta Semana Santa.
“El Viacrucis Acuático, es una de las tradiciones más hermosas que tiene la Diócesis de Granada durante la Semana Santa, al tener como escenario las hermosas isletas que brindan un ambiente meditativo del ministerio de la crucifixión, muerte y resurrección de Cristo, pero nos entristece saber que no podremos acompañar a la imagen para pagar los favores recibidos”, reflexionó Luisa García, de la iglesia de Guadalupe, quien tiene más de 15 años de participar en este acto de fe.
Tradición es de interés de jóvenes feligreses
Esta tradición, una de las más jóvenes de la iglesia Católica del país, ha despertado el interés, y admiración de fieles y turistas internacionales al ser catalogada como única en el mundo, porque la conmemoración de la muerte de Jesús, se lleva a cabo durante el trayecto acuático.
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Cada una de las estaciones era meditada por un sacerdote que acompaña a la imagen del Nazareno en una de las lanchas, donde van también los filarmónicos que amenizan el trayecto con marchas Sacra que reviven el dolor que sufrió Cristo camino a El Calvario.
“Lo admirable de este acto de fe, es ver avanzar sobre las aguas a las embarcaciones, para llegar a las isletas, donde se encuentran cada una de las 14 estaciones con sus cruces adornadas de flores y frutas del verano. Hay olor a santidad por el incienso que se quema entre las brasas”, remarcó el isleño Pablo Martínez, que no recuerda haberse perdido en el pasado un solo Viacrucis sobre agua.
Prohibición, una triste noticia
Cada martes y miércoles de la Semana Mayor, el viacrucis acuático partía de Puerto Asese, donde se sumaban más de 30 lanchas con motor fuera de borda con capacidad de 14 pasajeros. Los lancheros cobraban por el viaje un precio aproximado de cien dólares por el recorrido de más de dos horas que duraba la actividad.
A la expresión religiosa se unían los lugareños de las isletas, quienes participaban del rezo de las estaciones con gran fe y devoción en sus embarcaciones, las que también utilizan para sus labores de pesca en las aguas del lago Cocibolca. Una de ellas es Catalina Castillo, que a sus 75 años, dice tener las fuerzas físicas para mover los remos de su pequeña embarcación y hacer el recorrido de la procesión.
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“Tengo más de 30 años de participar en el Viacrucis Acuático, es una tradición religiosa muy hermosa, porque nos llena de orgullo a los pobladores de las isletas, vivir con fe la Semana Santa, pero nos hemos sentido tristes al ver que estos dos últimos años no hemos asistido”, se lamenta Castillo.
Las embarcaciones como la de doña Catalina viajaban decoradas con flores y banderas de la iglesia Católica. Hoy los habitantes de las isletas, rezarán el Vía Crucis, desde sus ermitas con la fe y la esperanza que esta tradición se retomará el próximo año, porque están convencidos de que la piedad popular, es parte de la idiosincrasia de los pueblos.
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